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Otras enfermedades hepáticas en pequeños animales

PorSharon A. Center, DVM, DACVIM
Revisado/Modificado ago 2023

Enfermedad por almacenamiento de glucógeno en pequeños animales

De las cuatro enfermedades del almacenamiento del glucógeno descritas en perros, los tipos I y III afectan directamente al hígado, causando hepatomegalia masiva en cachorros jóvenes. Estos trastornos se caracterizan por una acumulación excesiva de glucógeno en el hígado y otros órganos. El glucógeno acumulado no está disponible para la conversión a glucosa como resultado de una actividad enzimática glucolítica defectuosa.

La enfermedad de almacenamiento de glucógeno de tipo Ia, debida a la deficiencia de alfa-glucosa-6-fosfatasa, se ha descrito en perros de raza toy, especialmente en Bichones Malteses. No hay predilección por sexo y la transmisión de la enfermedad es autosómica recesiva. Los signos clínicos incluyen emaciación, retraso en el crecimiento, distensión abdominal debida a hepatomegalia masiva (glucógeno y vacuolización lipídica de los hepatocitos) y letargo y debilidad asociados con hipoglucemia grave. También se observan lesiones histológicas en el epitelio tubular renal.

Los perros afectados desarrollan acidemia láctica, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia e hiperuricemia. Los signos clínicos progresan hacia la muerte o la eutanasia hacia los 60 días de edad. Se dispone de una prueba genética para la enfermedad tipo 1 en Bichones Malteses.

La enfermedad por almacenamiento de glucógeno de tipo III, causada por una deficiencia de las enzimas de desramificación del glucógeno, se ha descrito en Pastores Alemanes y en Retrievers de pelo rizado. No hay predilección por sexo y se ha confirmado una transmisión autosómica recesiva. Los signos clínicos incluyen distensión abdominal debida a hepatomegalia e hipoglucemia leve. Las reservas de glucógeno son notables tanto en el hígado como en el músculo esquelético.

En los Retrievers de pelo rizado, la mutación produce una profunda vacuolización del glucógeno de los hepatocitos, lo que produce una fibrosis hepática progresiva e insuficiencia hepática. Los perros afectados también desarrollan una miopatía degenerativa progresiva. Hay una prueba genética disponible para la enfermedad de tipo III en los Retrievers de pelo rizado.

El diagnóstico de estos trastornos se basa en un alto índice de sospecha teniendo en cuenta la pertenencia racial y la hipoglucemia clínica. La radiografía abdominal revela hepatomegalia y la ecografía revela un parénquima hepático hiperecoico compatible con glucógeno hepático o acumulación de lípidos. El diagnóstico diferencial incluye otras causas de hipoglucemia juvenil (incluyendo malnutrición, endoparasitosis, hipoglucemia transitoria en ayunas en razas toy y malformaciones vasculares portosistémicas [MVP]) y otras causas de debilidad muscular (incluyendo endocrinopatías, trastornos inmunomediados, enfermedades infecciosas, hipopotasemia y neuromiopatías).

El tratamiento de apoyo consiste en la administración de fluidos, dextrosa IV para lograr la euglucemia y alimentación frecuente con una dieta rica en carbohidratos y proteínas.

El diagnóstico se confirma mediante análisis enzimáticos tisulares, confirmación de depósitos excesivos de glucógeno en el tejido hepático o pruebas genéticas.

El pronóstico es malo. Los perros afectados y sus padres deben ser eliminados de los programas de cría.

Amiloidosis hepática en pequeños animales

La amiloidosis es una enfermedad familiar de los gatos Abisinios, Siameses y Orientales de pelo corto y de los perros Shar Pei. Los Shar Pei afectados son más propensos a mostrar fiebre episódica y corvejones hinchados (fiebre del Shar Pei) con o sin insuficiencia renal; sin embargo, el hígado también puede verse afectado por el depósito amiloide difuso.

Los gatos Abisinios afectados a menudo desarrollan signos clínicos relacionados con los riñones o con complicaciones asociadas con la amiloidosis hepática difusa o el depósito amiloide en otros órganos. Los gatos Orientales de pelo corto y los Siameses suelen tener complicaciones hepáticas relacionadas con el amiloide. Otras afecciones asociadas con la amiloidosis hepática incluyen una diversidad de infecciones crónicas o exposiciones antigénicas (p. ej., coccidioidomicosis en perros, hematopoyesis cíclica en los Collies grises, infusión de insulina porcina en perros) e hipervitaminosis A en gatos.

Aunque los animales pueden estar clínicamente normales durante largos intervalos, los signos clínicos pueden incluir fiebre, linfadenopatía, vómitos, inapetencia, pérdida de peso, poliuria/polidpsia (PU/PD), ictericia y hepatomegalia. La hemorragia abdominal grave posterior a la rotura del lóbulo hepático suele conducir a la evaluación inicial y al diagnóstico final en gatos Orientales de pelo corto y Siameses.

La ecografía a menudo puede identificar un hematoma en desarrollo en el lugar de la rotura del lóbulo hepático. La aspiración del derrame abdominal confirma la hemorragia activa. El diagnóstico puede establecerse mediante citología por aspiración si se recuperan las fibrillas amiloides. De lo contrario, el diagnóstico se realiza mediante la identificación de depósitos amiloides en una biopsia de hígado; el amiloide se confirma mediante la tinción del tejido con rojo Congo y el examen bajo luz polarizada.

Dado que la amiloidosis familiar es un trastorno sistémico progresivo, el pronóstico es malo. Los gatos que sobreviven a una hemorragia hepática grave por la administración agresiva de componentes sanguíneos mueren posteriormente por amiloidosis renal.

La colchicina y el dimetilsulfóxido se han utilizado para frenar la progresión de la amiloidosis sistémica en perros Shar Pei y en gatos, con un éxito limitado. De forma anecdótica, el amiloide hepático ha retrocedido en los Shar Pei tratados con colchicina (0,03 mg/kg, PO, cada 24 a 48 horas). La supervivencia a largo plazo en los Shar Pei que muestran signos clínicos sistémicos de fiebre del Shar Pei es posible con la instauración precoz del tratamiento con colchicina.

En los Shar Pei con predisposición, una mutación por duplicación del gen del ácido hialurónico sintasa 2 (HAS2) amplifica la producción de ácido hialurónico, que inicia la inflamación crónica y la formación de amiloide. Los estudios genéticos adicionales han identificado genes modificadores poligénicos complejos.