Cortesía del Dr. Dawn Boothe.
El tratamiento con agentes quimioterapéuticos implica complejas interrelaciones entre el animal hospedador, el patógeno infeccioso y el fármaco, cuyas interacciones comprenden el triángulo quimioterapéutico. Siempre que se usa un fármaco con la intención de matar al agente diana, múltiples factores afectan al éxito terapéutico. Por ejemplo, el microorganismo diana implementará mecanismos para evitar el daño, especialmente los mecanismos de resistencia. Los microbios en particular están asociados con numerosos factores de virulencia y otros mecanismos de autoprotección, y a menudo también enferman al hospedador al mismo tiempo. Asimismo, los factores del hospedador, que aparentemente deberían ayudar al hospedador a defenderse de la infección, pueden volverse perjudiciales para el éxito terapéutico.
Para la mayoría de las infecciones, el éxito del tratamiento depende de que el hospedador tenga un sistema inmunitario funcional. Los factores farmacológicos también influyen en el éxito del tratamiento, sobre todo porque los fármacos deben ser capaces de penetrar en el lugar de la infección para destruir con éxito el microbio. Estas son las interacciones entre los tres puntos del triángulo quimioterapéutico: hospedador, patógeno y fármaco. Si el objetivo del tratamiento antimicrobiano es simplemente resolver los signos clínicos de infección, es posible que no se preste atención a los aspectos de crucial importancia del tratamiento, como la toxicidad o la mitigación de resistencias futuras.
En general, el uso de un antimicrobiano disminuye el tamaño de la población sensible al patógeno infeccioso; sin embargo, es probable que deje una población residual, aunque resistente. Los animales inmunocompetentes son propensos a erradicar esta población residual, pero los animales en riesgo pueden no hacerlo. Por lo tanto, la población puede volver a crecer hasta un tamaño capaz de volver a causar signos clínicos (p. ej., 103-105 UFC en el tracto urinario).
Gran parte del análisis en este capítulo está destinado a respaldar el diseño de las pautas de dosificación (elección apropiada del fármaco, dosis e intervalo) que maximizan la eficacia antimicrobiana y minimizan el riesgo de aparición de resistencia antimicrobiana. Este análisis sobre los agentes quimioterapéuticos se centra en los fármacos que combaten los patógenos bacterianos infecciosos; los fármacos utilizados frente a patógenos fúngicos y víricos se tratan en Agentes antifúngicos y Agentes antivirales, respectivamente.