Nutrición en pequeños animales por etapas de la vida
El peso adulto medio de los gatos domésticos es de 3,2 kg en machos y de 2,8 kg en hembras. El peso normal de los gatitos al nacimiento es 90-100 g. El ritmo de crecimiento es excepcionalmente rápido durante los primeros 3-4 meses, y los gatitos ganan 50-100 g/semana. El ritmo de crecimiento se ralentiza a los 150-160 días de edad y el crecimiento se suele completar a los 200-220 días. Los gatitos suelen pasar a una dieta adulta en algún momento entre los 8 y los 12 meses.
El ritmo de crecimiento de los cachorros es rápido en los primeros 5 meses; en este periodo, ganan una media de 2-4 g/día/kg de peso adulto esperado. El ritmo de crecimiento se ralentiza a los 6 meses de edad, y el crecimiento y la madurez esquelética se completan a los 8-12 meses en las razas pequeñas y medianas y a los 10-16 meses en las razas grandes y gigantes. Sin embargo, el crecimiento y la madurez esquelética pueden no completarse hasta los 10-16 meses en las razas grandes y gigantes.
Hay gráficos de tasas de crecimiento disponibles para trazar las tasas de crecimiento de los cachorros individuales y, al igual que las tablas de tasas de crecimiento para los humanos, pueden indicar si un cachorro está siguiendo un patrón de crecimiento saludable.
Es importante continuar alimentando a un cachorro con una dieta completa y equilibrada destinada al crecimiento hasta que alcance la madurez esquelética, no solo hasta que se haya detenido el crecimiento evidente. Si la raza del cachorro es grande o gigante, es importante alimentar con una dieta de crecimiento específicamente formulada para razas grandes o gigantes.
Prácticas de alimentación en mantenimiento de pequeños animales
Una vez que el perro ha alcanzado ~90 % de su peso adulto esperado se suele recomendar un alimento con menor concentración de nutrientes que el de crecimiento. El objetivo dietético es mantener un peso y condición corporal óptimos para ese perro en particular. Algunos perros adultos pueden alimentarse a libre consumo, pero la mayoría no puede sin volverse obesos.
El mejor régimen de alimentación para prevenir la obesidad en la mayoría de los perros adultos es la alimentación controlada por porciones, por ejemplo, dos comidas premedidas a horas regulares cada día. La mayoría de los perros consumen toda la comida inmediatamente; sin embargo, algunos perros consumen pequeñas cantidades a lo largo del día.
Muchos propietarios ofrecen golosinas y tentempiés, que son a menudo un importante aspecto del vínculo persona-animal. Están disponibles golosinas completas y equilibradas que usan ingredientes bajos en grasa y altos en fibra. Sin embargo, la mayoría de las golosinas no son completas y equilibradas; por lo tanto, para prevenir carencias nutricionales, la cantidad diaria total de golosinas debe ser <10 % de la ingesta energética total.
Los suplementos nutricionales no se precisan y, de hecho, pueden ser perjudiciales en algunos casos. En un animal propenso a la obesidad, el contenido energético de todas las golosinas suministradas debe tenerse en cuenta en un esfuerzo por hacer coincidir el consumo y el gasto de energía. La evaluación regular de la condición corporal del animal ayuda a garantizar un aumento de peso mínimo más allá de los valores óptimos para adultos durante toda la vida.
Algunos gatos adultos inactivos y esterilizados pueden alimentarse con una dieta baja en grasas (9 % de materia seca) a voluntad; sin embargo, es posible que esto no funcione bien en otros gatos. Los gatos expuestos a variaciones de temperatura (p. ej., gatos que permanecen en el exterior casi todo el año o por la noche) pueden comer más durante el invierno.
Puede ser necesario establecer un patrón nutricional diferente en gatos más viejos frente a gatos de mediana edad. Los gatos de mediana edad tienen un mayor riesgo de desarrollar obesidad, mientras que los gatos más viejos a menudo tienen dificultades para mantener el peso.
La capacidad de los gatos mayores para digerir la proteína y especialmente la grasa es a menudo menor que la de los gatos más jóvenes y de mediana edad. Por lo tanto, es importante suministrar un alimento con fuentes de proteína y grasa altamente digestibles. También puede ser necesario modificar la cantidad de estos nutrientes en el alimento (por lo general aumentada) para compensar la alteración de la digestión de la proteína y la grasa. Sin embargo, dependiendo del nivel de actividad, ofrecer un alimento con un contenido diferente de grasa y fibra (aumentados o disminuidos según se precise) puede ser necesario para mantener un peso y condición corporal óptimos.
Prácticas de alimentación en crecimiento y reproducción en perros
El crecimiento, la gestación y la lactación aumentan considerablemente la demanda de nutrientes por encima del mantenimiento. Los piensos para crecimiento tienen mayor concentración de nutrientes, digestibilidad y biodisponibilidad para suministrar los nutrientes necesarios en un volumen menor. La suplementación con calcio, fósforo y vitamina D por encima de la cantidad presente en los piensos completos y equilibrados diseñados para crecimiento y reproducción es raramente necesaria y puede estar contraindicada.
Crecimiento
La sobrealimentación durante el desarrollo aumenta el ritmo de crecimiento. Esto no es deseable, ya que es incompatible con un desarrollo adecuado del esqueleto y, además, contribuye a la obesidad más adelante en la vida. Los métodos de alimentación para cachorros en crecimiento deben individualizarse para cada cachorro y propietario.
Las recomendaciones generales son que los cachorros deben alimentarse tres veces al día entre el destete y los 6 meses de edad; los cachorros de 6-12 meses deben alimentarse dos veces al día. Los cachorros de razas grandes y gigantes deben alimentarse con dietas de crecimiento completas y equilibradas que muestren la declaración de la Association of American Feed Control Officials (AAFCO) que indica que están formuladas para cachorros de razas grandes (p. ej., "incluyendo el crecimiento de perros de gran tamaño [70 libras o más como adultos]").
Los cachorros de razas pequeñas pueden tener que alimentarse más de tres veces al día, y los cachorros de razas pequeñas y medianas pueden alimentarse con una dieta de crecimiento o de todas las etapas de vida que no cumpla los criterios para el crecimiento de los perros de gran tamaño.
Solo se han publicado datos limitados respecto a las curvas de crecimiento de las distintas razas. No obstante, un ritmo lento de crecimiento es preferible a uno rápido. La ganancia de peso debe controlarse estrechamente (semanalmente), y las recomendaciones de alimentación se han de ajustar de modo que el cachorro gane una pequeña cantidad de peso cada semana.
Cuando los cachorros de razas grandes consumieron el 50-70 % de la cantidad ingerida por sus compañeros de camada, el peso adulto, la longitud y la masa ósea y muscular no se vieron afectados; solamente se vio afectada la grasa corporal total. Es difícil detener el crecimiento de un cachorro si se alimenta con piensos de crecimiento completos y equilibrados que hayan superado las pruebas de alimentación de la AAFCO suministrando 2-3 comidas diarias de cantidad adecuada.
Gestación
En las perras gestantes, el crecimiento de los fetos es muy escaso durante los dos primeros tercios de la gestación, pero se produce un crecimiento sustancial de los fetos a partir del final del segundo tercio o al comienzo del último tercio de la gestación. Las recomendaciones de alimentación para perras gestantes durante los dos primeros tercios de la gestación suelen ser las mismas que para el mantenimiento.
Un error habitual es sobrealimentar a la perra al principio de la gestación y subalimentarla durante la lactación. En el último tercio de la gestación, la cantidad total de alimento ofrecido debe aumentarse como mínimo un 20-30 % por encima de la cantidad de mantenimiento, dependiendo del tamaño de la camada y de la condición corporal de la perra en el momento de la gestación. Los piensos de crecimiento se emplean a menudo durante la gestación por su mayor concentración energética y porque suavizan la transición después del parto para mantener la lactación.
Lactación
Según el tamaño de la camada, las perras lactantes a menudo necesitan niveles de energía 2-4 veces superiores a los de mantenimiento para evitar una pérdida excesiva de condición corporal. Se recomienda la alimentación a voluntad utilizando una dieta de crecimiento completa y equilibrada que contenga un 10-20 % de grasa (sobre materia seca) para mantener la lactación y lograr un peso corporal y una condición óptimos de la camada antes del destete.
Si una perra pierde condición corporal de manera apreciable durante la lactación, el contenido de grasa del alimento debe aumentarse a un 20-30 % (sobre materia seca) y debe alimentarse a voluntad. También se recomiendan dietas de crecimiento no formuladas para cachorros de razas grandes y gigantes, incluso si la perra es de una raza grande o gigante.
Prácticas de alimentación en crecimiento y reproducción en gatos
Una de las diferencias más importantes entre las gatas y las perras es que las gatas preñadas muestran un aumento lineal de peso (crecimiento fetal) durante la gestación. Como resultado, las gatas preñadas necesitan consumir más energía casi inmediatamente después de quedar preñadas. Por el contrario, el crecimiento fetal es mínimo durante los dos primeros trimestres de la gestación en la perra, y el consumo de energía por lo general no tiene que aumentarse hasta algún momento entre el final del segundo tercio y el comienzo del tercer trimestre de la gestación.
Como las gatas tienden a perder peso durante la lactación con independencia del alimento suministrado, se asume que las reservas tisulares netas deben incrementarse algo en preparación para la lactación. Debe ofrecerse un alimento de crecimiento para gatitos que contenga un 10-35 % de grasa, un 30-40 % de proteína y poca (<5 %) fibra (sobre materia seca). Los gatitos en crecimiento y las gatas gestantes y lactantes pueden alimentarse a voluntad o varias veces al día para satisfacer sus necesidades diarias.
Durante el último tercio de gestación, la cantidad de alimento y el nivel de nutrientes ingeridos suele incrementarse una media del 25 %, aunque el consumo de energía en gatas durante la gestación se estima que es hasta un 40 % superior al de mantenimiento. Al principio de la gestación e inmediatamente antes del parto, algunas gatas pueden comer menos; estos cambios solo son preocupantes si son prolongados.
Las gatas necesitan consumir 2-3 veces más alimento de lo normal durante la lactación, según el tamaño de la camada. Suplementar un alimento ya equilibrado no es necesario y debe desaconsejarse.
Prácticas de alimentación en perros y gatos geriátricos
Puede que los perros mayores no metabolicen las proteínas de la dieta con la misma eficacia que los jóvenes. Como resultado, los perros mayores pueden necesitar más proteínas en la dieta que sus homólogos más jóvenes para mantener las reservas de proteínas y maximizar las tasas de renovación de proteínas. Además, la digestión de la grasa disminuye con la edad en los gatos, por lo que los gatos geriátricos pueden necesitar un alimento más rico en grasa que los más jóvenes. Por el contrario, algunos perros y gatos llegan a la vejez con sobrepeso considerable, en tanto que otros pueden mostrar alguna pérdida de condición corporal.
Puede ser necesario suministrar un alimento apropiado con un perfil nutricional diferente respecto a los contenidos de energía, grasa o fibra (aumentados o disminuidos), para mantener un peso y condición corporal óptimos.
Los perros y gatos geriátricos deben controlarse en un programa de salud preventiva que incluya evaluaciones periódicas del peso y la condición corporal, así como de la función de los órganos y la función cognitiva (perros). La incidencia de enfermedades orgánicas crónicas degenerativas aumenta con la edad, y el diagnóstico precoz facilita un tratamiento precoz y un manejo nutricional más eficaz.
Trabajo o estrés en las prácticas de alimentación en pequeños animales
Las necesidades calóricas de los perros de trabajo o estresados pueden exceder los niveles de un alimento de mantenimiento, en función del animal y de la intensidad del trabajo desarrollado. La mayoría de los piensos diseñados para trabajo o estrés tienen niveles incrementados de grasas animales, con el resto de los nutrientes equilibrados apropiadamente respecto al aumento de la concentración energética. A niveles extremos de estrés (p. ej., un perro de trineo de Alaska que necesita 10 000 kcal/día), muchas recomendaciones indican no solo aumentar del porcentaje de energía metabolizable (EM) a partir de la grasa, sino también a partir de la proteína, a la par que minimizar la contribución de los hidratos de carbono.
Cualquier recomendación de alimentación diaria debe considerarse una estimación o punto inicial y debe modificarse basándose en la evaluación continua del peso y la condición corporal del perro, el aspecto de la piel y capa, el rendimiento y la actitud general. Se recomienda suministrar una pequeña cantidad de la ración (p. ej., un tercio de la cantidad diaria) antes de empezar un turno de trabajo y ofrecer el resto posteriormente. Debe haber mucha agua fresca disponible y se deben programar momentos de descanso para beber en cualquier rutina diaria de trabajo para estos perros.