Los ácidos grasos son componentes esenciales de la membrana celular y un componente integral de la barrera intercelular en el estrato córneo. Los ácidos grasos esenciales no pueden sintetizarse, por lo que deben administrarse en la dieta. Los ácidos grasos esenciales más importantes para la homeostasis de la piel del perro y del gato son los ácidos linoleico y linolénico. Se cree que las propiedades antiinflamatorias de los ácidos grasos se deben a la inhibición competitiva del metabolismo del ácido araquidónico, causando una reducción de la síntesis y actividad de prostaglandinas y leucotrienos inflamatorios, y a la formación de subproductos metabólicos del metabolismo normal de los ácidos grasos, que tienen propiedades antiinflamatorias directas.
Los ácidos grasos esenciales están indicados para las enfermedades inflamatorias pruriginosas (p. ej., las alergias o el complejo de granuloma eosinofílico felino), enfermedades costrosas (p. ej., lupus eritematoso discoide) y oncodistrofia. Hay disponibles muchos productos comerciales y se deben emplear a la dosis recomendada del fabricante. La falta de eficacia de un producto no descarta la respuesta a otro, y puede ayudar, en algunos casos, aumentar varias veces la dosis recomendada en el prospecto. Aproximadamente el 20 % de perros y el 50 % de los gatos con prurito alérgico mostraran cierta mejoría. Hay pocos efectos adversos; sin embargo, en raras ocasiones se ha descrito pancreatitis. Las dosis elevadas pueden causar también aumento de peso o diarrea.
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