Tumores de la nariz y los senos paranasales
Cortesía del Dr. Ned F. Kuehn.
Cortesía del Dr. Ned F. Kuehn.
Cortesía del Dr. Ronald Green.
Cortesía del Dr. Ned F. Kuehn.
Los tumores de la nariz y los senos paranasales son responsables del 1-2 % de todos los tumores caninos o felinos. La incidencia en perros es el doble que en gatos; la incidencia es también más alta en los machos de ambas especies que en las hembras. La edad media en el momento del diagnóstico es de 9,5-10 años para los perros y de 12 años para los gatos.
En los perros, los tumores nasales son casi todos malignos, y un porcentaje ligeramente >60 % son carcinomas, de los cuales el más común es el adenocarcinoma. En los perros, los etmoturbinados tienden a ser el sitio de predilección. Las razas dolicocéfalas y mesocéfalas parecen correr más riesgo que las braquicéfalas. En los gatos, ≥90 % de los tumores nasales son malignos, y el más común es el linfoma y el segundo más común el carcinoma. Los tumores de la nariz y de los senos paranasales suelen ser muy invasivos localmente y raras veces metastatizan; la metástasis es más probable en los carcinomas y suele aparecer al final de la enfermedad. Los sitios comunes de metástasis son los nódulos linfáticos regionales, los pulmones y el cerebro. La invasión de los senos paranasales tiende a ser mayor en perros que en gatos. En general, la supervivencia de los animales no tratados es de 3-5 meses después del diagnóstico.
El hallazgo clínico más común es la descarga nasal crónica, que puede ser mucoide, mucopurulenta o serosanguinolenta. Inicialmente es unilateral, pero con frecuencia se vuelve bilateral. Puede haber estornudos periódicos, epistaxis y estertores respiratorios. Se producen deformaciones faciales y orales como resultado de la destrucción de las estructuras nasosinusales óseas o de los tejidos blandos. La extensión retrobulbar de estos tumores causa exoftalmía y queratitis por exposición. Puede haber epífora secundaria si se bloquea el conducto nasolagrimal. Cuando la enfermedad está avanzada pueden presentarse signos del SNC (p. ej., desorientación, ceguera, convulsiones, estupor y coma) si el tumor se extiende dentro de la bóveda craneal.
El diagnóstico de neoplasia nasal se establece sobre la base de la historia y los hallazgos clínicos y descartando otras causas de descarga nasal, estornudos o deformación facial. Las radiografías nasales o la TC típicamente muestran una densidad mayor de la fosa nasal y de los senos frontales, y evidencia de destrucción del hueso. En el diagnóstico de enfermedades nasales crónicas, la TC es ampliamente superior a una radiografía simple. El diagnóstico definitivo se basa en la biopsia del tejido tumoral, ya sea con biopsia a ciegas basada en la localización de la lesión por TC o en la visualización rinoscópica con biopsia directa. La hidropulsión nasal empleando una infusión de solución salina a alta presión en la nariz a menudo proporciona muestras diagnósticas y, si se liberan grandes volúmenes de tejido tumoral, la obstrucción nasal se aliviará inmediatamente.
El tratamiento depende en gran medida del tipo de tumor y de la extensión de la enfermedad. La radioterapia es el tratamiento de elección para el adenocarcinoma canino nasal. La extirpación quirúrgica agresiva, la quimioterapia, la radioterapia o sus combinaciones en otro tipo de tumores tienen un pronóstico más favorable cuando el diagnóstico se establece precozmente.
Tumores de laringe y tráquea
Los tumores de laringe y tráquea son raros en perros y gatos. Los tumores de laringe documentados con mayor frecuencia en los perros son el oncocitoma, el carcinoma de células escamosas, el tumor de mastocitos, el melanoma y el osteosarcoma; en los gatos son el carcinoma de células escamosas, el linfosarcoma y el adenocarcinoma. También se observan pólipos inflamatorios benignos de la laringe en perros y gatos. Los tumores de la tráquea son especialmente raros. La displasia osteocondral de la tráquea (osteocondroma) es un tumor benigno de la tráquea que se observa principalmente en los perros de <1 año. Ocasionalmente se observan otros tumores mesenquimatosos benignos, carcinomas y sarcomas.
Los signos más frecuentes de los tumores de laringe incluyen:
stertor
Estridor.
cambio en la corteza
tos seca, no productiva
Los hallazgos que se suelen asociar a los tumores de la tráquea son tos no productiva, sibilancias espiratorias, estridor y rara vez hemoptisis. Los tumores laríngeos y traqueales pueden asociarse con signos de obstrucción fija de las vías respiratorias superiores (disnea inspiratoria y espiratoria). El grado de dificultad respiratoria a menudo se relaciona con el grado de obstrucción luminal.
El diagnóstico se establece sobre la base de la historia y los hallazgos clínicos y descartando otras causas de obstrucción de las vías respiratorias superiores o de la tos. La masa tumoral se puede observar radiográficamente o con laringoscopia o traqueoscopia. El diagnóstico definitivo se establece por biopsia.
El tratamiento de elección es la extirpación y resección quirúrgica. La radioterapia puede ser paliativa para tumores radiosensibles, como el carcinoma de células escamosas, el tumor de mastocitos y el linfoma. La resección quirúrgica de la displasia osteocondral traqueal en los perros es curativa.
Tumores pulmonares primarios
Los tumores pulmonares primarios son poco frecuentes en perros y gatos. La mayoría de los tumores pulmonares primarios se diagnostican a una edad media de 10-12 años en los perros y de 12 años en los gatos. No hay una predilección consistente por raza o sexo en ninguna de las dos especies. Los tumores primarios de pulmón suelen originarse en los bronquiolos terminales y los alvéolos; en ocasiones, se producen como segundo tumor coincidente, lo que puede dificultar la diferenciación entre la enfermedad primaria y la metastásica.
El adenocarcinoma y el carcinoma alveolar son los tumores pulmonares primarios más comunes en perros y gatos, y suelen ser malignos. Los sarcomas y los adenomas pulmonares primarios son raros en ambas especies. La difusión metastásica de los tumores pulmonares primarios suele producirse en otras áreas de los pulmones, los nódulos linfáticos traqueobronquiales, los huesos y el cerebro. La difusión intrapulmonar por las vías aéreas se da en ~50 % de los perros con adenocarcinoma. Puede producirse una difusión metastásica a las pleuras, el pericardio, el corazón y el diafragma; otros sitios extratorácicos son el hígado, el bazo y el riñón. Los perros con adenocarcinoma papilar (broncoalveolar) tienen un mejor pronóstico que aquellos con otros tumores de pulmón; no obstante, el grado histológico y la detección de los signos clínicos son los determinantes de mayor importancia en el pronóstico y el índice de supervivencia. Tanto la recidiva como las metástasis tienden a producirse antes y con mayor frecuencia en los perros con tumores moderada o insuficientemente diferenciados.
Hallazgos clínicos de los tumores pulmonares primarios en perros y gatos
Los tumores pulmonares primarios presentan manifestaciones variables, que dependen de la localización del tumor, de la rapidez del crecimiento tumoral, de la presencia de enfermedad pulmonar previa o concomitante y de que el propietario se dé cuenta. Los signos frecuentes que presentan los pacientes con tumores pulmonares primarios incluyen:
Tos.
Inapetencia.
Pérdida de peso.
tolerancia reducida al ejercicio
Letargo.
Taquipnea.
Disnea.
sibilancias
vómitos o regurgitación.
pirexia
Cojera.
La presentación clínica más frecuente es una tos crónica no productiva, aunque el 25 % de los perros con tumores pulmonares primarios no presentan signos clínicos relacionados con el tumor. La dificultad respiratoria aguda puede estar causada por una elevada carga tumoral, metástasis o desarrollo de derrame pleural secundario.
Los signos no respiratorios de los tumores pulmonares primarios incluyen cojera, ascitis, edema de cabeza y cuello, vómitos y diarrea. La cojera puede deberse a una osteopatía hipertrófica (poco frecuente en gatos) o bien a metástasis ósea o del músculo esquelético. La auscultación torácica puede ser normal, reflejar sonidos respiratorios aumentados compatibles con enfermedad de las vías aéreas pulmonares o estar atenuada debido a consolidación pulmonar o derrame pleural. La tos es poco frecuente en los gatos, y el 20-40 % de los gatos presentan letargo, anorexia y pérdida de peso como problemas primarios.
Diagnóstico de los tumores pulmonares primarios en perros y gatos
Radiografía
Biopsia
Cortesía del Dr. Ronald Green.
Un tercio o más de los tumores pulmonares primarios se reconocen incidentalmente al tomarse radiografías por otros problemas o durante la necropsia. Las radiografías torácicas son esenciales para un diagnóstico provisional en los animales que presentan signos clínicos compatibles. Los tumores pulmonares primarios en los perros pueden presentarse como lesiones individuales o múltiples de masa circunscrita, como un patrón pulmonar difuso o como una consolidación lobar. En los gatos, las lesiones individuales de masa circunscrita son menos comunes, mientras que el patrón pulmonar difuso o la consolidación lobar son más frecuentes. La acumulación de líquido pleural es común en los gatos y menos frecuente en los perros. En cualquiera de las especies puede verse una afección de la pared torácica y linfadenopatía hilar. Puede establecerse un diagnóstico diferencial excluyendo otras causas de enfermedad pulmonar con patrones radiográficos pulmonares similares. El diagnóstico definitivo requiere una biopsia.
Tratamiento de los tumores pulmonares primarios en perros y gatos
Resección quirúrgica
Quimioterapia
El tratamiento de elección es la resección quirúrgica del tumor mediante lobectomía de los lóbulos pulmonares enfermos. Se recomienda la estadificación antes de la extirpación quirúrgica para descartar metástasis. Las lesiones inoperables o la enfermedad metastásica pueden controlarse mediante quimioterapia. El tiempo medio de supervivencia de los perros sometidos a tratamiento quirúrgico por un tumor pulmonar primario es de 120 días. El tiempo medio de supervivencia de los tumores pulmonares primarios operables sin afectación de los nódulos linfáticos en perros es de 12 meses. Si están afectados los nódulos linfáticos o se observan múltiples tumores en el momento del diagnóstico, el tiempo de supervivencia es de solo 2 meses. La recidiva o las metástasis son causas comunes de muerte.
Tumores metastásicos pulmonares
Cortesía del Dr. Ned F. Kuehn.
Cortesía del Dr. Ronald Green.
Un tumor localizado puede extenderse a los pulmones por diseminación a través de las vías hematógena o linfática o por extensión directa de las células tumorales. Ciertos tumores primarios, como el adenocarcinoma mamario, el osteosarcoma, el hemangiosarcoma y el melanoma oral suelen presentar metástasis en los pulmones. Los pulmones pueden ser el único sitio de metástasis o puede haber metástasis concomitante en otros órganos; en el primer caso, el enfoque diagnóstico consiste en identificar un tumor primario oculto o examinar cuidadosamente la historia médica para revelar la extirpación previa de un tumor. Dado que las metástasis pulmonares se dan tardíamente durante el curso clínico de un tumor maligno, el pronóstico es desfavorable.
Los síntomas de la enfermedad pulmonar metastásica son similares a los de los tumores pulmonares primarios. La gravedad de los síntomas depende de la localización anatómica del tumor y de la carga tumoral.
La determinación de un diagnóstico es similar al de los tumores pulmonares primarios. Debido a las limitaciones de las radiografías convencionales, las lesiones pequeñas (≤3 mm de diámetro) que están presentes en ≥40 % de los casos con metástasis pulmonar pueden no visualizarse. La TC torácica puede identificar lesiones que no se observan radiográficamente.
La radiografía del tórax debe preceder a la extirpación de los tumores con una incidencia elevada conocida de difusión metastásica a los pulmones. El objetivo principal del tratamiento del cáncer es la prevención de las metástasis, más que la erradicación del cáncer. El mejor tratamiento de las lesiones metastásicas de crecimiento lento o solitarias es mediante extirpación quirúrgica. La quimioterapia o la radioterapia pueden ser útiles con ciertos tipos de tumores que no se prestan a la resección quirúrgica. En general, el pronóstico de los animales con metástasis pulmonares es desfavorable.