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Manejo nutricional

PorW. Mark Hilton, DVM, DABVP
Última revisión/modificación abr 2014 | Última modificación del contenido nov 2022

La alimentación es el factor limitante más importante en el rendimiento reproductivo de vacas de carne. Es necesaria una comprensión de los principios que subyacen en el manejo nutricional de las hembras reproductoras, incluyendo un conocimiento de los diferentes sistemas de medición de la energía que se suelen usar y sus aplicaciones para diferentes clases de animales, actividades y alimentos. ( See page Nutrición: ganado vacuno de carne.) El aumento de la carga ganadera tiende a aumentar la ganancia por unidad de área de tierra, pero con menor ganancia por animal. La clave es tener estos dos factores en equilibrio para que los pastos se pastoreen óptimamente y la ganancia por animal sea adecuada. El sobrepastoreo es perjudicial para el medio ambiente y puede reducir gravemente la ganancia por animal.

Las necesidades nutricionales varían durante todo el año. Los periodos más críticos para la reproducción son el preparto inmediato, cuando el crecimiento fetal es máximo en coincidencia con la preparación para la lactación, y el posparto temprano cuando la lactación de la vaca es máxima y coincide con la necesidad de volver a cubrirse. (También ver Manejo de la reproducción: ganado vacuno.)

Las condiciones ambientales pueden influir notablemente en las necesidades nutricionales y en la ingesta del ganado. Por ejemplo, el tiempo frío aumenta las necesidades de energía, mientras que el tiempo cálido o revuelto puede disminuir las cantidades de forraje. La calidad y cantidad del forraje de pasto varía mucho durante el año y entre años, influenciadas por la humedad, la fertilidad del suelo, las especies de plantas y la presión del pastoreo. Los cambios estacionales en la densidad de nutrientes de los forrajes están principalmente asociados con el grado de madurez de la planta. Por lo general, el mayor valor nutricional de las plantas se desarrolla antes de la madurez. Un buen manejo nutricional incluye igualar, tanto como sea posible, los requerimientos nutricionales de las vacas y la densidad en nutrientes del pasto mediante una consideración cautelosa de factores como los tipos de animales involucrados, carga ganadera, especies de plantas disponibles, época de pastoreo, fertilización y métodos de pastoreo empleados.

Puntuación de la condición corporal:

La determinación precisa y a tiempo del estado nutricional de los animales en pastoreo representa un reto para los productores de carne, porque hay muchas variables que pueden influir la respuesta de una vaca a un nivel dado de nutrición. El uso de una PCC es un método indirecto eficaz para determinar el estado nutricional en hembras reproductoras. La PCC representa una evaluación subjetiva de la grasa corporal (o reservas de energía) que está fuertemente ligada al rendimiento reproductivo de las hembras. La PCC y los cambios que se observan en ella parecen ser indicadores más fiables del estado nutricional que el peso corporal o los cambios en el peso corporal, que varían con el llenado del aparato digestivo y con la preñez. Además, la PCC puede con frecuencia evaluarse de manera más adecuada que la medición del peso corporal. La PCC es repetible y precisa en manos expertas. Es mejor determinarla mediante evaluación visual reforzada por palpación de las regiones corporales con más tendencia a mostrar depósitos de grasa. Las observaciones de grupo hechas a distancia cuando los animales están en el pasto o en prados son menos precisas que las que se hacen cuando los animales están cerca del corral o en el potro de contención.

La PCC varía a lo largo del año y debería evaluarse regularmente. En los sistemas 1-9 de medición de la PCC en América del Norte, el estándar de referencia para hembras de carne es una PCC de 5, que representa una vaca media, que no está gorda ni delgada. Sin embargo, la PCC para el rendimiento óptimo de las hembras varía con la raza y la granja y puede ser más alta o más baja. Por lo general, las vacas deben parir cuando están entre las puntuaciones corporales 5-6 (novillas 6-7) y después recuperar el peso perdido en el parto y ganarlo ligeramente hasta la cubrición. Por lo general se precisan ~2 meses para aumentar 1 punto (34,1-45,5 kg) en vacas no lactantes bajo condiciones de pastoreo. Hay que tener cuidado de no basarse en los promedios, porque pueden enmascarar variaciones capaces de afectar negativamente la fertilidad del rebaño.

Mientras que la PCC en el momento del parto se ha demostrado durante mucho tiempo que afecta al éxito reproductivo, los estudios recientes han demostrado que un aumento de la PCC desde el parto hasta la cubrición es tan importante o puede ser más importante que la PCC antes del parto en términos de fertilidad del rebaño. El concepto de aumentar la PCC justo antes de la cubrición es especialmente cierto en las novillas de un año. Estas novillas a menudo se desarrollan con una ración de recrío durante el invierno y luego vuelven a pastar en el momento de la reproducción. Esto causa una disminución en la energía disponible, lo que puede disminuir significativamente la tasa de concepción del primer servicio. Las soluciones para esto son alimentar con una ración de energía más baja durante la etapa de desarrollo y añadir energía adicional a la dieta después de la salida de los pastos.

La PCC de las vacas al parto puede dar mucha información sobre sus posibilidades reproductivas. No obstante, la valoración de la PCC en este momento proporciona un periodo de tiempo relativamente corto para conseguir los objetivos si las vacas están muy delgadas. La valoración de la PCC en hembras durante las cubriciones proporciona la predicción más precisa de la fertilidad del rebaño porque se hace justo antes del acontecimiento predictivo. La desventaja es que no hay oportunidades para corregir deficiencias significativas que puedan afectar a la temporada de cubriciones presente. La valoración de la PCC al mismo tiempo que se efectúa la revisión de la gestación tiene la ventaja de que no requiere un manejo del animal por separado. También da un tiempo considerable para remediar deficiencias obvias antes del parto y de la cubrición siguiente. El inconveniente es que, aunque puede proporcionar claves para explicar patrones de preñez actuales, es demasiado tarde para ponerles remedio. El momento ideal para asignar la PCC a las vacas es ~2-3 meses antes del parto. Esto da tiempo suficiente para llevar a las vacas a una óptima PCC antes del parto, porque la PCC al parto está altamente correlacionada con la fertilidad del rebaño. Es mejor que alguien que no sea el propietario (p. ej., un veterinario, un especialista de campo, etc.) realice la evaluación de la PCC del rebaño, porque el propietario ve las vacas todos los días y es menos probable que observe cambios.