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Farmacoterapéutica en la prostatitis bacteriana en perros y gatos

PorPatricia M. Dowling, DVM, MSc, DACVIM, DACVCP
Revisado/Modificado nov 2023

    La prostatitis bacteriana es una enfermedad prostática frecuente en los perros macho enteros; también puede observarse en gatos macho enteros. Puede desarrollarse como un trastorno sistémico agudo fulminante o, más comúnmente, como un problema crónico asociado con infecciones del tracto urinario (ITU) recurrentes.

    Se debe tener cuidado al palpar por vía rectal una próstata infectada de forma aguda, porque puede producirse septicemia o endotoxemia. La mayoría de los perros macho enteros con ITU también tienen prostatitis infecciosa.

    La próstata se diferencia del resto del tracto urinario; su acidez produce un gradiente de pH decreciente desde la sangre a través del tejido hasta las glándulas acinares. La distribución de los antimicrobianos en el tejido prostático y en las secreciones prostáticas depende completamente del pH local (6,4) y de la constante de disociación (pKa) de los fármacos. En el caso de los fármacos alcalinos, una gran cantidad de atrapamiento iónico da lugar a concentraciones antimicrobianas elevadas en los tejidos y las secreciones. Por el contrario, los fármacos ácidos como los antimicrobianos betalactámicos no alcanzan concentraciones equivalentes a las concentraciones plasmáticas.

    La elección del antimicrobiano para tratar la prostatitis bacteriana debe basarse en los resultados del cultivo y las pruebas de sensibilidad, y en la capacidad del fármaco para atravesar la barrera hematoprostática. Los antimicrobianos adecuados son altamente liposolubles, básicos y no presentan una fuerte unión a proteínas. Las fluoroquinolonas son la mejor elección empírica frente a infecciones por E coli; el cloranfenicol, la doxiciclina o las trimetoprima-sulfamidas pueden considerarse, dependiendo de los resultados de las pruebas de cultivo y sensibilidad.

    Puede ser necesario continuar el tratamiento antimicrobiano hasta 2 meses, lo que puede favorecer la aparición de resistencias antimicrobianas. La prostatitis bacteriana crónica puede ser difícil de curar. La castración del perro puede aumentar la probabilidad de éxito del tratamiento y prevenir la recidiva.