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Antihelmínticos diversos

PorJozef Vercruysse, DVM;Edwin Claerebout, DVM, PhD, DEVPC
Última revisión/modificación sept 2014

    La piperazina se absorbe rápidamente desde el tracto GI, y la base de piperazina puede detectarse en la orina 30 min después de administrarse el fármaco. La tasa máxima de excreción se produce de 1-8 h después, y prácticamente finaliza a las 24 h. El espectro de actividad de la piperazina se dirige principalmente contra parásitos áscaris en todas las especies (incluyendo a las personas). Su margen de seguridad es amplio.

    El clorsulón es una sulfamida que se administra PO como suspensión para las infecciones (principalmente) con adultos de gusanos hepáticos en ovejas y bovinos, y como inyección SC para bovinos en combinación con la ivermectina. En el plasma, el fármaco se une a la proteína y, al ser esta ingerida por los gusanos hepáticos, inhibe las enzimas del metabolismo glucolítico. El clorsulón tiene un amplio margen de seguridad y está autorizado para su uso en algunos países (p. ej., Australia, Europa) en vacas de leche en producción para consumo humano, pero no está autorizado en EE. UU. para este fin. Los productos combinados que contienen clorsulón e ivermectina están disponibles únicamente para su uso en ganado vacuno; en otras especies, pueden producir reacciones adversas graves.

    La bunamidina es un compuesto contra los cestodos. Se usa en pequeños animales y es más eficaz cuando se administra en ayunas. Se absorbe y metaboliza en el hígado y produce la digestión de los cestodos en el intestino del hospedador. Pueden aparecer vómitos y diarrea leve en algunos animales tratados, y debe evitarse el ejercicio o la excitación en los perros inmediatamente después de la administración.

    El nitroscanato, como los fenoles sustituidos, actúa probablemente desacoplando la fosforilación oxidativa. Se emplea en pequeños animales contra Toxocara, Toxascaris, Taenia, Dipylidium, Ancylostoma, Uncinaria y Echinococcus spp. En ocasiones aparecen vómitos después del tratamiento.

    Se han utilizado varios organofosforados como antihelmínticos; no obstante, su uso está en declive debido a su toxicidad relativa, su eficacia limitada contra las fases inmaduras, el margen de seguridad estrecho y la contaminación del medio ambiente a través de su excreción fecal. El diclorvos se usa como antihelmíntico en caballos, cerdos, perros y gatos; el triclorfón en caballos contra moscas, ascáridos y oxiúridos; y el cumafós, el crufomado, el haloxón y el naftalofós en rumiantes. Debido a su alta volatilidad, el diclorvos es un organofosforado particularmente versátil que se puede incorporar como plastificante en gránulos de resina de vinilo; se libera lentamente de los gránulos inertes a medida que atraviesan el tracto GI, proporcionando una concentración terapéutica a lo largo del tracto. El diclorvos es particularmente útil contra los principales nematodos adultos en cerdos, y fue uno de los primeros antihelmínticos de amplio espectro que se usaron en esta especie. Existe poca o ninguna actividad contra las larvas migratorias de los nematodos.