Los fármacos vasodilatadores pueden clasificarse como reductores de la poscarga o reductores de la precarga. La poscarga se reduce dilatando las arteriolas (es decir, los vasos sanguíneos de resistencia), mientras que la precarga se reduce dilatando las venas (es decir, los vasos de capacitancia). Los dilatadores arteriales se administran en el tratamiento de la hipertensión sistémica en perros y gatos y como tratamiento coadyuvante de la insuficiencia cardiaca congestiva (ICC) en perros, especialmente cuando la ICC es secundaria a una enfermedad degenerativa de la válvula mitral.
Dilatadores arteriales
La hidralazina es un vasodilatador arteriolar, cuyo mecanismo de acción no está claramente dilucidado. Relaja directamente el músculo liso arteriolar inhibiendo el flujo intracelular de calcio o aumentando las concentraciones locales de prostaciclina. La hidralazina no tiene efecto sobre el tono venoso sistémico. Se une al músculo liso, lo que hace que su semivida biológica sea mayor que su semivida plasmática. La hidralazina se absorbe bien tras su administración PO, pero (en humanos) sufre metabolismo de primer paso.
Los efectos tóxicos de la hidralazina pueden ser importantes y están relacionados con su potencia como dilatador arterial que provoca hipotensión. Su potencia produce una mejoría de buena a profunda en la mayoría de los animales en los que está indicada, pero también puede provocar hipotensión sistémica.
La dosis efectiva de digoxina en los perros es de 0,5-3 mg/kg, PO, cada 12 horas. Esta dosis debe ajustarse, comenzando con una dosis baja y ajustando hasta un punto final clínico eficaz mientras se monitoriza la hipotensión. Las dosis pueden necesitar ser incluso menores cuando la hidralazina se combina con otros fármacos que tienen efectos dilatadores arteriales.
Los bloqueantes de los canales de calcio como clase se consideran vasodilatadores; sin embargo, cada agente tiene de forma individual diferentes potencias relativas y efectos adicionales. Los bloqueantes de los canales de calcio también son antiarrítmicos de clase IV, inótropos negativos (una propiedad adversa) y lusitrópicos positivos (fármacos que mejoran la relajación de los cardiomiocitos).
El amlodipino afecta principalmente a los canales de calcio en las arteriolas pequeñas, lo que conduce a la dilatación arterial. El amlodipino es el único bloqueante de los canales de calcio administrado en medicina veterinaria que tiene efectos dilatadores arteriales potentes con efectos insignificantes sobre la inotropía y la conducción. Los efectos del amlodipino son similares a los de la hidralazina y se administra para indicaciones similares en perros y gatos. El amlodipino parece tolerarse mejor por el tracto GI.
El rango de dosis eficaz en perros es de 0,1-0,2 mg/kg, PO, cada 12 horas, o de 0,2-0,4 mg/kg, PO. El rango de dosis eficaz en gatos es de 0,625-1,25 mg/gato, PO, cada 12-24 horas. Esta dosis debe ajustarse, comenzando con una dosis baja y ajustando hasta un punto final clínico eficaz mientras se monitoriza la hipotensión. Las dosis pueden necesitar ser incluso menores cuando el amlodipino se combina con otros fármacos que tienen efectos dilatadores arteriales. En la hipertensión sistémica resistente, se necesitan dosis en el extremo superior del rango. En la insuficiencia cardiaca congestiva en perros, las dosis iniciales deben situarse en el límite inferior del rango y ajustar el efecto, con una monitorización adecuada.
La hiperplasia gingival se ha descrito como un efecto adverso del amlodipino tanto en perros como en gatos.
Dilatadores arteriales y venosos
Los nitratos y nitritos orgánicos relajan tanto el músculo arterial como el músculo liso venoso, a través de una compleja serie de sucesos. A concentraciones bajas, que son las que se suelen administrar en la clínica, predomina la dilatación venosa y por lo general no se ve afectada la resistencia vascular sistémica global. Los efectos farmacológicos aparecen rápidamente. El metabolismo de primer paso limita el uso de estos fármacos a la administración IV, sublingual y tópica (pomada). La tolerancia es un problema con la administración sostenida.
La nitroglicerina, un nitrato orgánico, relaja la musculatura lisa vascular. Sin embargo, la dosis de nitroglicerina administrada clínicamente origina fundamentalmente dilatación venosa y reducción de la precarga. La nitroglicerina está indicada en el tratamiento agudo (de urgencia) de la insuficiencia cardiaca congestiva en perros y gatos; sin embargo, la eficacia de esta indicación en estas especies es anecdótica. Se encuentra disponible para uso IV, sublingual y en pomada. La preparación de pomadas al 2 % es la más administrada; se aplica en la porción sin pelo de la piel del animal (abdomen u oreja).
La dosis de nitroglicerina en perros es de 4-12 mg, por vía tópica, cada 12 horas (máximo de 15 mg/perro por dosis) durante 1-2 días, y en gatos de 2-4 mg/gato, tópicamente, cada 6-8 horas durante 1-2 días.
El efecto adverso más frecuente se refiere a la exposición accidental del personal veterinario, que puede evitarse mediante la aplicación cuidadosa y el marcado de los lugares de aplicación.
El nitroprusiato es uno de los vasodilatadores más potentes de los que se dispone. Es un nitrato orgánico y reduce la precarga (dilatación venosa) y la poscarga (dilatación arterial) de forma dependiente de la dosis. Las ventajas del nitroprusiato son su potencia, inicio de acción rápido y semivida corta. La principal desventaja es que debe administrarse mediante infusión continua IV (1-10 mcg/kg/minuto), con una monitorización adecuada, por lo general invasiva, de la presión arterial.
El nitroprusiato está indicado, en perros, para el tratamiento de urgencia de las crisis hipertensiva y la reducción inmediata de la poscarga (en la insuficiencia cardiaca congestiva grave, con riesgo vital). El nitroprusiato solo debe administrarse durante 48-72 horas debido a la acumulación de su metabolito tóxico, el cianuro.
La prazosina es un antagonista del receptor alfa1 adrenérgico y por ello se considera un vasodilatador mixto. Es eficaz si se administra PO, pero se desarrolla tolerancia rápidamente. Además, sufre un marcado metabolismo de primer paso. La prazosina apenas se administra clínicamente en pequeños animales para el tratamiento de la enfermedad cardiaca primaria.
La dosis en perros y gatos es de 0,5-2 mg/animal, PO, cada 8-12 horas, o de 0,07 mg/kg, PO, cada 8-12 horas.
Inhibidores de la fosfodiesterasa 5
El sildenafilo es un inhibidor de la PDE-5, activo oralmente. La fosfodiesterasa 5 (PDE-5) se encuentra en una concentración relativamente alta en los pulmones y el cuerpo cavernoso del pene.
En los perros, la hipertensión pulmonar es una enfermedad clínicamente importante con altas tasas de morbilidad y mortalidad. Suele ser una secuela de otro proceso patológico y, por tanto, requiere un enfoque terapéutico equilibrado que se dirija a la etiología subyacente, así como a paliar los signos clínicos. Un objetivo importante del tratamiento es disminuir la resistencia de la arteria pulmonar.
Los dilatadores arteriolares sistémicos convencionales no tienen un efecto preferencial sobre la vasculatura pulmonar y, por lo tanto, no tienen ningún beneficio y pueden empeorar los signos clínicos atribuibles a la hipertensión pulmonar. La inhibición de la PDE-5 en las arteriolas pequeñas del pulmón conduce a una dilatación mayor que la de las arteriolas sistémicas. En la hipertensión pulmonar en humanos, los inhibidores de la PDE-5 mejoran tanto la tolerancia al ejercicio como la calidad de vida.
El sildenafilo se administra a perros para el tratamiento coadyuvante de los signos clínicos relacionados con la hipertensión pulmonar secundaria a diferentes etiologías. La prueba de eficacia sigue siendo predominantemente anecdótica, aunque parece ser segura y bien tolerada para esta indicación.
La dosis inicial típica en perros es de 1 mg/kg PO, cada 8 horas, o de 1-2 mg/kg, PO, cada 12 horas. El rango de dosis descrito es de 1-3 mg/kg, PO, cada 8-12 horas. La eficacia puede potenciarse con la coadministración de L-arginina a 250-500 mg/perro, PO, cada 12 horas.
Los efectos adversos del sildenafilo parecen ser infrecuentes en los perros, pero es posible que se produzca hipotensión sistémica de forma ocasional. No se han descrito interacciones farmacológicas, y los informes publicados han documentado el uso de sildenafilo en perros en combinación con muchos otros medicamentos, incluidos los medicamentos convencionales para la insuficiencia cardiaca (p. ej., diuréticos, inhibidores de la ECA, pimobendán), sin efectos adversos reconocidos.