La diarrea vírica bovina/enfermedad de las mucosas es una infección por pestivirus del ganado vacuno y otros rumiantes. La infección provoca inmunodepresión y puede causar signos en múltiples sistemas orgánicos además del tracto digestivo. La enfermedad de las mucosas es una forma infrecuente de infección en el ganado vacuno infectado persistentemente y suele ser mortal. Los signos clínicos varían desde una infección inaparente hasta fiebre, depresión, disminución de la producción de leche, abortos, diarrea y la muerte. El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos, el aislamiento del virus, la serología y la PCR. El tratamiento comprende cuidados de apoyo. La bioseguridad mejorada y las vacunas se utilizan para la prevención y el control.
La diarrea vírica bovina (DVB) es una infección por pestivirus que afecta al ganado vacuno y a algunas otras especies de rumiantes. El nombre de diarrea vírica bovina es engañoso porque la enfermedad no afecta específicamente al aparato digestivo, sino que tiene la inmunosupresión como signo distintivo. La enfermedad clínica asociada con la infección por el virus de la DVB es más común en el ganado joven (6-24 meses de edad). La presentación clínica puede variar desde una infección inaparente o subclínica hasta una enfermedad entérica aguda y grave.
La enfermedad de las mucosas es una forma infrecuente pero muy mortal de DVB que se produce en el ganado vacuno persistentemente infectado y puede tener una presentación aguda o crónica. La enfermedad de las mucosas (EM) se induce cuando el ganado persistentemente infectado (PI) se sobreinfecta con el VDVB citopático. El origen del VDVB citopático que causa la superinfección suele ser interno, como resultado de una mutación del VDVB no citopático persistente residente. En esos casos, el virus citopático es antigénicamente similar al virus no citopático residente y, por tanto, no induce una respuesta inmunitaria. Las fuentes externas del VDVB citopático son otros bovinos y las vacunas vivas modificadas. El ganado vacuno que desarrolla la enfermedad de las mucosas debido a la exposición al virus citopático de origen externo suele producir anticuerpos antivíricos. La prevalencia de la infección persistente suele ser baja, y muchos de los animales persistentemente infectados no desarrollan la enfermedad de las mucosas, al margen de la exposición. La enfermedad de Marek es una enfermedad altamente mortal, caracterizada por una enteritis profusa en asociación con lesiones típicas de la mucosa.
La DVB debe distinguirse de otras enfermedades víricas que causan diarrea y lesiones en la mucosa. Estas incluyen la fiebre catarral maligna, que suele ser una enfermedad esporádica en animales más maduros, la lengua azul y la peste bovina, que se considera actualmente erradicada en todo el mundo.
El virus de la diarrea vírica bovina (VDVB), el agente causal de DVB y el complejo de la enfermedad de las mucosas, se clasifica en el género Pestivirus de la familia Flaviviridae. Aunque el ganado vacuno es el hospedador principal del VDVB, varios informes sugieren que la mayoría de los ungulados de pezuña hendida también son sensibles. Clásicamente, los aislamientos del VDVB se separan dentro de los biotipos citopático y no citopático según su capacidad o falta de capacidad para provocar un cambio citopático manifiesto y muerte celular en cultivos celulares. El VDVB no citopático es el biotipo vírico predominante en la naturaleza, mientras que el VDVB citopático es relativamente raro y de escasa relevancia epidemiológica. El biotipo citopático surge en el ganado que está persistentemente infectado con el biotipo no citopático de la misma cepa del VDVB o genéticamente similar. La conmutación en biotipos es el resultado de las mutaciones que a menudo implican la recombinación del ARN no citopático vírico entre sí, con ARN vírico heterólogo o con ARN de la célula hospedadora.
Según las comparaciones de nucleótidos en la secuencia de ARN vírico, existen al menos dos genotipos víricos (grupos genéticos distintos) de VDVB que pueden dividirse en subgenotipos o genogrupos. Los genotipos víricos son denominados VDVB tipo 1 y VDVB tipo 2, y ambos virus citopáticos y no citopáticos están representados en cada genotipo vírico. En los últimos años se ha reconocido un nuevo grupo de pestivirus atípicos, aparentemente formando una especie separada, de las cuales el ganado vacuno es la especie hospedadora más probable. Los virus de este tercer genotipo de Pestivirus se designan como pestivirus similares a "HoBi". Los subgenotipos son grupos de virus dentro de un genotipo vírico que son muy similares en la secuencia de nucleótidos del ARN vírico. (Los subgenotipos se designan con letras minúsculas; por tanto, los subgenotipos del genotipo 1 del VDVB se representan como 1a, 1b, 1c, etc.). Actualmente, se reconocen al menos 12 subgenotipos del VDVB-1 (VDVB-1a a VDVB-1l) y dos subgenotipos del VDVB-2 (VDVB-2a y VDVB-2b).
El VDVB de tipo 1 y tipo 2 parece estar distribuido en todo el mundo; sin embargo, la prevalencia de cada tipo de virus varía considerablemente entre las regiones. La distribución de los subgenotipos víricos es más restringida, encontrándose muchos subgenotipos víricos solo en ciertas regiones del mundo y, en algunos casos, solo en ciertas regiones de un país. Todos los VDVB, independientemente del genotipo o subgenotipo, están relacionados antigénicamente. Sin embargo, los ensayos serológicos que usan suero obtenido de ganado convaleciente pueden distinguir el VDVB tipo 1 del tipo 2. El grado de variación antigénica entre el VDVB de diferentes genotipos y subgenotipos sigue siendo desconocido, pero existe la preocupación de que las diferencias antigénicas entre el VDVB puedan ser suficientes para afectar a la protección conferida por la vacunación.
Etiología y epidemiología de la diarrea viral bovina
Los estudios serológicos realizados en todo el mundo sugieren que el virus de la diarrea vírica bovina es endémico en la población bovina de la mayoría de los países productores de ganado. En algunos países, la DVB se considera la infección vírica más importante del ganado vacuno. La prevalencia de anticuerpos antivíricos en el ganado varía mucho entre países y regiones geográficas debido a las diferentes prácticas de alojamiento del ganado, las densidades de población, las prácticas de vacunación y la implementación de diferentes programas de control o erradicación. La prevalencia de los anticuerpos antivíricos podría llegar a >90 % si la vacunación se practicase normalmente en la región. Aunque el ganado vacuno de cualquier edad es sensible, la mayor parte de los procesos clínicos se observan en el ganado vacuno entre 6 meses y 2 años de edad.
El ganado vacuno persistentemente infectado con VDVB no citopático sirve como un reservorio natural para el virus. La infección persistente se desarrolla cuando el VDVB no citopático se transmite por vía transplacentaria durante los primeros 4 meses del desarrollo fetal. El ternero nace infectado con el virus, permanece infectado de por vida y suele ser inmunotolerante al virus no citopático residente. La infección transplacentaria que se produce más adelante en la gestación puede provocar aborto, malformaciones congénitas o nacimiento de terneros aparentemente sanos que tienen anticuerpos frente al VDVB.
La prevalencia de la infección permanente varía entre países y entre regiones dentro de un mismo país. La prevalencia media estimada de la infección persistente por VDVB en los animales es ~1-2 %, pero puede acercarse al 4 % en las granjas lecheras con infección endémica por VDVB. En una granja dada, el ganado persistentemente infectado a menudo se encuentra en grupos de animales que tienen aproximadamente la misma edad.
El ganado persistentemente infectado puede excretar grandes cantidades del VDVB en sus secreciones y heces y transmitir fácilmente el virus a compañeros sensibles. Se ha visto a menudo la aparición de enfermedad clínica y trastornos de la reproducción en vacuno sano tras entrar en contacto con un animal persistentemente infectado. Aunque el ganado vacuno persistentemente infectado es importante en la transmisión del VDVB, el virus también puede ser transmitido por insectos picadores, fómites, semen, productos biológicos y otros animales, incluyendo cerdos, ovejas, cabras, camélidos y posiblemente rumiantes silvestres.
Hallazgos clínicos y lesiones de la diarrea viral bovina
La enfermedad causada por el virus de la diarrea vírica bovina varía en cuanto a su gravedad, duración y órganos afectados. La infección de animales inmunocompetentes sensibles con VDVB no citopático o citopático se denomina DVB aguda o transitoria. La infección inaparente o subclínica sin ningún signo clínico seguida de seroconversión es la forma más común de infección en el campo. La enfermedad clínica aguda puede variar desde una enfermedad leve de alta morbilidad y baja mortalidad hasta una enfermedad entérica grave con una mortalidad considerable. La fiebre bifásica (40 °C), depresión, disminución de la producción láctea, inapetencia transitoria, respiración rápida, secreción nasal excesiva y diarrea son los signos típicos de la DVB clínica aguda.
Los signos clínicos de la enfermedad se suelen observar a los 6-12 días tras la infección y dura 1-3 días. La leucopenia transitoria puede observarse al comienzo de los signos de la enfermedad. La recuperación es rápida y coincide con la producción de anticuerpos neutralizantes del virus. En las formas leves de la enfermedad rara vez se observan lesiones macroscópicas. El tejido linfoide es el objetivo primario de la replicación del VDVB, así que puede llevar a una inmunodepresión y al aumento de la gravedad de las infecciones interrecurrentes.
Algunos VDVB (DVB tipo 2) se han asociado con enfermedad clínica grave que se manifiesta con fiebre elevada (~41-42 °C), úlceras orales, lesiones eruptivas de la banda coronaria y del espacio interdigital, diarrea, deshidratación, leucopenia y trombocitopenia. En las vacas trombocitopénicas a veces se pueden ver hemorragias petequiales en la conjuntiva, la esclera, la membrana nictitante de los ojos y en las superficies mucosas de la boca y de la vulva. También se produce una hemorragia prolongada en los puntos de inyección. En las formas graves de la enfermedad aguda se observan nódulos linfáticos aumentados de tamaño, erosiones y ulceraciones del tracto GI, hemorragias petequiales y equimóticas en las superficies serosas de las vísceras y depleción extensiva de linfocitos. La duración de la enfermedad manifiesta puede ser 3-7 días. La alta morbilidad con mortalidad ≥25 % es frecuente. La gravedad de la DVB aguda está relacionada con la virulencia de las cepas víricas que infectan al animal y no depende del biotipo vírico.
En vacas gestantes, el VDVB puede atravesar la barrera placentaria e infectar al feto. Las consecuencias de la infección fetal se suelen observar desde varias semanas hasta varios meses después de la infección de la madre y dependen de la etapa de desarrollo fetal y de la cepa del VDVB. La infección de la madre próxima al tiempo de fertilización puede dar lugar a una reducción de las tasas de concepción. Esta infección, durante los primeros 4 meses de desarrollo fetal, puede producir reabsorción embrionaria, aborto, retraso del crecimiento intrauterino o infección permanente. Las malformaciones congénitas de los ojos y del SNC se producen en infecciones fetales que acontecen los meses 4-6 del desarollo. Después de la infección fetal también se produce momificación fetal, nacimientos prematuros, mortinatos y nacimiento de terneros débiles.
La infección persistente es una importante secuela de la infección fetal con VDVB no citopático. Los terneros persistentemente infectados pueden parecer saludables y de tamaño normal, o bien pueden mostrar un retraso del crecimiento y ser propensos a procesos respiratorios o entéricos. Suelen tener una esperanza de vida corta, y la muerte antes de 2 años de edad es frecuente. Las vacas persistentemente infectadas siempre paren terneros infectados, pero la mayoría de los terneros concebidos por un toro infectado no se infectarán con el virus en el útero. Las lesiones atribuibles al VDVB a menudo no se observan en ganado persistentemente infectado en la necropsia. Los anticuerpos frente a DVB rara vez se detectan en el ganado vacuno persistentemente infectado en ausencia de vacunación o sobreinfección con un VDVB antigénicamente heterólogo. El ganado vacuno persistentemente infectado, expuesto a VDVB antigénicamente distinto a sus virus no citopáticos residentes, puede producir anticuerpos antivíricos. Por consiguiente, la investigación de la infección persistente, utilizando tests serológicos para identificar animales con falta de anticuerpos antivíricos, puede no detectar algunos terneros persistentemente infectados.
Los signos clínicos de la EM aguda incluyen fiebre, leucopenia, diarrea disentérica, inapetencia, deshidratación, lesiones erosivas de las fosas nasales y la boca, y la muerte a los pocos días del inicio. En la necropsia, se pueden encontrar erosiones y ulceraciones por todo el tracto GI. La mucosa de las placas de Peyer puede estar hemorrágica y necrótica. En el examen microscópico se observa necrosis extensa de los tejidos linfoides, especialmente en los asociados al intestino.
Los signos clínicos de la EM crónica pueden durar de varias semanas a meses y son menos graves que las de la EM aguda. Son frecuentes la diarrea intermitente y el deterioro gradual. La coronitis y las lesiones eruptivas de la piel del espacio interdigital causan cojera en algunos animales. Las lesiones observadas en la necropsia son menos pronunciadas, pero similares a las que aparecen en la enfermedad aguda de las mucosas. A menudo, las únicas lesiones macroscópicas observadas son ulceraciones focales en la mucosa del ciego, del colon proximal, o del recto, y la mucosa que recubre las placas de Peyer del intestino delgado puede aparecer hundida.
Diagnóstico de la diarrea viral bovina
Síntomas clínicos y lesiones, seguidos de aislamiento del virus, serología o PCR
La diarrea vírica bovina se diagnostica provisionalmente a partir de la anamnesis de la explotación, los signos clínicos y las lesiones macroscópicas y microscópicas. El apoyo del diagnóstico laboratorial es necesario cuando los signos clínicos y las lesiones macroscópicas son mínimas. El diagnóstico de laboratorio se requiere también en algunos brotes de enfermedad de las mucosas o de DVB aguda grave, que pueden parecer similares a la peste bovina y a la fiebre catarral maligna.
Las pruebas de laboratorio para el VDVB incluyen el aislamiento del virus o del antígeno vírico en muestras clínicas y tejidos, y ensayos que detectan anticuerpos anti-VDVB en suero o leche. Debido a que los anticuerpos frente al VDVB pueden tener una alta prevalencia en regiones con alta prevalencia de infección y/o uso común de vacunas frente a la DVB, una sola prueba serológica rara vez es suficiente para el diagnóstico de una infección reciente. Es necesario un aumento >4 veces mayor en el título de anticuerpos en muestras de suero pareadas obtenidas con ≥2 semanas de diferencia para verificar una infección reciente. El aislamiento del VDVB a partir de sangre, hisopo nasal, muestras o tejidos confirma la infección activa. Para la identificación de la infección persistente es necesario detectar el virus en muestras clínicas obtenidas a intervalos de al menos 3 semanas. Los anticuerpos calostrales pueden alterar la sensibilidad del aislamiento del virus en sangre durante el primer mes de vida.
Un abordaje sensible y rentable para evitar el problema de los anticuerpos maternos que impiden el aislamiento del virus de la sangre en terneros jóvenes consiste en obtener una muesca en la oreja cuando los terneros recién nacidos deben analizarse para determinar el posible estado de PI. Las muescas obtenidas en la oreja se fijan con formol y se envían a un laboratorio de diagnóstico para analizar la presencia de VDVB en la muestra de tejido mediante inmunohistoquímica. En contraste con el aislamiento del virus en sangre, la identificación de los animales PI mediante el corte de las orejas no requiere un muestreo repetido. Los animales infectados transitoriamente se pueden diferenciar de los animales PI basándose en la cantidad mucho mayor de virus presente en el tejido obtenido de terneros PI. En la necropsia, los tejidos a elegir para el aislamiento vírico son el bazo, los nódulos linfáticos y los segmentos ulcerados del tracto GI.
Las alternativas al aislamiento vírico incluyen el ELISA de captura antigénica para detectar el virus en sangre, suero, o biopsia de tejidos, la inmunohistoquímica para detectar proteínas víricas en tejidos congelados o fijados, la PCR para detectar ARN vírico en muestras clínicas, y la PCR o hibridación in situ para detectar ARN vírico en tejidos frescos o fijados. La diferenciación de los genotipos y subgenotipos víricos puede lograrse mediante ensayos de PCR solos o mediante ensayos de PCR seguidos de análisis de la secuencia de nucleótidos, análisis de fragmentos de restricción o análisis de sustitución de nucleótidos palindrómicos. Los ensayos mediante anticuerpos monoclonales y los ensayos de neutralización vírica también diferencian genotipos víricos.
Tratamiento y control de la diarrea viral bovina
El tratamiento comprende cuidados de apoyo
La mejora de la bioseguridad y las vacunas se utilizan para controlar y evitar los brotes.
El tratamiento la diarrea vírica bovina sigue estando limitado principalmente a tratamiento de mantenimiento. El control está basado en las buenas prácticas de tratamiento, que incluyen el uso de medidas de bioseguridad, la eliminación del ganado persistentemente infectado y la vacunación. El ganado de reposición debería ser analizado en busca de infección persistente antes de entrar en el rebaño. La cuarentena o separación física de la reposición del rebaño durante 2-4 semanas debería considerarse, y la vacunación de la diarrea vírica bovina de la reposición debería efectuarse antes de mezclarlos con el resto del rebaño. Las donantes y receptoras de embriones también deberían ser analizadas de infección persistentes. Si la vacunación de las donantes de embriones o de las receptoras está garantizada, debería pasar al menos un ciclo estral antes de la transferencia embrionaria. Dado que el VDVB se excreta en el semen, los sementales deberían ser analizados en busca de la infección antes de su uso. La inseminación artificial debería realizarse únicamente con semen obtenido de toros libres de infección.
El cribado de los rebaños de ganado vacuno para detectar una infección persistente se puede realizar mediante ensayos de PCR utilizando sangre o leche, por métodos clásicos de aislamiento de virus utilizando suero o células de la capa leucocitaria, mediante ELISA de captura de antígeno utilizando suero, capa leucocitaria, leche o biopsias de piel, o por detección de antígenos utilizando métodos inmunoquímicos en biopsias de tejido o piel. Varias estrategias, basadas en el tamaño del grupo, el tipo de rebaño que está siendo investigado, las limitaciones financieras del propietario y la capacidad de diagnóstico del laboratorio que utilizamos, están disponibles para detectar los rebaños con infección persistente. Cuando se identifica, el ganado persistentemente infectado se debe retirar del rebaño tan pronto como sea posible y debe evitarse el contacto directo o indirecto con el ganado gestante.
Se dispone de vacunas inactivadas y vivas modificadas. Contienen una variedad de cepas de VDVB representando ambos biotipos y genotipos víricos 1 y 2. La diversidad antigénica entre el VDVB puede afectar la eficacia de la vacuna si la vacuna o los virus difieren significativamente del virus tratado. En la inmunización del ganado de forma adecuada y segura, ya sea con la vacuna inactivada o con la viva modificada, es importante que se sigan las instrucciones del fabricante. Dado que el VDVB es fetotrópico e inmunosupresor, el uso de vacunas vivas modificadas no está recomendado en el ganado que esté gestante o que presente signos de enfermedad.
Las vacunas inactivadas se pueden emplear en el ganado gestante. La protección conferida por vacunas inactivadas puede ser de corta duración, y la vacunación frecuente puede ser necesaria para prevenir la enfermedad o el fracaso reproductivo. Los anticuerpos del calostro confieren una protección de parcial a completa frente a la enfermedad para la mayoría de los terneros durante 3-6 meses después del nacimiento. La vacunación del ganado neonato que ha adquirido anticuerpos calostrales puede no estimular una respuesta inmunitaria protectora, y puede ser necesaria la revacunación a los 5-9 meses de edad. A menudo se administra una dosis de recuerdo antes de la primera cubrición, y pueden administrarse dosis de recuerdo adicionales en los años siguientes antes de la cubrición.
Puntos clave
Los signos de la diarrea vírica bovina pueden variar desde una infección inaparente hasta una enteritis grave, aborto y muerte.
La enfermedad de las mucosas es una forma de infección que se produce en el ganado vacuno infectado de forma persistente y suele ser mortal.
El diagnóstico puede confirmarse por aislamiento del virus, serología o PCR.
El control y la prevención pueden lograrse mejorando la bioseguridad y la vacunación.