La conjuntivitis por clamidia se refiere a una infección aguda, crónica o recidivante de la conjuntiva de diversos animales con bacterias intracelulares de la familia Chlamydiaceae. Aunque a menudo es asintomática, la infección también puede provocar una inflamación purulenta aguda o crónica de la conjuntiva con o sin la presencia de queratitis u otras patologías. El tratamiento antimicrobiano suele implicar la administración de antibióticos de la clase de las tetraciclinas. Se prefiere la administración sistémica porque la conjuntivitis por clamidia puede surgir como resultado de una infección sistémica y/o implicar la excreción en otras ubicaciones anatómicas.
Etiología y epidemiología de la conjuntivitis por clamidia en animales
Las clamidias son bacterias intracelulares obligadas que forman inclusiones dentro del citoplasma de las células epiteliales. El ciclo de desarrollo de las clamidias implica una alternancia entre el cuerpo reticulado intracelular y el cuerpo elemental extracelular, que es la forma infecciosa del microorganismo. Las clamidias infectan la mucosa de diversas localizaciones anatómicas, como el tracto gastrointestinal, el aparato reproductor y la conjuntiva. Aunque algunas infecciones pueden localizarse, los animales se suelen infectar sistémicamente, lo que da lugar a posibles patologías y a la excreción de clamidia en varias ubicaciones anatómicas.
La conjuntiva es un lugar típico para la patología y la excreción por clamidia. Se han asociado varios miembros de la familia Chlamydiaceae a conjuntivitis en las especies hospedadoras que infectan, como Chlamydia caviae (cobayas), C suis (cerdos), C psittaci (aves) y C pecorum (ganado vacuno, ovino, porcino, otros rumiantes como renos, animales silvestres como koalas, cocodrilos, etc.).
C pecorum es una causa ubicua de infecciones oculares en el ganado, aunque la contribución global a la conjuntivitis infecciosa no está clara. La infección como causa grave de conjuntivitis en los koalas está bien documentada. C suis es una causa de conjuntivitis infecciosa en los cerdos. La conjuntivitis por clamidia en gatos está causada por C felis. C pneumoniae se ha detectado también en gatos con conjuntivitis utilizando métodos moleculares. C psittaci se ha aislado de perros con queratoconjuntivitis y signos respiratorios en una instalación de cría de perros. También se ha documentado en los ojos de las ovejas. El tracoma y la conjuntivitis de inclusión en personas están causados por C trachomatis.
Se han detectado organismos similares a la clamidia (Parachlamydia acanthamoebae) que residen y proliferan dentro de las amebas de vida libre en los ojos de gatos, cobayas, cerdos y ovejas con conjuntivitis. El papel patógeno de estos microorganismos y sus hospedadores amebianos no está claro.
Aunque la enfermedad en gatos se ha denominado neumonitis felina, las clamidias rara vez causan neumonía en esta especie. La infección siempre afecta al ojo, y provoca en ocasiones signos de rinitis, con estornudos y secreción nasal. Aunque los títulos de anticuerpos contra C felis son comunes en algunas poblaciones de gatos, el microorganismo casi nunca se aísla en gatos clínicamente sanos. Los gatos con conjuntivitis por clamidia suelen tener <1 año, y los de 2-6 meses son los que parecen tener mayor riesgo de infección. Es muy poco probable que los gatos con conjuntivitis que tienen >5 años se infecten, y los gatos de <8 semanas pueden tener menos riesgo debido a la presencia de anticuerpos maternos. La transmisión se produce como resultado del contacto directo y estrecho entre gatos, ya que el microorganismo sobrevive mal en el medio ambiente. Los gatos infectados también excretan clamidias por el recto y la vagina, aunque no se ha confirmado si puede producirse una transmisión venérea. Existen escasas evidencias de que las clamidias puedan ser capaces de causar enfermedades reproductivas y cojera en los gatos, aunque estas asociaciones no se han documentado definitivamente.
La infección por clamidia es una de las causas más comunes de conjuntivitis en las poblaciones de cobayas, en las que también se conoce como conjuntivitis de inclusión de cobaya. Al igual que en los gatos, los cobayas jóvenes, especialmente las de 1-2 meses de edad, están predispuestas. También puede hallarse como enfermedad subclínica. Además, nos podemos encontrar con rinitis, enfermedad del tracto respiratorio inferior e infecciones genitales, que causan salpingitis y cistitis en cobayas hembras, y uretritis en machos.
Hallazgos clínicos de la conjuntivitis por clamidia en animales
En los gatos, el periodo de incubación después de la exposición a un gato con infección por clamidia varía de 3 a 10 días. Los signos pueden incluir conjuntivitis de serosa a mucopurulenta, descarga nasal y estornudos. Es improbable que los gatos con signos de rinitis y ausencia de conjuntivitis estén infestados con C felis. Los signos tempranos incluyen hiperemia unilateral o bilateral, quemosis y descarga ocular serosa, con folículos prominentes en la cara interna del tercer párpado en los casos más graves. La queratitis es rara y, si está presente, puede ser el resultado de una coinfección con microorganismos como el herpesvirus 1. Los signos son más graves de 9 a 13 días después del inicio y luego se vuelven más leves durante un periodo de 2 a 3 semanas. En algunos gatos, los signos clínicos pueden durar semanas a pesar del tratamiento, y la recidiva de estos no es infrecuente. Los gatos no tratados pueden albergar el microorganismo durante meses después de la infección.
En el ganado (porcino, ovino, bovino), la infección de los ojos a menudo es asintomática, y el tracto gastrointestinal es el punto primario de infección. Cuando se desarrolla conjuntivitis por clamidia, puede presentarse con otras patologías bien conocidas por clamidia, incluida la poliartritis. La conjuntivitis se suele caracterizar por el desarrollo precoz de epífora bilateral, quemosis e hiperemia conjuntival, con una progresión de la enfermedad hacia la formación prominente de folículos conjuntivales y neovascularización corneal.
Las cobayas pueden desarrollar conjuntivitis de leve a grave, con hiperemia conjuntival, quemosis y secreción ocular mucopurulenta.
Diagnóstico de la conjuntivitis por clamidia en animales
PCR por clamidia en casos de conjuntivitis purulenta
Examen citológico de las secreciones conjuntivales
La conjuntivitis por clamidia en los gatos debe diferenciarse de la conjuntivitis causada por el herpesvirus 1 felino y el calicivirus, y en las cobayas de las infecciones por micoplasma y otras bacterianas (p. ej., "ojo rosa"). El diagnóstico se confirma mejor usando PCR para detectar ADN de clamidias en hisopos conjuntivales; sin embargo, la causalidad debe confirmarse mediante la exclusión de otras causas bien conocidas de conjuntivitis infecciosa en las especies hospedadoras afectadas. El cultivo celular para Chlamydia es sensible y específico, pero no está ampliamente disponible o no es práctico para fines diagnósticos rutinarios. Para el transporte de muestras para cultivo son necesarios medios de transporte especiales para clamidias. Aunque no es lo más adecuado, también pueden usarse hisopos secos para recoger muestras para PCR de clamidias.
Cortesía del Dr. Glenn A. Severin.
El diagnóstico de clamidiosis ocular también puede establecerse mediante la observación de inclusiones clamidiales intracitoplasmáticas en preparaciones citológicas exfoliativas. Los raspados para el examen citológico se obtienen moviendo una espátula sobre la conjuntiva de forma ligera pero firme y extendiendo el material obtenido sobre un portaobjetos de vidrio; la preparación se deja secar al aire y se tiñe. Las inclusiones de clamidia, que contienen cuerpos reticulados, son redondas y, por lo general, se tiñen de púrpura con tinciones de Romanowsky. La citología conjuntival de cobayas suele revelar una respuesta inflamatoria neutrofílica. Las inclusiones normalmente son visibles solo al principio del curso de la infección, pero algunas veces no. Los gránulos de melanina y los restos de algunas preparaciones oftálmicas pueden confundirse con inclusiones, lo que da lugar a falsos positivos, por lo que se recomiendan otras pruebas diagnósticas para confirmar el diagnóstico.
Dados los problemas con la sensibilidad y especificidad de la mayoría de las pruebas serológicas comercialmente viables para las infecciones por clamidia en animales, la serología no es útil para el diagnóstico de la conjuntivitis por clamidia.
Prevención y tratamiento de la conjuntivitis por clamidia en animales
Administración sistémica de antibióticos del grupo de las tetraciclinas
Sin vacunas excepto para gatos
Existen vacunas contra la clamidiosis en gatos, pero no para otras especies. La vacuna contra la clamidobacteria felina no protege completamente de la infección, pero reduce considerablemente la gravedad y las tasas de infección. Su uso puede considerarse en criaderos donde la clamidiosis es endémica.
Casi todos los cultivos de Chlamydia son sensibles a las tetraciclinas. El tratamiento sistémico es mejor que el tratamiento tópico y es lógico, dado que los microorganismos se eliminan desde sitios distintos a la conjuntiva. La resistencia a las tetraciclinas se ha descrito recientemente como un problema creciente en aislados de C suis de cerdos.
En gatos, el tratamiento de elección es la doxiciclina (10 mg/kg/día) durante al menos 4 semanas. Se ha necesitado un tratamiento de hasta 6 semanas para eliminar la infección en algunos gatos. Se deben tratar todos los gatos de la casa. Las fluoroquinolonas, como el enrofloxacino y el pradofloxacino, y la amoxicilina-ácido clavulánico, también se han utilizado con éxito para tratar la clamidiosis felina, aunque su eficacia puede ser menor que la de la doxiciclina. La azitromicina parece no ser eficaz.
Riesgo zoonótico de la conjuntivitis por clamidia en animales
En raras ocasiones, C felis y C caviae se han aislado de personas que conviven con gatos y cobayas infectados. La conjuntivitis folicular se describió en una sola persona inmunodeprimida que resultó estar infestada por C felis. Hubo un informe de detección de C caviae en una persona con secreción ocular serosa que trabajó con ~200 cobayas enfermas. Más recientemente, un grupo de casos de neumonía atípica grave en humanos se ha relacionado con infección por C caviae de cobayas de compañía. Se ha descrito C suis en los ojos de criadores de cerdos y trabajadores de mataderos que han entrado en contacto con cerdos infectados. Las prácticas rutinarias de higiene, como el lavado de manos antes y después de manipular animales de compañía enfermos, pueden reducir el potencial de transmisión de estos microorganismos de los animales afectados a las personas.
Puntos clave
Las infecciones por clamidia son una causa común de conjuntivitis infecciosa en diversas especies de animales domésticos y silvestres.
Cuando se sospecha una etiología por clamidia, está justificado el tratamiento inmediato con la administración sistémica de antibióticos del grupo de las tetraciclinas.
Se debe mantener un control apropiado de la infección, incluido el lavado de manos después del contacto con animales infectados, para reducir el riesgo zoonótico potencial.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre la conjuntivitis por clamidia en gatos.