La inseminación artificial (IA) se usa ampliamente para superar la baja fertilidad en pavos comerciales, que se produce como consecuencia de apareamientos fallidos debido a que las aves grandes y muy musculosas no puedan completar físicamente el proceso de apareamiento. Este es un serio y costoso problema en la producción de huevos para incubar de pavos comerciales.
En la mayoría de los sistemas comerciales de producción de pollos en EE. UU., no ha sido necesario implementar programas de IA debido a que la monta natural produce niveles de fertilidad adecuados, pero la IA se utiliza rutinariamente en trabajos especiales de reproducción y fines de investigación.
Ciertamente, el uso de la inseminación artificial en pollos, y en pavos, puede mejorar la fertilidad; sin embargo, el coste de implementar la IA a gran escala es a menudo excesivo. Sin embargo, a medida que el manejo de las reproductoras de pollos de engorde comerciales para maximizar la fertilidad se vuelve más complicado, el uso de la IA en las explotaciones comerciales de avicultura fuera de EE. UU. se está volviendo más común y probablemente continuará. A medida que el coste de la inseminación artificial sea económicamente más favorable, su implantación comercial aumentará.
El semen de gallo y de pavo se recoge estimulando el órgano copulatorio (el pene) sacándolo por encima de los testículos, mediante masaje en el abdomen y el dorso. A continuación, se empuja rápidamente la cola anteriormente con una mano hacia delante y, al mismo tiempo, se usa el pulgar y el índice de la misma mano para aplicar presión en el área de la cloaca para "ordeñar" el semen de los conductos del falo. La respuesta de flujo de semen es más rápida y fácil en gallos que en pavos.
El semen puede recogerse con un aspirador (en pavos), en un tubo pequeño o en cualquier tipo de recipiente adecuado en forma de taza. En los pavos, el volumen de fluido seminal es de ~0,35-0,5 mL, y la concentración de espermatozoides es de 6 a >8 mil millones/mL. En los pollos, el volumen es 1-2 veces mayor que en los pavos, pero la concentración es aproximadamente la mitad que en los pavos. El semen recogido se suele mezclar y diluir con una sustancia para preservarlo antes de su uso.
El semen de pollo y pavo comienza a perder su capacidad fertilizante cuando se conserva durante más de 1 hora. Para transportar el semen y mantener su viabilidad espermática puede almacenarse en líquido refrigerado (4 °C) durante ~6-12 h. Este almacenamiento de semen a corto plazo es común en los pavos, pero no es tan común en los pollos. Cuando se emplea el almacenamiento en líquido refrigerado durante >1 h, el semen de pavo ha de diluirse con sustancias para preservarlo al menos en una proporción de 1:1 y a continuación agitarse lentamente (150 rpm) para facilitar la oxigenación; el semen de gallo se debería diluir y luego refrigerar, y no es necesario agitarlo. El semen de gallo y de pavo puede congelarse, si bien la reducción de la fertilidad limita su uso en programas de reproducción especiales. En condiciones experimentales, los niveles de fertilidad superiores al 90 % son habituales en gallinas inseminadas en intervalos de 3 días con 400-500 millones de espermatozoides descongelados.
Están comercializados y se utilizan varias sustancias para preservar el semen, sobre todo para el de pavo. Las sustancias para preservar el semen permiten un control más exacto de la dosis de inseminación, así como el llenado de los tubos. Cuando se siguen las instrucciones de cada producto, los resultados pueden ser comparables a los obtenidos con semen sin diluir.
La dilución debe dar lugar a una dosis de inseminación que contenga ~300 millones de espermatozoides viables para pavos. Sin embargo, el número necesario de espermatozoides inseminados será de 150-300 millones de células viables, según la edad de las pavas inseminadas. En las gallinas, el número de semen diluido inseminado será de ~100-200 millones de espermatozoides por inseminación. Los productores por lo general determinan la concentración de espermatozoides y diluyen el semen para obtener la concentración de espermatozoides apropiada para la pava o la gallina.
Para la inseminación, cuando se mantiene a la gallina en posición vertical, se aplica presión en el abdomen alrededor del ano, especialmente en el lado izquierdo. Esto provoca que la cloaca se abra y que sobresalga el oviducto, de manera que se pueda introducir una jeringa o una pajuela de plástico de ~2,5 cm en el oviducto y la cantidad apropiada de semen. A medida que el semen se introduce por el inseminador, se relaja la presión alrededor de la cloaca, lo que ayuda a la hembra a retener esperma en la vagina o el oviducto.
Cuando se insemina el semen de pavo sin diluir, su alta concentración de espermatozoides permite la inseminación de 0,025 mL (~2 mil millones de espermatozoides) a intervalos regulares de 7-10 días, lo que proporciona una fertilidad óptima. En los pollos, debido a la menor concentración de espermatozoides y a la menor duración de la fertilidad, se necesitan 0,05 mL de semen mezclado sin diluir, a intervalos de 7 días.
En las gallinas, la conducta de agacharse indica su receptividad y el momento de realizar la primera inseminación. Para la máxima fertilidad, las inseminaciones pueden iniciarse antes de la primera puesta en las pavas, mientras que esto no es necesario en las gallinas. La fertilidad suele disminuir según avanza la temporada; entonces, puede estar justificada una inseminación más frecuente o el uso de un número superior de espermatozoides por cada dosis de inseminación a medida que las gallinas envejecen.