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Necesidades nutricionales de los ovinos

PorDavid G. Pugh, DVM, MS
Revisado/Modificado ago 2020

Una ración adecuada para un crecimiento y una producción óptimas debe incluir agua, energía (hidratos de carbono y grasas), proteínas, minerales y vitaminas. En condiciones de campo de especial estrés, pueden necesitarse nutrientes adicionales. (Para conocer los requerimientos nutricionales detallados de los ovinos, remítase al más reciente Nutrient Requirements of Small Ruminants, publicado por el National Research Council [www.nap.eduwww.nap.edu].)

Necesidades de agua de las ovejas

Una fuente de agua limpia, fresca y fácilmente accesible debe estar disponible en todo momento. Como requisito mínimo en ambientes templados, las recomendaciones habituales son ~3,8 L de agua por día para ovejas mantenidas con alimentos secos en el invierno, 5,7 L/día para las ovejas lactantes y 1,9 L/día para los corderos en engorde. En muchas áreas de distribución, el agua es el nutriente limitante. Para una mejor producción, debe vigilarse la disponibilidad de agua diariamente para todos los ovinos en todas las condiciones climáticas. Sin embargo, el coste de suministrar agua hace que frecuentemente sea más económico abrevar a los ovinos en extensivo en días alternos. Cuando hay nieve blanda, los ovinos en extensivo no necesitan agua adicional, excepto cuando reciben alimentos secos, como heno y gránulos de alfalfa. Si la nieve está cubierta de hielo, debe romperse este para permitir el acceso de los animales a la primera. En cualquier caso, siempre que sea posible, los ovinos deben tener acceso sin restricciones a agua limpia y fresca.

Necesidades energéticas de las ovejas

Gran parte de la dieta de una oveja depende de la hierba u otros forrajes que pueden ser escasos o de mala calidad, por lo que es importante el suministro de energía dietética adecuada. El forraje de mala calidad, aun cuando sea abundante, puede no proporcionar suficiente energía disponible para el mantenimiento y la producción. Las necesidades de energía de las ovejas son mayores durante las primeras 8-10 semanas de lactación. Ya que la producción de leche disminuye después de este periodo y los corderos han comenzado a comer forraje, las necesidades de las madres se reducen a los niveles previos al parto.

La forma más eficaz y precisa de evaluar la adecuación energética en ovejas es realizar y registrar la condición corporal usando un sistema de puntuación objetivo en una escala de 1-5, siendo 1 la delgadez extrema y 5 la obesidad extrema. La puntuación de la condición corporal se determina palpando la cantidad de grasa que cubre las apófisis espinosas y las apófisis transversas en la región lumbar. La mayoría de las ovejas productivas sanas tendrán una puntuación de 2-3,5. Las ovejas con una puntuación de 1-2 deben examinarse y alimentarse para alcanzar una puntuación más alta, mientras que aquellas con una puntuación >3,5 deben recibir menos alimentos. Los cambios en la ración deben hacerse lentamente y siempre debe evitarse la reducción brusca del consumo total de energía, especialmente desde la mitad de la gestación hasta el parto.

Hay más detalles sobre la puntuación de la condición corporal disponibles en la University of Arkansas Extension, el Western Australia Department of Agriculture y el Farm Advisory Service de Escocia, entre otros.

Necesidades de proteínas de las ovejas

El forraje y los pastos de buena calidad suelen proporcionar proteínas adecuadas para las ovejas maduras, que no crecen y no están en lactación. Se necesita un mínimo de 7 % de proteína bruta en la ración para el mantenimiento de la mayoría de las ovejas. Las necesidades proteicas dependen del momento del ciclo productivo (crecimiento, gestación, lactación, etc.) y de la presencia de ciertas enfermedades (nematodos parásitos internos, enfermedad dental, etc.). Si los forrajes disponibles no pueden proporcionar una cantidad adecuada de proteína bruta, deben administrarse suplementos proteicos, como las harinas de semillas oleaginosas (harina de semillas de algodón, harina de soja) o suplementos comerciales para cubrir las necesidades nutricionales. La proteína debe administrarse para satisfacer las necesidades. La alimentación proteica excesiva puede ser beneficiosa en casos de cargas parasitarias internas excesivas, pero puede aumentar los gastos de producción y puede dar lugar a una mayor incidencia de enfermedades (p. ej., estrés por calor, balanopostitis).

Los ovinos pueden convertir el nitrógeno no proteico (como la urea, el fosfato de amonio y el biuret) en proteínas en el rumen, pero posiblemente con menos eficiencia que el ganado vacuno de carne. Esta fuente de nitrógeno puede proporcionar por lo menos una parte del nitrógeno suplementario necesario en las raciones con un alto contenido de energía, que tienen una proporción nitrógeno:azufre de 10:1. En las dietas de engorde para corderos, la inclusión de alfalfa, estimulantes del crecimiento autorizados y una fuente de carbohidratos fermentables (p. ej., maíz o sorgo molido) mejoran la utilización del nitrógeno.

Necesidades minerales de las ovejas

Los ovinos necesitan los minerales principales sodio, cloro, calcio, fósforo, magnesio, azufre, potasio y los oligoelementos, incluyendo cobalto, cobre, yodo, hierro, manganeso, molibdeno, zinc y selenio. La sal con oligoelementos es un método económico para prevenir carencias de sodio, cloro, yodo, manganeso, cobalto, cobre, hierro y zinc. El selenio debe incluirse en las raciones, mezclas minerales u otros suplementos en las regiones en que es deficitario. Las raciones para ovejas suelen contener suficiente cantidad de potasio, hierro, magnesio, azufre y manganeso. En las ovejas, el estado de los oligoelementos, como yodo, cobalto y cobre, se evalúa mediante una biopsia del tejido hepático. La adecuación del zinc puede valorarse mediante la recogida cuidadosa de sangre no hemolizada en tubos libres de oligoelementos. El estado del selenio se evalúa fácilmente mediante la recogida de sangre completa, preferiblemente heparinizada.

Sal

En EE. UU., con la excepción de ciertas áreas alcalinas de los campos del oeste y a lo largo de la costa, hay que proporcionar sal (cloruro de sodio) a voluntad a los ovinos. Los ovinos necesitan sal para la lactación, la reproducción, la ganancia económica de peso y ser rentables. Las ovejas adultas consumen ~9 g de sal diariamente y los corderos la mitad de esta cantidad. Los ganaderos de ovejas en extensivo suelen proporcionar 225-350 g de sal por hembra y mes. Un nivel de 0,2-0,5 % de sal en la ración es por lo general adecuado.

Calcio y fósforo

En las plantas, las hojas suelen tener un contenido relativamente alto de calcio y bajo de fósforo, mientras que lo contrario se aplica a las semillas o al grano. Las leguminosas tienen en general mayor contenido de calcio que las gramíneas. A medida que las gramíneas maduran, el fósforo se transfiere a la semilla (grano). Además, el contenido de fósforo de la planta depende mucho de la disponibilidad de fósforo en el suelo. Por lo tanto, los pastos de baja calidad, carentes de leguminosas y las plantas silvestres, tienden a ser naturalmente deficitarios en fósforo, especialmente a medida que maduran y las semillas caen.

El ganado ovino que subsiste con forrajes maduros y agostados de verano y en pastos de invernada, desarrollan a veces una carencia de fósforo. Los ovinos mantenidos con estos forrajes o con heno de baja calidad, sin concentrados, deben recibir un suplemento de fósforo (es decir, fosfato de roca desfluorado) añadido a una mezcla de sal con oligoelementos. Como la mayoría de los forrajes tiene un contenido relativamente elevado de calcio, especialmente si hay una mezcla de leguminosas, las raciones suelen satisfacer las necesidades de este elemento para mantenimiento. Sin embargo, cuando la alimentación consiste exclusivamente en ensilado de maíz u otros alimentos procedentes de granos de cereales, deben suministrarse de 9 a 14 g de carbonato de calcio molido diariamente.

El ganado ovino parece tolerar relaciones calcio:fósforo muy amplias siempre que sus raciones contengan más calcio que fósforo. Sin embargo, un exceso de fósforo puede dar lugar al desarrollo de cálculos urinarios u osteodistrofia. Una relación calcio:fósforo de 1,5:1 es apropiada para los corderos en cebo. La ración para ovejas gestantes debe contener ≥0,18 %; y para ovejas lactantes, ≥0,27 %. Un contenido del 0,2-0,4 % de calcio se considera adecuado, siempre que la relación se mantenga entre 1:1 y 2:1.

Yodo

A veces, las necesidades de yodo del ganado ovino no se satisfacen en la ración natural y, por tanto, deben suministrarse suplementos de yodo. Las sustancias bociogénas se encuentran en muchos tipos de plantas (p. ej., Brassica spp) e interfieren en la utilización del yodo en la tiroides. Las regiones naturalmente deficitarias en yodo se encuentran en todo el oeste de EE. UU., en el área de los Grandes Lagos y en muchas otras partes del mundo. La carencia de yodo (manifestada como bocio en adultos y como falta de lana y/o bocio en corderos) puede prevenirse suministrando sal yodada estabilizada a las ovejas gestantes. Los ovejas jóvenes con carencia de yodo pueden abortar o parir crías muertas o con bocio. Las raciones con 0,2-0,8 % ppm de yodo suelen ser adecuadas, dependiendo del nivel de producción del animal (mantenimiento/crecimiento, lactación, etc.).

Cobalto

Los ovinos necesitan ~0,1 ppm de cobalto en la ración. En América del Norte se encuentran suelos deficitarios en cobalto, pero son relativamente raros en comparación con otras partes del mundo. Por lo general, las leguminosas tienen un contenido mayor que las gramíneas. Como rara vez se conocen las concentraciones de cobalto de los alimentos, una buena práctica consiste en suministrar sal con oligoelementos que contenga cobalto.

Cobre

Las ovejas gestantes necesitan ~5 mg de cobre (Cu) diariamente, que es la cantidad proporcionada cuando el forraje contiene ≥5 ppm. Sin embargo, la cantidad de cobre necesaria en la ración para prevenir una carencia de cobre depende del consumo de otros constituyentes dietéticos, sobre todo molibdeno (Mo), sulfato inorgánico y hierro. El consumo elevado de molibdeno en presencia de cantidades adecuadas de sulfato aumenta las necesidades de cobre. Como las ovejas son más sensibles que el ganado vacuno a la intoxicación por cobre, debe tenerse cuidado para evitar el consumo excesivo de cobre. Los corderos pueden intoxicarse si consumen raciones con 10-20 ppm de cobre, en particular si la relación Cu:Mo es >10:1. La relación Cu:Mo en las raciones debe mantenerse entre 5:1 y 10:1.

Selenio

El selenio es eficaz para controlar, al menos parcialmente, la distrofia muscular nutricional. Las áreas al este del río Misisipi y en el noroeste de EE. UU. parecen tener poco selenio. Las necesidades dietéticas son de ~0,3 ppm. Suministrar una mezcla mineral que contenga selenio puede prevenir su carencia si los animales tienen libre acceso a ella. Las concentraciones de 7-10 ppm o mayores pueden ser tóxicas.

Zinc

Los corderos en crecimiento necesitan ~30 ppm de zinc en la ración sobre materia seca. Las necesidades para el desarrollo testicular normal son algo mayores. La carencia clásica de zinc (paraqueratosis) es más frecuente en otros pequeños rumiantes (caprinos, llamas, alpacas), pero se encuentra en ocasiones en los ovinos, en particular si consumen cantidades excesivas de calcio en la ración (leguminosas).

Necesidades vitamínicas de las ovejas

Las raciones del ganado ovino suelen contener una cantidad abundante de vitaminas A (provitamina A), D y E. En ciertos casos, sin embargo, puede ser necesario suministrar suplementos. Las vitaminas del complejo B y la vitamina K son sintetizadas por los microorganismos del rumen y, en la práctica, los suplementos son innecesarios. Sin embargo, puede observarse polioencefalomalacia debido a trastornos en el metabolismo ruminal de la tiamina, secundarios a una alteración del pH y/o de la microbiota del rumen. La vitamina C se sintetiza en los tejidos de los ovinos. Cuando consumen raciones ricas en caroteno, como es el caso de los pastos de buena calidad o de los henos verdes, los ovinos pueden almacenar grandes cantidades de vitamina A en el hígado, a menudo suficientes para satisfacer sus necesidades durante 6 meses.

La vitamina D2 proviene del forraje secado al sol; y la vitamina D3, de la exposición de la piel a la luz ultravioleta. Cuando la exposición de la piel a la luz del sol se reduce debido a tiempo nublado prolongado o a la cría en estabulación, y cuando el contenido de vitamina D2 de la ración es bajo, la cantidad suministrada puede ser inadecuada. Las necesidades de vitamina D aumentan cuando las cantidades de calcio o fósforo en la ración son bajas o cuando la relación entre ellos es amplia. La modificación de la dieta debe hacerse lenta y cautelosamente para evitar la toxicidad por vitamina D. Los corderos de crecimiento rápido alejados de la luz solar directa o alimentados con forrajes verdes (alto contenido de caroteno) durante los meses de invierno (baja irradiación) pueden mostrar signos de deficiencia de vitamina D. Por lo general, el ganado ovino en pastoreo rara vez necesita suplementos de vitamina D.

Las fuentes principales de vitamina E en la ración natural de los ovinos son los forrajes verdes y el germen de las semillas. Como la vitamina E se almacena en el organismo en escasa cantidad, es necesario un consumo diario. Cuando las ovejas se alimentan con heno o forraje de baja calidad, la suplementación con vitamina E puede mejorar la producción, el peso de los corderos al destete y la calidad del calostro. La carencia de vitamina E en los corderos jóvenes puede contribuir a la distrofia muscular nutricional si el consumo de selenio es bajo.