La eliminación de vacas en una explotación de carne por lo general implica eliminar aquellas que no pueden conseguir o mantener los criterios de rendimiento y económicos del rebaño. Otros motivos pueden incluir problemas físicos o de temperamento en los animales, así como eliminaciones juiciosas durante periodos de condiciones climáticas duras o necesidades económicas. La eliminación juiciosa de hembras que no quedan preñadas es también importante para mantener o mejorar la fertilidad del rebaño. Sin embargo, la suposición de que las vacas de desecho son necesariamente infértiles no siempre es correcta; las encuestas recientes indican que ~43 % de las vacas desechadas en EE. UU. están preñadas en el momento del sacrificio. No todas las "vacas abiertas" son necesariamente infértiles. La identificación de las candidatas adecuadas para eliminación es crítica y debería ser un componente importante del diagnóstico de gestación.
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