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Fiebre maculosa de las Montañas Rocosas en perros

(Infección por Rickettsia rickettsii)

PorJanet E. Foley, DVM, PhD
Revisado/Modificado jul 2020

Las fiebres manchadas son enfermedades causadas por un conjunto de bacterias relacionadas en el género Rickettsia, de las cuales la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas (FMMR) es la más grave. Después de la transmisión del patógeno a través de la picadura de garrapata, los pacientes pueden manifestar una escara local o un sarpullido característico, que incluye hemorragia petequial y otros efectos clínicos de vasculitis. El diagnóstico se realiza a partir de los signos clínicos y la serología. La doxiciclina es el tratamiento de elección.

Etiología de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas en perros

La FMMR es una enfermedad de personas y perros causada por Rickettsia rickettsii. R rickettsii y miembros estrechamente relacionados con el grupo de las rickettsias de la fiebre maculosa se encuentran en zonas de América del Norte, del Sur y Central. Estos patógenos se transmiten principalmente a través de las picaduras de garrapatas infectadas. Entre las numerosas especies relacionadas de Rickettsia, la capacidad de R rickettsii para infectar a perros es la mejor documentada. La capacidad de los microorganismos rickettsiales genéticamente similares, como R parkeri, para causar una enfermedad clínicamente similar en los perros se desconoce. Debido a su sensibilidad a R rickettsii y a las tasas de exposición relativamente altas, los perros pueden servir como excelentes centinelas de riesgo para la infección por R rickettsii en personas. Frecuentemente se notifican conglomerados de enfermedades en áreas geográficas definidas, y se pueden observar infecciones asociadas en el tiempo en los perros y en sus propietarios.

Epidemiología de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas en perros

En EE. UU., Dermacentor variabilis (la garrapata americana del perro) y D andersoni (la garrapata de los bosques de las Montañas Rocosas) están consideradas como los vectores primarios para R rickettsii, que es más frecuente en Norteamérica en los estados del sudeste de EE. UU. En América del Sur, varias especies de garrapatas Amblyomma se han relacionado con la transmisión. Las garrapatas Rhipicephalus sanguineus (la garrapata marrón del perro) son el vector principal en algunas áreas locales de Arizona, particularmente en las tierras de las tribus nativas americanas. Las garrapatas R sanguineus también están asociadas con la transmisión de R rickettsii en América Central y con grandes brotes en las ciudades de México.

Las garrapatas adquieren el patógeno en las fases de larva y ninfa al alimentarse de hospedadores infectados, y también pasa de las garrapatas hembras a su progenie mediante transmisión transovárica. Por lo general, muy pocas garrapatas individuales (p. ej., <1 % de las garrapatas Dermacentor spp) transportan R rickettsii, incluso en zonas consideradas altamente endémicas. Sin embargo, en regiones altamente enzoóticas de Arizona donde R rickettsii se transmite por la garrapata marrón del perro, hasta un 5 % de las garrapatas pueden estar infectadas.

El rango de seroprevalencia en los perros de áreas endémicas es del 4,3-77 %, pero estos valores no reflejan con precisión las tasas de infección, ya que los anticuerpos antirrickettsiales pueden reaccionar de forma cruzada entre rickettsias genéticamente similares. La transmisión de la FMMR mediante transfusión sanguínea se ha notificado en un caso humano y debe tenerse en cuenta al seleccionar perros donantes de sangre. La transmisión directa de perros a personas no se ha documentado, aunque puede existir infección humana tras el contacto de piel dañada o conjuntiva con hemolinfa o heces de la garrapata durante la eliminación de las garrapatas repletas de sangre a partir de animales de compañía.

Hallazgos clínicos en la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas en perros

Los perros son muy sensibles a la infección clínica por R rickettsii; por el contrario, raramente se diagnostica en gatos. Los primeros signos clínicos en perros pueden ser:

  • Fiebre (hasta 40,5 °C).

  • Anorexia.

  • Linfadenopatía.

  • Poliartritis.

  • Tos o disnea.

  • Dolor abdominal.

  • Vómitos y diarrea.

  • Edema de la cara o las extremidades.

En casos graves, se pueden detectar hemorragias petequiales de la conjuntiva y mucosa oral. Puede observarse una hemorragia retinal focal durante el periodo inicial de la enfermedad. Pueden aparecer manifestaciones neurológicas como alteraciones mentales, trastornos vestibulares e hiperestesia paraespinal.

La trombocitopenia es común. La leucopenia se desarrolla durante las etapas iniciales de la infección y, en los casos no tratados, se sigue de leucocitosis progresiva. Las alteraciones bioquímicas séricas pueden incluir hipoproteinemia, hipoalbuminemia, azoemia, hiponatremia, hipocalcemia y aumento de la actividad de enzimas hepáticas. Se preveen tasas de mortalidad de ~1-10 %.

Lesiones

El daño endotelial vascular se debe a los efectos citopáticos directos de las rickettsias, las cuales se reproducen en el interior de las células endoteliales. La lesión endotelial vascular y la trombocitopenia contribuyen al desarrollo de petequias y equimosis. En perros gravemente afectados puede producirse una necrosis de las extremidades (gangrena) o una CID.

Diagnóstico de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas en perros

  • Basado en los signos clínicos y la serología.

A los perros que presentan signos clínicos característicos de la FMMR, particularmente fiebre o anomalías neurológicas, se les debe evaluar para detectar la FMMR, y es crucial mantener un índice de sospecha en las áreas donde pueden encontrarse las garrapatas vector. El diagnóstico diferencial incluye otras causas de fiebre de origen desconocido; en áreas donde la garrapata marrón del perro es el vector principal, la mayoría de los perros febriles probablemente estarán infectados con Ehrlichia canis, que es más común que la FMMR. En una fase muy temprana de la infección, la PCR de la sangre circulante puede ser positiva, aunque muchos animales gravemente afectados se vuelven negativos a la PCR a medida que las bacterias se mantienen presentes en el endotelio. La PCR de una escara por picadura de garrapata puede ser útil cuando tal lesión está presente. Los casos sospechosos deben tratarse con antimicrobianos apropiados sin esperar la confirmación de la prueba, y la respuesta terapéutica por lo general es drástica, como ocurre en otras enfermedades caninas causadas por rickettsias.

El título de anticuerpos de inmunofluorescencia indirecta (IFA) y el ELISA están disponibles para las pruebas serológicas. Sin embargo, existe una alta incidencia de anticuerpos de reacción cruzada frente a una variedad de rickettsias no patógenas o menos patógenas del grupo de la fiebre manchada, por lo que una sola prueba seropositiva no confirma la FMMR como causa de enfermedad clínica. Los perros que han estado enfermos durante una semana o más pueden desarrollar títulos muy altos, lo que puede respaldar un diagnóstico, aunque los anticuerpos pueden persistir durante meses después de la infección aguda por FMMR. La demostración de un aumento de cuatro veces en el título durante 2-4 semanas puede respaldar de forma retrospectiva que un perro se ha infectado con algún tipo de Rickettsia.

Tratamiento de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas en perros

  • La doxiciclina es el tratamiento de elección.

El tratamiento antibiótico para la FMMR debe administrarse sobre la base de la sospecha clínica sin esperar a los resultados de las pruebas serológicas, porque el retraso en la administración de antibióticos puede dar lugar a tasas más altas de desenlace grave o mortal. La doxicilina es el tratamiento de elección, independientemente de la edad del perro, y se debe administrar a una dosis de 5-10 mg/kg/día, PO o IV, durante 10-21 días. También es eficaz la administración de tetraciclina a una dosis de 22 mg/kg, PO, tres veces al día, durante 2 semanas. El cloranfenicol se ha utilizado para tratar la FMMR en el pasado, pero su uso se asocia con tasas más altas de desenlace mortal en las personas y no se recomienda. Otros antibióticos de amplio espectro son ineficaces frente a la infección por R rickettsii, y existe alguna evidencia en casos humanos de que el uso de fluoroquinolonas puede en realidad empeorar la infección.

Las pruebas seronegativas precoces no deben considerarse una razón para interrumpir el tratamiento, ya que los anticuerpos pueden tardar ≥1 semana en desarrollarse en los casos agudos. Puede ser necesaria terapia de soporte para la deshidratación y la diátesis hemorrágica. Debido a las alteraciones en la integridad vascular, se aconsejan tasas conservadoras de administración de fluidos. Los animales con disfunción neurológica pueden presentar déficits residuales. La inmunidad parece ser de por vida tras la infección natural; por tanto, los episodios recidivantes no deben atribuirse a la FMMR.

Se han de tomar ciertas precauciones para la eliminación y el control seguro de las garrapatas. En entornos en los que se sospecha la transmisión de R rickettsii a partir de R sanguineus, es importante utilizar medicamentos y productos con eficacia probada frente a estas especies de garrapata. Debido a que las infestaciones por R sanguineus pueden ser preocupantes en las perreras y alrededor de las casas, y es necesario un control a largo plazo de las garrapatas para controlar el brote, debe considerarse el uso de collares efectivos de larga acción en todos los perros sensibles; collares que contengan propoxur, amitraz o flumetrina han demostrado actividad frente a R sanguineus.

Riesgo zoonótico de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas en perros

R rickettsiise considera un patógeno zoonótico. El potencial de agrupamiento en hogares y grandes brotes urbanos, particularmente en áreas con transmisión por garrapatas marrones del perro, hace que la FMMR sea una enfermedad de importante preocupación para la salud pública. Aunque la enfermedad clínica se produce tanto en animales como en personas, la implicación de una garrapata vector intermedia necesaria para la transmisión significa que los perros y otros animales infectados no presentan un riesgo de transmisión directa en circunstancias normales. No obstante, los perros son el hospedador principal de las garrapatas marrones del perro, y la abundancia excesiva de perros callejeros puede aumentar el riesgo general para otros perros y personas. Particularmente en áreas donde la transmisión se produce a través de R sanguineus, es importante una estrecha cooperación entre veterinarios, médicos y funcionarios de la salud pública para conseguir el control.

Puntos clave

  • Aunque existen múltiples especies de Rickettsia que pueden transmitirse a las personas, la más común en perros y la más grave en personas y perros es Rickettsia rickettsii, el agente de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas.

  • Los perros infectados suponen un aumento del riesgo para las personas y los perros cuando el vector es la garrapata marrón del perro; y en cualquier región, la presencia de perros infectados es un valioso centinela del riesgo humano.

  • La FMMR causa enfermedad principalmente atribuible a vasculitis y puede ser difícil de confirmar como un diagnóstico, lo que requiere que los clínicos conozcan la prevalencia local, tengan un índice de sospecha y traten los casos sospechosos lo más rápidamente posible.

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