Para el análisis del carcinoma de células escamosas ocular, consulte la Descripción general de la neoplasia del ojo y las estructuras asociadas.
Los párpados constan de cuatro partes: 1) la piel externa muy delgada y móvil; 2) el músculo orbicular de los ojos, fuerte y circundante, anclado en el canto medial; 3) el tarso fibroso delgado y poco desarrollado, que contiene las glándulas sebáceas de Meibomio y une el párpado al borde orbitario óseo; y 4) la conjuntiva palpebral delgada y flexible, que continúa hasta el fondo de saco conjuntival. Los cilios (pestañas) pueden o no estar presentes, según la especie. Los trastornos del párpado pueden estar asociados con anomalías faciales y orbitarias, razas específicas y enfermedades cutáneas adjuntas, así como con muchas enfermedades sistémicas.
Anomalías de conformación
Cortesía del Dr. Sameeh M. Abutarbush.
El entropión es una inversión total o parcial del borde del párpado que puede afectar a uno o ambos párpados y a los cantos palpebrales. Es el defecto palpebral hereditario más frecuente en muchas razas caninas y ovinas. También puede aparecer después de la formación de cicatrices o de un blefaroespasmo grave debido al dolor ocular o periocular. La inversión ciliar (de las pestañas) o de los pelos faciales es causa de molestia adicional, de irritación conjuntival y corneal y, si es prolongada, de cicatrización, de pigmentación y de una ulceración de la córnea. El entropión espástico precoz puede revertirse si la causa desencadenante se elimina rápidamente o si el dolor se alivia apartando los pelos del párpado del globo ocular con suturas temporales de aproximación en el borde del párpado. Para tratar el entropión en cachorros, potros y ovejas, pueden dejarse suturas temporales o de aproximación o grapas quirúrgicas durante 2-3 semanas. En perros jóvenes, es posible que haya que reemplazar las suturas varias veces, ya que la corrección quirúrgica proporciona el mejor resultado una vez que el perro ha alcanzado su tamaño más maduro de la cabeza, alrededor de los 5-6 meses de edad. El entropión establecido suele necesitar una corrección quirúrgica que, en razas con pliegues faciales superiores gruesos (como el Shar Pei), puede necesitar incluir suturas de avance de los pliegues faciales dorsales para lograr resultados óptimos.
Cortesía de K. Gelatt.
En potros y corderos, el entropión es secundario a la enoftalmía por deshidratación leve o ulceración corneal. Estos casos deben tratarse con suturas temporales de los párpados y el tratamiento de la ulceración corneal, si está presente. La cirugía primaria de entropión no debe realizarse en potros o corderos, porque provocará un ectropión cicatricial apreciable cuando el paciente alcance el tamaño adulto. De manera similar, los perros y gatos de cualquier edad con entropión espástico se tratan mejor con suturas temporales de los párpados hasta que se resuelva la causa de su entropión espástico (ulceración corneal u otra queratitis). Una vez resuelta la queratitis, la cirugía de entropión puede que ya no esté indicada.
El ectropión es la eversión de una parte del borde del párpado, por lo general con una amplia fisura palpebral y párpados alargados. Se produce principalmente en las razas de perros más grandes y por lo general se asocia con párpados excesivamente largos. Se trata de una anomalía de conformación bilateral que es común en varias razas caninas, entre ellas el Perro de San Huberto, el Bull mastiff, el Gran Danés, el Terranova, el San Bernardo y algunas razas de Spaniel. La contracción del párpado debida a cicatrices o parálisis del nervio facial puede producir ectropión unilateral en cualquier especie. La exposición de la conjuntiva a los factores ambientales irritantes y a las infecciones bacterianas secundarias puede causar una conjuntivitis crónica o recidivante. Los antiinflamatorios tópicos pueden controlar temporalmente la inflamación leve o intermitente. Los casos leves también pueden controlarse mediante lavados periódicos repetidos con colirio y lubricación crónica con gel o pomada tópica. Los procedimientos quirúrgicos de acortamiento del párpado suelen estar indicados para proporcionar una función del párpado más normal y una protección más apropiada del globo ocular.
Cortesía de K. Gelatt.
El lagoftalmoses el estado en el que los párpados no pueden cerrarse por completo para proteger la córnea del desecado y de los traumatismos. Puede ser el resultado de unas órbitas muy superficiales (en razas braquicéfalas), de una exoftalmía por lesión orbital que ocupa espacio o de una parálisis del nervio facial. Suelen producirse cicatrices, pigmentación y ulceración corneales. A menos que se pueda corregir una causa incitante, el tratamiento consiste en la lubricación tópica frecuente con geles o pomadas y blefaroplastia quirúrgica para disminuir la apertura del párpado. Según la raza o la causa, puede estar indicado el acortamiento o el cierre del canto medial o lateral. Los pliegues cutáneos nasales excesivos y el pelo facial pueden agravar los daños causados por el lagoftalmos.
Las anomalías de los ciliospueden incluir pestañas adicionales (distiquiasis) o pestañas mal dirigidas en el borde del párpado. Las anomalías de las pestañas son comunes y probablemente hereditarias en algunas razas caninas, pero son raras en otras especies animales. Puede producirse epífora, vascularización corneal, ulceración y cicatrices corneales.
La distiquiasis es una afección en la que crecen pestañas adicionales desde la abertura de la glándula de Meibomio a lo largo del borde del párpado. Puede ser difícil de detectar porque las pestañas adicionales son a menudo del mismo color que el pelo normal del párpado. En algunos casos, las pestañas adicionales son muy finas y no producen signos clínicos ni lesiones. La distiquiasis no se trata a menos que se produzca enfermedad corneal y/o conjuntival. La presencia de pestañas adicionales numerosas o rígidas causa con mayor frecuencia signos clínicos y necesita tratamiento. La eliminación satisfactoria de las pestañas sobrantes requiere la destrucción de la base folicular de los párpados sin lesionar el borde palpebral. El método más popular es la crioterapia aplicada en la base de la glándula de Meibomio en la conjuntiva palpebral. El margen del párpado puede perder su pigmento después de la crioterapia; sin embargo, el pigmento suele recuperarse en los meses posteriores. La crioterapia inadecuada puede provocar la recidiva de la distiquiasis.
Los cilios ectópicos también crecen desde la base de la glándula de Meibomio, pero sobresalen a través de la superficie conjuntival e irritan la córnea. Las pestañas ectópicas que protruyen a través de la conjuntiva palpebral pueden causar un dolor intenso y ulceración corneal. La tumefacción conjuntival puede dificultar la identificación de los cilios ectópicos. Si los cilios adicionales causan daño corneal, los cilios deben tratarse mediante escisión, cauterización o crioterapia.
Inflamación
La blefaritis (inflamación de los párpados) puede producirse debido a una enfermedad del párpado, a la extensión de una dermatitis generalizada, infecciones glandulares locales o bien por factores irritantes como los aceites vegetales o la exposición solar. Los párpados pueden ser el sitio original de afectación de los agentes que conducen a una dermatitis generalizada. En la blefaritis piogranulomatosa, pueden estar afectados tanto los párpados superiores como los inferiores. Con frecuencia están implicados los dermatofitos (todas las especies), Demodex canis (perros), D cati o D gatoi (gatos) y bacterias como los estafilococos. La unión mucocutánea de la piel y la conjuntiva puede ser el asiento de lesiones de enfermedades inmunomediadas como el pénfigo. Pueden ser necesarios raspados, cultivos o biopsias cutáneas para establecer un diagnóstico preciso, así como para dirigir un tratamiento específico. Las infecciones glandulares localizadas pueden ser agudas o crónicas (orzuelo [glándulas de Zeis y Moll] y chalación [glándulas de Meibomio]). La meibomianitis puede afectar a los párpados superiores e inferiores; Staphylococcus y Streptococcus spp suelen estar implicadas.
Dos grandes abscesos en los márgenes del párpado inferior y nasal del ojo de un Caniche miniatura.
Cortesía de K. Gelatt.
Se observan múltiples abscesos pequeños en las aberturas de las glándulas de Meibomio en el borde del párpado inferior.
Cortesía de K. Gelatt.
Múltiples abscesos pequeños de las glándulas de Meibomio del párpado superior. Una pequeña lesión en el borde del párpado inferior (flecha) demuestra cómo se observan estos pequeños abscesos desde la superficie de la piel.
Cortesía del Dr. Ralph Hamor.
Dos grandes abscesos en los márgenes del párpado inferior y nasal del ojo de un Caniche miniatura.
Cortesía de K. Gelatt.
Se observan múltiples abscesos pequeños en las aberturas de las glándulas de Meibomio en el borde del párpado inferior.
Cortesía de K. Gelatt.
Múltiples abscesos pequeños de las glándulas de Meibomio del párpado superior. Una pequeña lesión en el borde del párpado inferior (flecha) demuestra cómo se observan estos pequeños abscesos desde la superficie de la piel.
Cortesía del Dr. Ralph Hamor.
Para la blefaritis, a menudo está indicado el tratamiento sistémico (antimicrobiano y antiinflamatorio) además del tratamiento tópico antimicrobiano y antiinflamatorio. En los casos más graves o crónicos puede ser necesario continuar este tratamiento durante semanas. El tratamiento coadyuvante con compresas calientes y limpieza repetida está indicado en los casos agudos. Deben evitarse las preparaciones tópicas no oftálmicas, para evitar el contacto corneal y conjuntival y la posible irritación. Las causas inmunomediadas de blefaritis pueden necesitar un tratamiento a largo plazo para controlar los signos clínicos.
