Las enfermedades infecciosas son principalmente un problema en polluelos de <6 meses de edad. Los agentes infecciosos asociados con enfermedades en los polluelos comprenden agentes bacterianos, fúngicos, víricos y parasitarios. Sin embargo, el aislamiento de los agentes de la enfermedad en un polluelo enfermo se debe considerar junto a una revisión de los factores nutricionales, ambientales, de gestión y genéticos.
La diarrea es el signo clínico más frecuente en los polluelos de ratite. Muchos polluelos presentarán diarrea cuando el saco vitelino se ha absorbido y empiezan a comer bien, a los 8-12 días de edad. Si los polluelos están en alerta y activos, no es necesario administrar ningún tratamiento. Los polluelos también desarrollarán diarrea después de un cambio repentino en su dieta; para ello esta indicado un tratamiento con probióticos. Para la diarrea de causa bacteriana, debe determinarse el antimicrobiano apropiado mediante cultivo y el subsiguiente aislamiento y sensibilidad de los microorganismos, identificando la fuente de exposición bacteriana (p. ej., establo, incubadora, higiene inadecuada, vectores de transmisión aerógena) y corrigiéndola.
Las causas bacterianas de la diarrea incluyen:
Escherichia coli.
Salmonella spp.
Pseudomonas spp
Campylobacter jejuni
Klebsiella spp
Clostridium perfringens
Clostridium colinum
Mycobacterium spp (adultos)
Streptococcus spp.
Staphylococcus spp
Los agentes víricos (patógenos sospechados) que pueden causar diarrea comprenden el paramixovirus, el reovirus, el herpesvirus, el birnavirus, el enterovirus, el adenovirus y el coronavirus. El tratamiento de la diarrea vírica es únicamente de soporte y se debería eliminar cualquier fuente potencial del virus (p. ej., las aves silvestres, las hembras infectadas o las personas). La obstrucción GI es otra causa de diarrea, el tratamiento es quirúrgico, y cualquier cambio en el ambiente o en la comida se debería realizar lentamente para prevenir la recidiva. En los casos de candidiasis fúngica, se debe interrumpir el tratamiento antimicrobiano y se debe mantener un ambiente seco. Aunque se desconoce la patogenia de los protozoos relacionados con la diarrea diagnosticada en los polluelos de avestruz, el metronidazol se considera el tratamiento de elección. Los errores de manejo también pueden causar enteritis, incluyendo la medicación excesiva y el exceso de suplementación electrolítica en el agua de bebida en la época de calor.
La incidencia de la infección y retención del saco vitelino suele ser reducida en aquellos polluelos que salen del cascarón de forma natural. Sin embargo, esta afección se produce a menudo cuando los propietarios ayudan a los polluelos a romper el cascarón o a desatar los vasos onfalomensentéricos y vendar el abdomen. El saco vitelino también puede contaminarse a través del ostium a nivel de la abertura ileal cuando se retrasa la absorción del material de la yema por la membrana vitelina (revestimiento del saco vitelino). Las bacterias que se suelen aislar procedentes del saco vitelino son gramnegativas; sin embargo, también se produce una retención del saco vitelino secundaria a causas no infecciosas.
Las infecciones por poxvirus más frecuentes en los polluelos de avestruz producen típicas lesiones granulomatosas costrosas en la cara, las orejas y el cuello. El poxvirus se transmite por insectos vectores, principalmente mosquitos. La enfermedad es autolimitante y la mortalidad es baja. La vacunación de una bandada durante un brote con una vacuna de la viruela aviar puede detener la difusión de la enfermedad. La vacuna es una vacuna cutánea contra la viruela aviar que se administra introduciendo una aguja grande con reservorios cerca de la punta que permiten la inoculación cuando se realiza la punción a través del propatagio. La dermatitis estafilocócica se produce como un problema secundario en los polluelos debilitados, especialmente cuando parásitos externos provocan la rotura de la integridad epitelial.
La encefalomielitis equina oriental puede causar tanto la muerte en los polluelos de avestruz como un síndrome del polluelo que se desvanece o una gastroenteritis violenta y mortal en emús de todas las edades. La vacunación de los emús contra esta enfermedad es necesaria en las zonas donde existe el virus.
La influenza aviar se ha diagnosticado en ñandús y otras especies de ratites. Las pruebas de rutina para la influenza aviar son necesarias para la mayoría de los envíos intraestatales de ratites.
Enfermedades parasitarias
Protozoos en ratites
Algunos protozoos intestinales, incluyendo Hexamita, Giardia, Trichomonas spp, Cryptosporidium y Toxoplasma spp, se han aislado en los polluelos de ratite. La patogenicidad de estos parásitos en todas las especies de ratites es desconocida y puede ser necesaria la inmunosupresión para que se desarrolle la enfermedad. Se recomienda la administración de metronidazol a 10 mg/kg, PO, cada 12 horas, para las infecciones por protozoos parásitos diagnosticadas en especies de ratites. La coccidiosis es frecuente y, aunque no se cree que sea patógena, puede tratarse con sulfamidas. Si la coccidiosis está causando signos clínicos (p. ej., diarrea), se debe diagnosticar la enfermedad inmunosupresora subyacente para tratar eficazmente la enfermedad protozoaria.
Cestodos en ratites
El cestodo Houttuynia struthionis es frecuente en África pero raramente se diagnostica en EE. UU. El hospedador intermediario es desconocido. El tratamiento consiste en la administración de fenbendazol, PO, a 15 mg/kg por día durante 5 días, a intervalos regulares.
Nematodos en ratites
El nematodoLibostrongylus douglassii es el parásito gastrointestinal de los avestruces de mayor importancia desde el punto de vista económico. Los adultos y los estadios larvarios finales viven en las criptas de la porción glandular del estómago. El diagnóstico se basa en la detección de huevos tricoestrongiloides en las heces. El tratamiento recomendado para los nematodos del avestruz es la ivermectina a 0,2 mg/kg o el fenbendazol a 15 mg/kg. Otro nematodo con importancia clínica para las especies de ratites es Baylisascaris spp, que se transmite por mofetas o mapaches a través del alimento. Se trata de parásito neurotrópico que provoca lesiones y signos en el SNC. Evitar la exposición a las heces de mapache y murciélago es la mejor prevención. Chandlerella quiscali, un nematodo identificado en emús, provoca migración de las larvas al cerebro. El quiscal o zanate común es el hospedador definitivo para C quiscali, y los emús están expuestos al parásito a través de la picadura de Culicoides crepuscularis. Las aves infectadas con C quiscali desarrollan tortícolis profunda e incoordinación que conduce a emaciación, escoliosis y muerte. La ivermectina es el tratamiento de elección para las infecciones por C quiscali en los emús.
Artrópodos en ratites
Existen tres tipos de artrópodos que pueden afectar a ratites: piojos, garrapatas y ácaros del plumaje. Los piojos pueden ser un problema, especialmente en los avestruces. Los piojos masticadores, Struthioliperurus struthionis, provocan lesiones en la piel y las plumas. El tratamiento con aerosol de permetrina (concentración para aves de producción) es eficaz, al igual que la administración de ivermectina inyectable a 0,2 mg/kg, IM (1 mL/50 kg de solución inyectable al 1 %). Se han identificado varias especies de garrapatas en especies de ratite; destaca su importancia como vectores de enfermedades. Los ácaros del plumaje viven en las venas de la zona interior de las plumas y se alimentan de sangre. Los ácaros del plumaje en ratites se pueden observar en forma de pequeñas partículas de color rojizo parecidas al polvo en las venas situadas bajo las plumas. El tratamiento para las garrapatas y los ácaros es la administración de ivermectina a 0,2 mg/kg a intervalos de 30 días.