En los caballos, los tumores de la piel, los ojos y el aparato genital son los más frecuentes, y la malignidad es bastante variable según la localización y el tipo de tumor.1 Las neoplasias de los párpados y conjuntivas son los tumores oftálmicos más frecuentes en los caballos; la mayoría son CCE o sarcoides. Las neoplasias orbitales son raras y por lo general consisten en extensiones locales de tumores del párpado, la conjuntiva o el seno, o neoplasias sistémicas, incluido el linfosarcoma. Las neoplasias intraoculares, por lo general melanomas malignos, son raras.
El CCE se produce más frecuentemente en los caballos a medida que envejecen1 y puede surgir más a menudo en aquellos con párpados sin pigmentación o ligeramente pigmentados. Las razas de tiro y la Appaloosa son las más afectadas. La radiación ultravioleta puede ser un riesgo importante porque la incidencia en América del Norte es mayor en zonas montañosas del sur y del oeste, y en zonas de mayor altitud o de radiación solar media.
Los párpados (~23 % de los casos), el limbo (~28 %), la membrana nictitante (~28 %) y otras localizaciones como la córnea, la conjuntiva y la órbita (~21 %) pueden estar afectados con masas ulceradas y/o proliferativas.1 El borde óseo orbitario y los tejidos orbitarios anteriores deben examinarse cuidadosamente, y puede ser necesario realizar una imagen orbitaria (TC o radiografía) para buscar una invasión local.
El tratamiento del CCE ocular en caballos es similar al del ganado vacuno, aunque la evaluación inicial suele ser más temprana y se pone mayor énfasis en el aspecto estético después del tratamiento. La zona afectada debe examinarse de cerca porque esta masa a menudo puede extirparse por queratectomía, junto con radiación beta o crioterapia adyuvantes, y cubrirse con un injerto de membrana amniótica o conjuntival bulbar de avance permanente. La escisión quirúrgica para el CCE equino ofrece ~50 % de éxito cuando se utiliza sola. Cuando la cirugía se combina con radiación beta, crioterapia, hipertermia o quimioterapia local, la tasa de éxito aumenta notablemente hasta el 75-100 %.1 Para las lesiones que afectan a los párpados, la extirpación quirúrgica junto con la terapia fotodinámica tiene buenos resultados. Como en el ganado vacuno, las lesiones más pequeñas responden mejor al tratamiento.
Los tumores de la membrana nictitante suelen tratarse mediante la escisión completa de las membranas nictitantes y la irradiación beta o la crioterapia complementarias. El lecho quirúrgico debe inspeccionarse de cerca y explorarse para detectar una infiltración más profunda del tumor en la órbita medial y vigilarse cuidadosamente después de la cirugía para detectar cualquier evidencia de recidiva. Las lesiones pequeñas del CCE pueden extirparse más ampliamente, y es posible que no sean necesarias blefaroplastias reconstructivas o cirugías corneoconjuntivales extensas. A menudo, la derivación rápida a servicios especializados que tratan rutinariamente este tipo de neoplasias ofrece los mejores resultados. Se desconoce el papel preventivo de los protectores faciales o las máscaras con el objetivo de reducir la exposición a la radiación ultravioleta del ojo externo; sin embargo, la reducción de la exposición a la radiación ultravioleta debería reducir el riesgo.
Los sarcoides equinos suelen afectar a los caballos más jóvenes (3-6 años de edad).1 Dado que los sarcoides son localmente destructivos y tienen una elevada tasa de recidiva tras la intervención quirúrgica, un tratamiento eficaz cuando los tejidos perioculares están implicados presenta problemas estéticos y funcionales. Como ocurre con cualquier neoplasia, la intervención temprana mejora el éxito.
Los sarcoides se clasifican en ocultos, verrugosos, nodulares, fibroblásticos, mixtos y malignos. Inicialmente aparecen como masas subcutáneas en los párpados o cantos; suelen aumentar de tamaño rápidamente y pueden invadir la piel, adoptando el aspecto de masas carnosas rojas. El tratamiento consiste en cirugía, hipertermia, crioterapia, quimioterapia o radioterapia, o una combinación de estas terapias. La escisión con terapia fotodinámica también ha mostrado cierto éxito. Después de los intentos de extirpar quirúrgicamente el sarcoide, la recidiva puede ser rápida y preceder a la cicatrización de la herida, especialmente si no se añade un tratamiento complementario. Se ha descrito que la inmunoterapia con bacilo de Calmette-Guérin (BCG) como potenciador del sistema inmunitario celular tiene una alta tasa de éxito; sin embargo, la disponibilidad se está volviendo limitada. La radioterapia gamma con iridio-192 (192Ir) recubierto de platino tiene mucho éxito; sin embargo, es menos conveniente y está menos disponible, y suele necesitar una dosis total de 7000-9000 rads. Como con el CCE, la derivación rápida a servicios especializados que tratan rutinariamente este tipo de neoplasias ofrece los mejores resultados.
Referencias
Gilger BC. Equine Ophthalmology, pp: 1560–1609; In: Veterinary Ophthalmology, 5th Edition; Editors: Gelatt KN, Gilger BC, Kern TJ; 2013; John Wiley & Sons, Inc; Oxford, UK.