Los ionóforos son moléculas liposolubles que transportan iones a través de las membranas celulares lipídicas. Después del transporte de iones, los ionóforos alteran posteriormente el gradiente de concentración de iones de calcio, potasio, hidrógeno y sodio en los microorganismos. Esto evita que el microorganismo mantenga un metabolismo apropiado, lo que da lugar a efectos antimicrobianos. Los ionóforos utilizados en medicina veterinaria incluyen la monensina, el lasalocid, la salinomicina, la narasina, la maduramicina, la semduramicina y el propionato de laidlomicina. La monensina es un ionóforo antimicrobiano prototípico y se deriva de Streptomyces.
La monensina forma complejos con cationes monovalentes, incluyendo sodio y potasio. Los complejos se transportan de forma apolar a través de la membrana celular bacteriana. Como tal, la monensina actúa como un Na+/H+ antiportador. La monensina bloquea el transporte intracelular de proteínas, dando lugar a efectos antibacterianos y antipalúdicos.
La monensina se usa ampliamente en la industria de la carne de vacuno y lechera en la alimentación para prevenir la coccidiosis y mejorar la eficiencia alimentaria. La eficiencia alimentaria mejora gracias a la selección frente a bacterias grampositivas y protozoos en el rumen. Esto permite una mayor eficiencia de las bacterias beneficiosas restantes a través de incrementos en el ácido propiónico y disminuciones en la producción de ácido acético y ácido láctico.
La resistencia a los ionóforos es posiblemente de naturaleza adaptativa y es menos probable que se produzca por mutación o adquisición de genes. La monensina es principalmente metabolizada y excretada por el hígado y se elimina rápidamente en las heces.
Los ionóforos están registrados solo como aditivos alimentarios medicados en EE. UU. La monensina está aprobada en ganado vacuno, pollos, cabras y pavos. El lasalocid está registrado en bovinos, ovinos, pollos, conejos, pavos, pollos y perdices. La salinomicina está registrada en pollos y codornices. La narasina está registrada en cerdos y pollos. La maduramicina y la semduramicina están registradas en pollos. El propionato de laidlomicina está registrado en ganado vacuno. En EE. UU., el uso de alimentos medicados fuera de registro está prohibido en las principales especies animales de abasto (es decir, pollos, pavos, ganado vacuno y porcino).
El uso fuera de registro de alimentos medicados está permitido en especies menores siempre que se cumplan las estipulaciones. Para obtener más información sobre este tema, la FDA ha proporcionado una guía de normas de cumplimiento. Los tiempos de retirada pueden variar entre productos, incluso para el mismo fármaco. Por tanto, cuando se usan productos de acuerdo con las recomendaciones del prospecto, es imprescindible cumplir los periodos de retirada en carne y leche para el producto en particular. Para los casos de uso de fármacos fuera de registro, se recomienda ponerse en contacto con un programa de asesoramiento específico del país para obtener recomendaciones de retirada basadas en la evidencia extrapoladas de la farmacocinética de especies conocidas. En EE. UU., los veterinarios pueden ponerse en contacto con el banco de datos para evitar residuos en animales (FARAD, www.farad.org) para obtener recomendaciones sobre la retirada.
Mientras que los ionóforos son seguros y eficaces en las especies diana que reciben las dosis recomendadas, la intoxicación en especies no diana puede ser mortal. Existe una variabilidad específica por especie en la dosis letal media para los ionóforos, y los caballos, las aves, las ovejas, los cerdos, los perros, los gatos y las ratas son particularmente sensibles a la intoxicación por ionóforos. Por ejemplo, la dosis letal media de la monensina en caballos es de 2-3 mg/kg, de 20 mg/kg en perros y de 20-80 mg/kg en bovinos. El lasalocid parece ser ligeramente más seguro que la monensina. La intoxicación por ionóforos se suele producir por una sobredosis accidental, mal uso en una especie no diana, errores en la mezcla de alimentos e ingestión accidental. La intoxicación por ionóforos se debe directamente a su mecanismo de acción: la alteración de los gradientes iónicos normales. Esta perturbación de los gradientes iónicos intracelulares provoca la desestabilización de las membranas biológicas.
El corazón es el principal órgano afectado en la intoxicación por monensina; sin embargo, también se producen lesiones en el músculo esquelético, el músculo liso y el sistema nervioso. La intoxicación por monensina causa un aumento excesivo de los iones calcio intracelulares en los músculos miocárdicos, lo que provoca taquicardia, taquiarritmias, aumento de la contractilidad, complejos ventriculares prematuros y fibrilación auricular. La intoxicación aguda por dosis elevadas de monensina en caballos causa debilidad, anorexia, cólico, sudoración profusa, taquiarritmias, postración y muerte súbita. La intoxicación crónica o a dosis bajas de monensina en caballos causa insuficiencia cardiaca, bajo rendimiento, debilidad y rigidez muscular.
En los perros, los signos clínicos de la intoxicación por monensina incluyen debilidad, ataxia, midriasis bilateral, cardiomiopatías, mioglobinuria, polineuromiopatía y dificultad respiratoria. En los caballos se ha descrito neurotoxicidad retardada después de la intoxicación por lasalocid. No existen tratamientos o antídotos específicos para la intoxicación por ionóforos.