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Descripción general de la nutrición: perros y gatos

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Revisado/Modificado nov 2023

Los perros y gatos domésticos son miembros del orden Carnivora. La observación de cánidos silvestres indica que sus hábitos alimenticios son amplios e incluyen distintas partes de las plantas, así como presas pequeñas y grandes. Además, el genoma del perro doméstico es diferente al del lobo. Por ejemplo, los perros domésticos tienen tres mutaciones genéticas asociadas con funciones clave en la digestión del almidón y la absorción de glucosa que son diferentes a las de los lobos. Como resultado, el perro doméstico muestra una mayor adaptación a los alimentos ricos en carbohidratos y, desde un punto de vista nutricional, los perros se consideran omnívoros.

Por el contrario, los gatos tienen una historia relativamente reciente de domesticación, lo que da lugar a un número más modesto de regiones del genoma con fuertes señales de selección en comparación con los perros, y los cambios genotípicos predominantes en los gatos descritos hasta la fecha están asociados con modificaciones del comportamiento. No obstante, un gato doméstico adulto sano y delgado puede adaptarse a las alteraciones en la ingesta de macronutrientes en la dieta, lo que se traduce en la capacidad del gato para metabolizar con éxito los alimentos en los que una cantidad moderada de calorías proviene de los carbohidratos.

Los gatos domésticos también consumen dietas que contienen nutrientes de origen vegetal y tienen la capacidad de digerir y absorber eficientemente estos nutrientes, como los almidones cocidos, de forma similar a los perros. Sin embargo, desde un punto de vista nutricional, los gatos todavía se clasifican como carnívoros obligados o verdaderos porque tienen adaptaciones metabólicas que dan lugar a necesidades nutricionales que solo pueden satisfacerse mediante una dieta que incluya tejidos animales (es decir, taurina, arginina, ácido araquidónico, vitamina A y vitamina D).

La alimentación con una dieta completa y equilibrada, definida como una dieta que proporciona todos los nutrientes que necesita un perro o un gato para una etapa específica de la vida, es fundamental para la salud general de estos animales. La producción de alimentos comerciales para mascotas de alta calidad es un proceso complejo y, a menudo, puede ser difícil encontrar información en la etiqueta de los alimentos para mascotas que ayude a determinar la calidad. Es frecuente que los propietarios de mascotas se concentren mucho en las listas de ingredientes cuando determinan la calidad de los alimentos para mascotas, buscando carne real en primer lugar en la lista de ingredientes o evitando otra serie de ingredientes. Sin embargo, los animales necesitan nutrientes, no ingredientes, y dos alimentos para mascotas con listas de ingredientes muy similares en la etiqueta del envase pueden diferir en calidad. También es posible vender un alimento para animales de compañía que nunca se haya suministrado a perros o gatos antes de estar disponible comercialmente. Por tanto, otras consideraciones al seleccionar alimentos para mascotas pueden incluir si la compañía realiza investigaciones sobre sus dietas para respaldar sus afirmaciones y la seguridad de los alimentos, o si emplean un equipo de expertos, como nutricionistas veterinarios certificados, formuladores de alimentos para mascotas con experiencia, nutricionistas con una especialidad o un doctorado, especialistas en seguridad alimentaria, microbiólogos o toxicólogos. La World Small Animal Veterinary Association (WSAVA) tiene recomendaciones más generales y globales para seleccionar alimentos para mascotas. Existen numerosas dietas comerciales; sin embargo, los perros y los gatos también pueden prosperar comiendo una dieta preparada en casa formulada por un veterinario nutricionista certificado.

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A pesar de la amplia disponibilidad de piensos comerciales completos y equilibrados para perros y gatos, todavía se da la malnutrición. La malnutrición se define como un desequilibrio de nutrientes e incluye deficiencias y excesos de nutrientes, desequilibrio de nutrientes esenciales o utilización deficiente de nutrientes. Puede producirse desnutrición en mascotas con bajo peso o con sobrepeso. En los últimos años, la obesidad se ha convertido en el trastorno nutricional más frecuente hallado en medicina de pequeños animales, y en 2022 se estimó que el 59 % de los perros y el 61 % de los gatos en EE. UU. tenían sobrepeso o eran obesos (1). La obesidad es una afección inflamatoria crónica que puede conducir a diversos problemas de salud relacionados, así como a acortar la esperanza de vida.

El peso vivo en combinación con la puntuación de la condición corporal (PCC) se usa en muchas especies para estimar la adecuación nutricional y puede ayudar a estimar el peso vivo ideal. La PCC es una evaluación semicuantitativa de la composición de la grasa corporal que varía de caquéctica a gravemente obeso. Aunque la puntuación de la condición corporal es intrínsecamente subjetiva, siempre que se apliquen criterios específicos, es una forma fiable de estimar los niveles de grasa corporal en perros y gatos. En esas circunstancias, la correlación entre la PCC en perros y el porcentaje de grasa corporal es muy significativa (r = 0,90). La exploración física, la observación visual y la palpación se utilizan para asignar una PCC.

Existen dos sistemas de puntuación de la PCC para perros y gatos, una escala 5 puntos y una escala 9 puntos. En una escala de 5 puntos, cada cambio de 1 punto en la PCC por encima o por debajo del ideal (3) representa un cambio del 10 % en la grasa corporal, mientras que con una escala de 9 puntos, cada cambio de 1 punto en la PCC por encima o por debajo del ideal (5 para gatos y 4-5 para perros) representa un cambio del 5 % en la grasa corporal. Por ejemplo, un perro con una PCC de 8/9 tendría un aumento de la grasa corporal de ~15 % por encima del ideal, y un gato con una PCC de 2/5 tendría una disminución de la grasa corporal de un 10 % por debajo del ideal.

El porcentaje de grasa corporal para una PCC ideal es aproximadamente del 20 %; sin embargo, en los perros hay notables excepciones en función de la raza. Por ejemplo, los Galgos, y probablemente otras razas de lebreles, tienen una mayor masa muscular que otras razas. Como resultado, un Galgo con una PCC de 5/9 tiene un 7,2 % de grasa corporal, frente a la media del 20 %. Un Husky o un Rottweiler con una PCC de 5/9, sin embargo, tienen niveles de grasa corporal del 31 % y 32 %, respectivamente.

Los parámetros utilizados para valorar la PCC incluyen la evaluación de la cobertura de grasa sobre las costillas, por debajo de la línea superior (cintura), alrededor de la base de la cola y ventralmente a lo largo del abdomen (pliegue abdominal delante de las extremidades posteriores). Es importante utilizar tanto una evaluación visual como la palpación para asignar una PCC; consúltese la tabla de parámetros empleados para valorar la PCC.

Aunque la PCC es una buena evaluación de la grasa corporal y la adecuación nutricional, no evalúa la masa muscular. La puntuación de la condición muscular (PCM) se realiza para evaluar la masa muscular, que también puede ser una indicación de la adecuación nutricional. El envejecimiento está asociado con la pérdida de masa corporal magra y, dado que las mascotas viven más tiempo, esta es una evaluación importante que se debe realizar en las mascotas mayores. Una pérdida de masa muscular puede ser un síntoma de desnutrición proteica u otra afección médica que produzca sarcopenia. También puede haber disparidades entre la PCC y la PCM; por tanto, la evaluación simultánea de la PCC y la PCM puede detectar a un paciente con una afección en la que la masa grasa puede haber permanecido igual o incluso aumentada, mientras que la masa muscular ha disminuido drásticamente.

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