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Enfermedades comunes relacionadas con el manejo en avicultura de traspatio

PorYuko Sato, DVM, DACPV;Patricia S. Wakenell, DVM, PhD, DACPV
Revisado/Modificado may 2020

Las aves son presas, por lo que los primeros signos de la enfermedad pueden ser sutiles y difíciles de discernir. Los primeros signos de enfermedad incluyen:

  • Depresión u otros cambios de comportamiento.

  • Cambios en el consumo de alimentos y agua.

  • Plumas apagadas.

  • Suciedad de las plumas alrededor de las fosas nasales, cloaca, los hombros o los ojos.

  • Hinchazón o secreción alrededor de los ojos.

  • Secreción acuosa en ojos o fosas nasales.

  • Heces anormales.

  • Cojera o debilidad de las extremidades.

  • Disminución de la actividad.

Canibalismo en aves de traspatio

El picaje o canibalismo es uno de los problemas más comunes y frustrantes de controlar en aves criadas en suelo. Ciertas especies, como los faisanes y las codornices, son conocidas por el canibalismo, lo que a menudo hace que las jaulas individuales sean la única opción de alojamiento. Ciertas razas pueden ser más agresivas que otras dentro de determinadas especies. El canibalismo no suele aparecer en los polluelos de <2-3 semanas de edad, aunque en los polluelos jóvenes suele ser el resultado de una alimentación insuficiente o de una diarrea (cloacas sucias o pastosas). En aves adultas, los métodos para controlar el canibalismo incluyen la reducción de la iluminación, la reducción de la densidad de aves, el aumento del número de comederos, el enriquecimiento ambiental y el acondicionamiento de los picos.

Si un ave ha sido objeto de picotazos graves en la piel y no se dispone de un alojamiento separado, rociar o pintar la zona afectada con alquitrán de poda (sellador de poda) es un remedio rápido. Después de rociar o pintar con el sellador la zona afectada, el ave debe retenerse hasta que el sellador esté seco. El alquitrán protege la zona expuesta de la pérdida de fluidos, no es tóxico en heridas abiertas y tiene la ventaja de "identificar" a los agresores al teñir su pico de negro. Si los agresores son un número reducido de aves, se les puede poner gafas rojas antipicaje ("mirones") que se adhieren a sus fosas nasales (especialmente en aves cinegéticas como los faisanes) o se les reacondiciona el pico para reducir los traumatismos que puedan sufrir ellas mismas u otras aves.

Traumatismos en aves de traspatio

Los traumatismos son la afección más común de las aves de traspatio e incluyen las lesiones causadas por depredadores, el atrapamiento de extremidades en jaulas u otros equipos, el canibalismo, las lesiones por aplastamiento (pisadas, atrapamiento en puertas, etc.) y la automutilación (espolones, pico, uñas). La mayoría de las aves de traspatio adultas son muy resistentes y parecen ser capaces de recuperarse de lesiones graves si la herida no ha penetrado en la cavidad respiratoria o abdominal o si no hay sepsis bacteriana secundaria. La terapia de apoyo incluye proporcionar calor (a través de la lámpara de incubación), hidratación adecuada y forzar la alimentación con melazas calientes/alimentos endulzados o sustitutivos alimenticios. La hidratación puede fomentarse ofreciendo leche en polvo a media concentración o solución electrolítica en lugar de agua pura. Las heridas superficiales pueden tratarse con crema antibiótica y antibióticos parenterales. La mayoría de las aves de traspatio mostrarán evidencia de recuperación en 2-3 días. Si no se produce ninguna mejora al cabo de unos días, el pronóstico de recuperación total suele ser malo.

Hígado graso en aves de traspatio

Aunque todas las aves ponedoras retienen más grasa en el hígado que las aves no ponedoras o los machos, el hígado graso se caracteriza por una deposición extrema de grasa, una caída repentina de la producción de huevos y un aumento de la mortalidad. Las gallinas suelen estar obesas y tener crestas pálidas, y las barbillas y crestas pueden estar cubiertas de caspa. El sobrepeso en las aves de traspatio es mucho más común que la falta de condición corporal. Se cree que la causa es una combinación de alimentos grasos y disminución del ejercicio. Las aves de traspatio alimentadas predominantemente con dietas pobres (golosinas para aves, sobras de comida) están predispuestas. La mortalidad se debe a la rotura del hígado y a la hemorragia, encontrándose grandes coágulos sanguíneos en el abdomen durante la necropsia. El tratamiento es preventivo; la mayoría de las aves de traspatio tienen un acceso adecuado al exterior para hacer ejercicio, pero la dieta debe controlarse. Se han utilizado agentes lipotróficos y suplementos dietéticos (alfalfa, salvado de trigo, harina de pescado, levadura de cerveza seca, pienso de soja, vitamina E y levadura de torula) con resultados inconsistentes.

Fatiga de las ponedoras en jaulas (osteoporosis) en aves de traspatio

La fatiga de la jaula es común en gallinas, codornices y patos Khaki Campbell en jaula. Las aves son incapaces de mantenerse en pie y tienen los huesos frágiles. Las costillas suelen estar desviadas en forma sigmoidea o fracturadas en la unión del esternón con la vértebra. Las aves que no se pueden mover están alerta y responden a menos que estén deshidratadas. Entre las posibles causas se encuentran las deficiencias y/o desequilibrios de vitamina D3, calcio y fósforo. Las aves pueden morir de forma aguda (a menudo por fractura de vértebras y médula espinal) o pueden recuperarse rápidamente (4-7 días) después de su colocación en el suelo con fácil acceso al alimento y al agua.

En el caso de las aves de traspatio, puede ser útil el tratamiento con vitamina D3 IM o gluconato de calcio IV. Las conchas de ostra y otras fuentes de calcio en partículas grandes pueden añadirse a voluntad a la dieta para prevenir esta afección. La concha de la ostra no debe molerse tan pequeña como para que pase por el tracto intestinal, ya que es esencial que se produzca una liberación lenta del calcio de las partículas más grandes que se muelen en la molleja. La raza de las aves y el tipo de alojamiento también afectan a la incidencia. La clave es asegurar una buena nutrición (y una buena formación de hueso cortical mediante un ejercicio/actividad adecuados) justo antes del inicio de la puesta. Sin embargo, el aumento prolongado del calcio en la dieta antes de la puesta puede provocar urolitiasis y/o un cese permanente de la actividad de la glándula paratiroides.

Prolapso cloacal en aves de traspatio

La cloaca se prolapsará temporalmente durante la puesta normal de un huevo. Sin embargo, la retracción lenta debida a la obesidad o en las hembras poco desarrolladas (aquellas que entran en la puesta demasiado pronto) fomentará el canibalismo, los traumatismos y la formación de edemas, que a menudo evitarán la retracción. Por lo general, estas gallinas se sacrifican y la prevención se lleva a cabo mediante el control de la obesidad, la densidad de población de las jaulas, los horarios de iluminación, el inicio precoz de la puesta y el recorte adecuado del pico. En el caso de las aves de traspatio, detener la puesta (reducción de la luz, reducción brusca de la carga energética nutricional), el aislamiento de otras aves y mantener la cloaca limpia hasta la retracción es a veces eficaz en los casos leves. Si los polluelos nacen en otoño, el aumento de la luz en primavera puede inducirlos a entrar en puesta cuando están físicamente inmaduros. Controlar la iluminación y el peso corporal es extremadamente importante en esta circunstancia.

Retención de huevos en aves de traspatio

El atasco de los huevos es frecuente en las gallinas que entran en producción demasiado pronto o en las gallinas obesas. Puede variar desde un bloqueo temporal de los huevos observado en las gallinas que ponen huevos grandes hasta la obstrucción completa del oviducto. Puede haber huevos en la cavidad abdominal (retropulsados); uno o varios huevos en el oviducto; o membranas de la cáscara, cáscaras y concreciones de yema/albúmina en el oviducto. La impactación por lo general puede identificarse mediante palpación abdominal, ecografía y/o examen radiográfico. Las gallinas comerciales se sacrifican.

Las aves de traspatio a veces pueden tratarse mediante la reducción externa (aplastamiento) del huevo dentro del oviducto y la eliminación natural, o mediante la extirpación quirúrgica de todo el oviducto (no del ovario). Envolver al ave en una toalla caliente y masajear el abdomen hacia la cloaca después de usar una generosa cantidad de lubricante alrededor de la misma puede inducir a veces la propulsión si la obstrucción se detecta a tiempo. El abordaje quirúrgico suele ser por la línea media; se debe tener cuidado para minimizar el daño a los sacos aéreos. Después de la extracción del oviducto, los huevos depositados en la cavidad abdominal serán absorbidos. La mayoría de las gallinas adoptarán características masculinas (canto, agresividad, espolones) después de la cirugía, siendo genéticamente hembras y fenotípicamente machos.