logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Agentes bloqueantes neuromusculares para animales

PorPatricia M. Dowling, DVM, MSc, DACVIM, DACVCP
Revisado/Modificado jun 2021

Los relajantes del músculo esquelético de acción periférica se caracterizan por interferir en la transmisión de los impulsos desde los nervios motores a las fibras del músculo esquelético en la unión neuromuscular, reduciendo o eliminando la actividad motora. La parálisis del músculo esquelético resultante no se asocia a una depresión del SNC. Los animales permanecen totalmente conscientes durante todo el periodo de inmovilización, salvo que se les haya administrado simultáneamente un anestésico o un hipnótico.

La transmisión neuromuscular puede quedar modificada en la membrana del axón (un bloqueo presináptico) o en los receptores colinérgicos del sarcolema (un bloqueo postsináptico).

Varias sustancias importantes pueden alterar la síntesis, el almacenamiento y la liberación de acetilcolina, lo que provoca un bloqueo previo a la unión en la placa motora terminal y, por consiguiente, una parálisis muscular. Entre los bloqueantes presinápticos están las toxinas biológicas, los electrolitos, los anestésicos locales u otros fármacos, y algunos antimicrobianos.

Entre las toxinas biológicas está el veneno de la araña "viuda negra", que vacía las reservas de acetilcolina, la toxina botulínica, que reduce la liberación de acetilcolina, la tetrodotoxina del pez globo y la saxitoxina del marisco, que bloquean los canales de Na+, y por último la grayanotoxina, que se encuentra en los rododendros y promueve la entrada de un exceso de Na+ a través del sarcolema, lo que provoca una despolarización constante de la membrana.

Los electrolitos, como un exceso de Mg2+, inhiben la liberación de acetilcolina del axón y desacoplan el proceso de excitación-contracción al competir con el Ca2+; y la depleción de los niveles de Ca2+, que disminuye la liberación de acetilcolina y deteriora el acoplamiento excitación-contracción.

Los anestésicos locales en concentraciones elevadas son capaces de estabilizar la membrana al bloquear tanto los canales de Na+ como los de K+; el hemicolinio puede inhibir la síntesis de acetilcolina mediante bloqueo de la captación de colina por el nervio.

Los antimicrobianos como los aminoglucósidos (p. ej., gentamicina), polimixinas, tetraciclinas y lincosamidas parecen actuar disminuyendo la disponibilidad de Ca2+ en los lugares de unión a la membrana, en la terminal axónica, y/o reduciendo la sensibilidad de los receptores nicotínicos a la acetilcolina.

Los agentes bloqueantes neuromusculares (NMBA) son despolarizantes (p. ej., succinilcolina) o no despolarizantes (p. ej., atracurio). Los NMBA utilizados para inducir el bloqueo neuromuscular deben elegirse cuidadosamente, teniendo en cuenta las indicaciones clínicas, los factores del paciente y el procedimiento que se va a realizar.

Agentes bloqueantes neuromusculares no despolarizantes competitivos para animales

Los miembros de este grupo de relajantes del músculo esquelético de acción periférica se denominan a menudo agentes curarizantes debido a su relación con los alcaloides del curare, que fueron los primeros que se usaron clínicamente. Los NMBA no despolarizantes competitivos son antagonistas competitivos de la acetilcolina (ACh) que se unen directamente a los receptores nicotínicos postsinápticos. Esto evita que la ACh se una al receptor y que la placa motora se despolarice, lo que da lugar a una parálisis muscular. En función de su estructura química, los NMBA no despolarizantes competitivos se clasifican como esteroideos (p. ej., rocuronio, vecuronio, pancuronio) o bencilisoquinolínicos (p. ej., atracurio, cisatracurio, mivacurio).

En general, los relajantes musculares no despolarizantes no se absorben desde el tracto GI y deben administrarse por vía parenteral, por lo general por vía intravenosa. La unión plasma-proteína es mínima y se produce un rápido equilibrio, aunque solo en el líquido extracelular. Rara vez atraviesan las barreras hematoencefálica y hematoplacentaria. Estos fármacos experimentan una transformación metabólica en cierta medida, y los metabolitos se excretan por vía renal y biliar en la mayoría de los casos. La semivida de eliminación con dosis normales es de 60-100 min, y la duración de la parálisis es de 30-60 min, excepto en el caso del atracurio y el vecuronio, que son de duración más breve, ~20-30 min.

Después de la administración intravenosa de NMBA no despolarizantes competitivos, los músculos esqueléticos se vuelven totalmente flácidos y no responden a la estimulación neuronal. Los músculos que pueden moverse rápidamente, como los del ojo, se paralizan antes que los grandes músculos de la cabeza y cuello, seguidos de los de las extremidades y tronco. Finalmente, el diafragma se paraliza y la respiración se interrumpe. Si la ventilación está controlada (intubación traqueal y ventilación con presión positiva), no aparecen efectos adversos y se produce una recuperación total en sentido inverso, siendo el diafragma el primero en volver a funcionar. Todos los relajantes musculares no despolarizantes que se usan en la actualidad tienen efectos cardiovasculares, muchos de los cuales están mediados por receptores autónomos e histamínicos. El pancuronio produce un aumento moderado de la frecuencia cardiaca y, en menor medida, del gasto cardiaco.

Varios agentes pueden potenciar la actividad de los NMBA no despolarizantes. Entre ellos están otros relajantes del músculo esquelético de acción periférica, anestésicos inhalatorios (halotano, metoxiflurano), antimicrobianos (aminoglucósidos, polimixinas, tetraciclinas y lincosamidas) y otros fármacos (quinidina, procaína, lidocaína, diazepam y barbitúricos). Diferentes trastornos metabólicos, como la hipermagnesemia e hipomagnesemia, la hipopotasemia, la acidosis y la hipotermia, también prolongan la acción de este grupo de fármacos. Los animales que presentan miastenia gravis son mucho más sensibles a la acción de los relajantes musculares.

Las indicaciones para el uso de agentes bloqueantes neuromusculares (NMBA) no despolarizantes incluyen la relajación muscular para procedimientos ortopédicos e intraoculares, los animales hipoxémicos que se resisten a la ventilación mecánica, la intubación traqueal, los animales con una función cardiovascular inestable que necesiten anestesia pero no puedan tolerar la depresión cardiaca, la cesárea en animales intoxicados o de alto riesgo, las convulsiones epileptiformes que no se puedan controlar con los anticonvulsivos habituales, el tétanos, la intoxicación por estricnina, los animales que tiriten en los que deba reducirse el consumo metabólico de oxígeno y la captura de ciertas especies exóticas (p. ej., la galamina se usa para inmovilizar a los cocodrilos). Los animales siempre deben ser controlados cuidadosamente cuando están bajo la influencia de los NMBA, y es esencial el apoyo de la ventilación.

La neostigmina es el antagonista más utilizado para la reversión del bloqueo neuromuscular. La neostigmina tiene las ventajas de la reversión de amplio espectro de todos los NMBA no despolarizantes, su bajo coste y una gran cantidad de datos clínicos que respaldan su uso. Se suele administrar a razón de 0,04 mg/kg, IV. Otros agentes de reversión que pueden administrarse son el edrofonio y la piridostigmina. La administración simultánea de atropina o glicopirrolato con un antagonista de los NMBA mitigará los efectos muscarínicos del antagonista. Se debe vigilar estrechamente a los animales para determinar la función neuromuscular y se ha de continuar con la ventilación hasta que se complete la reversión del bloqueo.

La selección de pautas posológicas ( ver la Tabla: Agentes no despolarizantes competitivos y antagonistas) debe considerarse solamente como una guía general para el uso de NMBA competitivos.

Tabla
Tabla

Agentes bloqueantes neuromusculares despolarizantes para animales

La succinilcolina (suxametonio) es el único relajante muscular de acción periférica de uso común que es agentes bloqueantes neuromusculares (NMBA). El decametonio, el otro integrante del grupo, rara vez se usa en la práctica clínica.

Los agentes bloqueantes neuromusculares (NMBA) ocupan los receptores colinérgicos postsinápticos y, por mecanismos todavía oscuros, provocan la despolarización prolongada de la región de la placa terminal. Esto evita la repolarización completa de la membrana sináptica, haciendo que la placa motora no responda a la acción normal de la acetilcolina. De forma característica, la succinilcolina produce fasciculaciones musculares pasajeras antes de ocasionar parálisis neuromuscular. El inicio de acción de la succinilcolina tras la inyección IV es rápido (20-50 s) y, en la mayoría de las especies, su efecto suele durar 5-10 min. Las pseudocolinesterasas hidrolizan rápidamente la succinilcolina en el plasma e hígado, en la mayoría de las especies, pero existen diferencias genéticas sustanciales a este respecto.

Los relajantes musculares despolarizantes presentan otros efectos farmacológicos. Tras la administración IV de succinilcolina, suelen aparecer fasciculaciones musculares pasajeras, aunque la anestesia general tiende a atenuarlas. Las arritmias cardiacas inducidas por la succinicolina son muchas y muy variadas. La succinilcolina estimula todos los receptores colinérgicos autónomos, tanto nicotínicos como muscarínicos. La administración de succinilcolina puede precipitar una hiperpotasemia súbita y, en ausencia de anestesia, se observa dolor muscular. Después de la recuperación de la parálisis muscular inducida por la succinilcolina, puede aparecer daño muscular e incluso mioglobinuria. La hipertermia maligna o los signos clínicos relacionados con este síndrome también pueden ser el resultado de la administración de succinilcolina en animales propensos.

Los factores capaces de alterar la actividad de los agentes bloqueantes neuromusculares (NMBA) competitivos también pueden influir en los efectos de la acción de la succinilcolina. Además, el uso previo (durante el mes anterior) o simultáneo de parasiticidas organofosfatados externos puede afectar significativamente al tiempo de recuperación de la inmovilización por succinilcolina, debido a la inhibición prolongada de los sistemas enzimáticos de la pseudocolinesterasa. Se ha identificado también una deficiencia genética de pseudocolinesterasas en ciertas razas de ovejas. El ganado vacuno es mucho más sensible a los efectos de la succinilcolina que otras especies.

Las indicaciones para el uso clínico de la succinilcolina son similares a las de los agentes bloqueantes neuromusculares (NMBA). Sin embargo, es inhumano administrar succinilcolina como agente para la eutanasia o para la inmovilización para la castración u otros procedimientos sin analgesia local o general.

No se dispone de antagonistas para revertir la acción de los relajantes musculares despolarizantes. El único tratamiento en casos de sobredosis es la ventilación continuada con presión positiva hasta lograr la recuperación.

Las dosis IV de succinilcolina por especies son las siguientes: caballos: 0,125-0,20 mg/kg (~8 min en decúbito); ganado bovino: 0,012-0,02 mg/kg (~15 min en decúbito); perros: 0,22-1,1 mg/kg (~15-20 min de parálisis); y gatos: 0,22-1,1 mg/kg (~3-5 min de parálisis).