La fase inicial de la inflamación consiste en tres subfases: aguda, subaguda y crónica (o proliferativa). La fase aguda suele durar 1-3 días y se caracteriza por los cinco signos clínicos clásicos: calor, enrojecimiento, tumefacción, dolor y pérdida de la función. La fase subaguda puede durar de 3-4 días a ~1 mes y corresponde a una fase de limpieza necesaria antes de la fase de reparación. Si la fase subaguda no se resuelve en ~1 mes, se dice que la inflamación se vuelve crónica y puede durar varios meses. El tejido puede degenerar y, en el aparato locomotor, la inflamación crónica puede conducir a lagrimeo y rotura. Alternativamente, después de la fase inflamatoria subaguda, el tejido puede repararse y fortalecerse durante la fase de remodelación.
Desde un punto de vista mecánico, la respuesta aguda a la lesión tisular se produce en la microcirculación en el mismo punto de la lesión. Inicialmente, hay una constricción transitoria de arteriolas; sin embargo, al cabo de varios minutos, los mediadores químicos liberados en el sitio relajan el músculo liso arteriolar, dando lugar a una vasodilatación y una mayor permeabilidad capilar. Entonces, el líquido rico en proteínas se exuda de los capilares hacia el interior del espacio intersticial. Este líquido contiene muchos de los componentes del plasma, incluidos la albúmina, el fibrinógeno, las cininas, el complemento y las inmunoglobulinas que median la respuesta inflamatoria.
La fase subaguda se caracteriza por el movimiento de células fagocitarias en el punto de la lesión. En respuesta a la adhesión, las moléculas liberadas por parte de las células endoteliales activadas, los leucocitos, las plaquetas y los eritrocitos en los vasos sanguíneos lesionados se vuelven pegajosos y se adhieren a la superficie de las células endoteliales superficiales. Los leucocitos polimorfonucleares y los neutrófilos son las primeras células en infiltrarse en el lugar de la lesión. Los basófilos y los eosinófilos son más frecuentes en las reacciones alérgicas o en las infecciones parasitarias. A medida que la inflamación progresa, los macrófagos predominan, eliminando activamente las células o tejidos dañados.
Si la causa de la lesión se elimina, la fase subaguda de la inflamación puede continuar con un periodo de reparación tisular. Los coágulos se eliminan por fribrinólisis, y los tejidos dañados se regeneran o reemplazan con fibroblastos, colágeno o células endoteliales. Durante la fase de remodelación, el nuevo colágeno depositado durante la fase de reparación (principalmente el tipo III) se reemplaza progresivamente por colágeno tipo I para adaptarse al tejido original. Sin embargo, si la inflamación se vuelve crónica, se produce una mayor destrucción de tejido y/o fibrosis.
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