Un programa integral de bioseguridad debe representar una jerarquía de componentes conceptuales, estructurales y de procedimiento dirigidos a prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas dentro y entre granjas, empresas, instalaciones, regiones, países y continentes. La evitación o la segregación es la forma más eficaz de prevenir la transmisión de enfermedades relacionadas con los animales en propiedad o de producción. Pero dado que todo movimiento de animales dentro de un grupo o a través de las fronteras implica un riesgo de contacto, se necesitan medidas de bioseguridad para reducir el riesgo inevitable.
Bioseguridad conceptual de los animales
La bioseguridad conceptual, el nivel primario de bioseguridad, gira en torno a la ubicación de las instalaciones para animales y sus diversos componentes. La forma más eficaz de limitar el riesgo es el aislamiento físico, por lo que es una consideración primordial a la hora de ubicar nuevas instalaciones de confinamiento o granjas. Lo idóneo sería que las instalaciones/explotaciones no estuvieran situadas cerca de otras explotaciones o vías públicas, especialmente cuando el área tiene una alta densidad de instalaciones para animales (aunque esto no siempre es posible), o cerca de mataderos, mercados de animales vivos, ferias o exhibiciones de animales. Otros métodos de aislamiento incluyen la limitación del uso de vehículos e instalaciones comunes, la limitación del acceso del personal que no esté directamente implicado en la operación y el control de la propagación de enfermedades por parte de alimañas, animales silvestres y el viento.
Bioseguridad estructural de los animales
La bioseguridad estructural, el nivel secundario de bioseguridad, se ocupa de los factores físicos, como el diseño de la explotación, el cercado perimetral, el drenaje, el número/ubicación de los vestuarios, la presencia de duchas, los sistemas de filtración de aire, las instalaciones cerradas y el diseño de los alojamientos en general. La planificación y la programación a largo plazo son importantes y deben tener en cuenta el movimiento in situ de los vehículos, el equipo y los animales, los patrones de tráfico y la entrega/almacenamiento de alimentos.
Bioseguridad procesal de los animales
La bioseguridad procedimental, el nivel terciario de bioseguridad, se ocupa de los procedimientos de rutina para prevenir la introducción (bioexclusión) y la difusión (biocontención) de la infección dentro de una instalación. Estos procesos y actividades deben revisarse constantemente como parte de un programa de control de enfermedades y ajustarse rápidamente en respuesta a las emergencias sanitarias (p. ej., tomar una ducha o cambiarse el calzado y la ropa personal con ropa específica de la explotación antes de entrar en esta, lavarse las manos y desinfectar el equipo en el punto de entrada).