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Caries dentales en grandes animales

PorJack Easley, DVM, MS, DAVDC (Equine), DABVP (EQ);Alexander M. Reiter, Dipl. Tzt., DEVDC, DAVDC
Revisado/Modificado dic 2013 | Modificado may 2014

    La infección puede introducirse en la cámara pulpar de los dientes por varias vías, como la hematógena (pulpitis anacorética), periodontal o por una lesión directa en la corona. En los caballos, la hipoplasia del cemento en las lagunas de esmalte (infundíbulos) de los molares superiores puede predisponer a la caries infundibular y a la posterior pulpitis y osteítis apical. Según la localización del diente infectado, puede haber además signos de sinusitis maxilar, celulitis local, periostitis, periodontitis alveolar y fistulización. Los rasgos patológicos de la caries dental son inespecíficos. En consecuencia, la causa de la infección apical en una fístula dental mandibular supurativa en un caballo o llama puede ser poco clara. Muchos animales no se examinan hasta que la infección está avanzada por lo que las fracturas dentales pueden ser secundarias en vez de primarias. Se ha sugerido que, en alguna especie (p. ej., caballo), el factor desencadenante del establecimiento de la osteítis apical y la pulpitis es la erupción anómala e impactación dental. La causa de la osteítis apical en el ganado y los camélidos del Nuevo Mundo puede verse influenciada por los mismos factores.

    Cuando la caries está avanzada se recomienda la extracción de la pieza afectada. En los caballos, esto suele lograrse mediante la exposición quirúrgica del diente cariado y su posterior repulsión en el interior de la boca. La experiencia reciente ha demostrado que la extracción oral es posible, con una técnica cuidadosa, sedación y bloqueos nerviosos, evitando así las graves complicaciones asociadas a la repulsión y al uso de anestesia general. Tras la exodoncia, el alvéolo debe limpiarse cuidadosamente para eliminar todos los fragmentos de diente y hueso enfermos. Se deben emplear acrílicos dentales, ceras dentales y el taponado de la herida para asegurar que el alvéolo cura adecuadamente protegiéndolo del alimento. Después de las extracciones, los dientes adyacentes se desplazan gradualmente para cerrar el hueco creado en la arcada dentaria. Sin embargo, este proceso nunca se completa, y la oclusión de la arcada formará una elongación escalonada frente a los dientes perdidos y ganchos en los extremos de las arcadas opuestas (tanto rostrales como caudales). En los caballos, estas irregularidades se pueden corregir mediante el limado y el realineamiento de las arcadas cada 6-12 meses.

    Debido a estas complicaciones, se deben considerar las técnicas quirúrgicas que conservan los dientes, al menos en los caballos. La edad del animal y las características específicas de la enfermedad local deben considerarse antes de contemplar la resección del extremo de la raíz y la terapia endodóntica en grandes animales.