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Descripción general de los agentes antivirales utilizados en animales

PorMelissa A. Mercer, DVM, MS, DACVIM-LA
Revisado/Modificado jul 2022

    El enfoque convencional del control de las enfermedades virales consiste en desarrollar vacunas eficaces, aunque esto no siempre es posible. El objetivo de la terapia antivírica es la erradicación del virus afectando lo menos posible al hospedador, y previniendo la posterior invasión viral. Sin embargo, el método de replicación de los virus hace que su tratamiento sea más difícil que las bacterias.

    Los virus constan de un núcleo genómico de ácido nucleico rodeado de una envoltura proteica o cápside. Algunos virus tienen además una membrana o envoltura lipoproteica. Los virus no pueden replicarse por sí mismos y, por ello, son parásitos intracelulares obligados. Las vías de generación de energía, síntesis proteica y replicación del ADN o ARN del hospedador proporcionan al virus los medios para replicarse.

    La replicación del virus se produce en cinco pasos secuenciales:

    1. Entrada de la célula hospedadora.

    2. Desensamblaje de la cápside (desenvoltura).

    3. Control de la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos del hospedador para producir componentes víricos.

    4. Ensamblaje de proteínas víricas.

    5. Liberación del virus.

    Los fármacos que se dirigen a los procesos víricos deben penetrar en las células del hospedador. Dado que los virus a menudo modulan la división celular, los fármacos que afectan negativamente a un virus también pueden afectar negativamente a las rutas normales del hospedador. Por esta razón, los fármacos antivirales tienen un margen terapéutico estrecho en comparación con los fármacos antimicrobianos. La nefrotoxicosis está surgiendo como una reacción adversa a los fármacos antivirales en la medicina humana.

    El tratamiento se complica aún más por latencia viral, la capacidad del virus para permanecer inactivo dentro de la célula hospedadora (es decir, incorporando su genoma en el genoma del hospedador); la reactivación puede dar lugar a signos clínicos de infección en el animal, incluso si este no ha sido expuesto nuevamente al virus.

    Las pruebas de sensibilidad in vitro se basan en cultivos celulares, aunque desafortunadamente resultan caros. Y lo que es más importante, las pruebas inhibitorias in vitro no se correlacionan necesariamente con la eficacia terapéutica de los fármacos antivirales. La discrepancia entre las pruebas in vitro e in vivo se debe, en parte, al hecho de que algunos fármacos requieren activación (metabolismo) para ser eficaces.

    Solo unos pocos medicamentos antivirales son razonablemente inocuos y eficaces frente a un número limitado de virus, y la mayoría de ellos se han desarrollado para su uso en humanos. En los animales se han estudiado pocos fármacos antivirales, y no se emplean de forma rutinaria en la práctica de la medicina veterinaria. El advenimiento del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el desarrollo del gato como modelo de infección por el VIH han aumentado en cierto modo la base de conocimientos de los animales.

    Existe una preocupación notable de que el uso de agentes antivirales en medicina veterinaria, particularmente en animales productores de alimentos, da lugar al desarrollo de resistencias a estos medicamentos en patógenos humanos. En 2006, la FDA prohibió el uso fuera de registro de adamantanos e inhibidores de la neuraminidasa en pollos, pavos y patos debido a la preocupación por la posible aparición de cepas resistentes de influenza A, incluido el virus de influenza aviar H5N1, en la población humana. La resistencia a los antivirales adamantanos se ha documentado en cepas de influenza A tanto en humanos como en aves de producción, y algunas cepas humanas también han demostrado resistencia a inhibidores de la neuraminidasa. Aunque el uso de fármacos fuera de registro no está prohibido en otras especies, estos antivirales han de considerarse como clases reservadas de fármacos para preservar su eficacia en la población humana, y deben usarse solo en casos de infección documentada y solo cuando otros agentes o las medidas se consideran inadecuadas para la supervivencia del paciente.

    Tabla
    Tabla

    La mayoría de los fármacos interfieren en la síntesis o regulación de los ácidos nucleicos virales. Estos fármacos suelen ser análogos de ácidos nucleicos que interfieren en la síntesis del ARN y ADN. Otros mecanismos de acción son la interferencia en la unión del virus a la célula o la interrupción del encapsulamiento del virus. Algunos virus dominan rutas metabólicas únicas que sirven como dianas farmacológicas. Los fármacos que solo inhiben un paso en el ciclo de replicación viral son virostáticos e interrumpen la replicación viral temporalmente. Por ello, la actividad óptima de algunos fármacos depende de una adecuada respuesta inmunitaria del hospedador. Algunos fármacos antivirales pueden potenciar el sistema inmunitario del hospedador. La [XRef] resume las dosis para algunos fármacos antivirales de uso frecuente.