Un manejo adecuado puede reducir la aparición de muchas condiciones propicias para que los caballos contraigan enfermedades. Un manejo informado del entorno y la dieta, el cuidado podal y dental rutinario y la inclusión en un programa de desparasitación y vacunación apropiado forman la base de un programa de salud preventiva. La educación del propietario es importante para el cumplimiento; los propietarios están más dispuestos a seguir los cambios recomendados en los programas de manejo una vez que aprecian sus ventajas, como:
Los cambios en la dieta pueden disminuir la incidencia de ciertos tipos de cólicos, laminitis por desregulación de la insulina (síndrome metabólico equino) y miopatías inducidas por el ejercicio.
Un buen cuidado dental puede reducir el desperdicio de alimento y mejorar la condición corporal.
Minimizar la exposición al polvo y al moho del establo puede disminuir el riesgo de asma equina.
Los programas de vacunación y desparasitación diseñados individualmente pueden disminuir la morbilidad y la mortalidad debidas a la parasitosis, las enfermedades infecciosas y los cólicos.
Los propietarios deben conocer los signos vitales normales y el movimiento correcto de un caballo sano para reconocer mejor cuándo se desarrolla un problema de salud. Los propietarios expertos que trabajan con un veterinario y un herrador pueden proporcionar una buena calidad de vida a cada caballo.