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Fármacos antitusígenos en animales

PorPatricia M. Dowling, DVM, MSc, DACVIM, DACVCP
Revisado/Modificado ene 2022

La tos es una exhalación repentina y explosiva de aire que sirve para limpiar material de las vías respiratorias. La tos es una forma por la cual los pulmones y las vías respiratorias se protegen de las partículas inhaladas. La tos a veces produce esputo (también llamado flema), una mezcla de moco, desechos y células expulsadas de los pulmones. El reflejo de la tos tiene vías sensoriales (aferentes) y motoras (eferentes). El nervio laríngeo interno transporta la información sensorial desde el área por encima de la glotis en la tráquea hasta el centro de la tos ubicado en el bulbo raquídeo a través del nervio vago. La estimulación de esta zona por polvo o partículas extrañas produce tos para eliminar el material extraño de las vías respiratorias antes de que llegue a los pulmones. La producción de moco en los bronquios es un mecanismo de defensa de las vías respiratorias, el cual aumenta con la inflamación y la infección.

En perros, gatos y caballos, la tos se produce debido a un proceso patológico primario, como infección por Bordetella bronchiseptica ("tos de las perreras") o bronquitis crónica en perros, asma felina o enfermedad respiratoria asociada a la dirofilariosis en gatos y asma equina. En la mayoría de los casos, el tratamiento de la enfermedad primaria resolverá la tos. El tratamiento antitusígeno es de apoyo y está destinado principalmente al bienestar del animal y del propietario. La mayoría de los fármacos antitusígenos son opioides que inhiben directamente el centro de la tos en el bulbo raquídeo ( ver la Tabla: Fármacos antitusígenos). Su efecto antitusígeno no parece estar relacionado con la unión a los receptores opioides tradicionales (mu y kappa). Por ejemplo, el dextrometorfano es un derivado opioide con buena actividad antitusígena en algunas especies; sin embargo, no actúa en los receptores opioides, ni es analgésico ni causa adicción.

Tabla
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La morfina es un antitusígeno eficaz en dosis menores que las que producen analgesia y sedación. No se suele usar como antitusígeno debido a sus efectos secundarios y a su potencial de abuso y de adicción. La morfina tiene poca biodisponibilidad oral debido a un importante efecto de primer paso en el hígado.

La codeína es metilmorfina; la metilación de la morfina mejora significativamente su biodisponibilidad oral al reducir el efecto de primer paso. El fosfato de codeína y el sulfato de codeína se encuentran en varias preparaciones antitusivas como pastillas, líquidos y jarabes. La codeína tiene efectos analgésicos que son aproximadamente una décima parte de los de la morfina; sin embargo, su potencia antitusígena es aproximadamente equivalente a la de la morfina. Los efectos adversos de la codeína son considerablemente menores que los que se producen con la morfina en dosis antitusígenas. Las reacciones adversas (especialmente en gatos) se manifiestan en forma de excitación, espasmos musculares, convulsiones, depresión respiratoria, sedación y estreñimiento. La codeína no debe emplearse tras la cirugía del tracto GI debido a sus efectos en la motilidad intestinal.

La hidrocodona es química y farmacológicamente similar a la codeína, aunque más potente. Se combina con un fármaco anticolinérgico (homatropina) para evitar su abuso por parte de las personas. Se prescribe para perros con tos crónica debida a bronquitis canina; sin embargo, la información sobre su uso es principalmente ocasional.

El dextrometorfano técnicamente no se considera un opioide, porque no se une a los receptores opioides tradicionales y no es adictivo ni analgésico. Es el d-isómero del levorfanol. El l-isómero del levorfanol presenta propiedades adictivas y analgésicas. Aunque se recomienda de forma anecdótica para tratar la tos, un estudio farmacocinético en perros demostró una semivida de eliminación corta, un aclaramiento rápido y una escasa biodisponibilidad oral, por lo que su uso como supresor de la tos administrado oralmente en perros es cuestionable.

El butorfanol, un agonista-antagonista de los opioides, se emplea como analgésico y antitusígeno en el perro. Como antitusivo en perros, el butorfanol es 4 veces más potente que la morfina y 100 veces más potente que la codeína. Puede provocar una sedación considerable a dosis antitusivas en los perros. Debido a que el butorfanol tiene una biodisponibilidad escasa, la dosis oral en perros es 10 veces la dosis SC. En los gatos, el butorfanol se usa principalmente como analgésico inyectable. En algunos gatos, puede causar dolor en el sitio de la inyección, así como midriasis, desorientación, deglución/lamido y sedación.

El maropitant tiene potencial para usarse como supresor de la tos. Se ha demostrado que el antagonismo de NK1 tiene efectos antitusivos en modelos caninos y felinos. En un estudio de perros con bronquitis crónica, el maropitant administrado a 2 mg/kg, PO, cada 48 horas durante 14 días redujo la frecuencia de la tos.

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