En todo el mundo, las cabras se encuentran en una amplia variedad de entornos de producción, desde grandes explotaciones lecheras en los Países Bajos hasta pequeños rebaños en libertad en la selva africana. Las cabras están particularmente adaptadas a los ambientes duros y áridos; sin embargo, prosperan incluso como mascotas en los patios traseros metropolitanos. Debido a que tienen una eficiencia alimenticia mayor que la de otros rumiantes, así como la capacidad de producir carne, leche, pieles y fibra, las cabras son una inversión que vale la pena para muchos productores en todo el mundo, y desempeñan un papel fundamental en los sistemas agrícolas de producción autosuficientes, especialmente en países con recursos limitados.
La población mundial de cabras está detrás de la de ovejas y ganado vacuno; sin embargo, ahora supera los mil millones de cabezas y continúa creciendo a medida que la demanda sigue superando la oferta en muchas zonas. La producción de carne sigue siendo el uso más frecuente para las cabras, con más de 500 millones de cabezas sacrificadas en 2019; no obstante, el número mundial de cabras lecheras está creciendo rápidamente. Entre los años 2007 y 2017, la población mundial de cabras lecheras aumentó en casi un 22 %, hasta alcanzar unos 218 millones de cabezas.
Los métodos de producción para las cabras varían ampliamente en todo el mundo, desde sistemas extensivos, donde las cabras pastan en grandes superficies de tierra durante todo el año, hasta sistemas intensivos de confinamiento en los que los animales están estabulados durante parte del año o siempre. La mayoría de las poblaciones de cabras se encuentran en África y Asia y se mantienen bajo sistemas de manejo extensivos y semiintensivos. En los países ricos en recursos, las cabras criadas como mascotas o en granjas recreativas son una población pequeña, pero también creciente, que se maneja de forma más intensiva.
Aunque los métodos de producción son tan variados como los entornos físicos y socioeconómicos en los que se encuentran las cabras, el manejo de la explotación siempre debe basarse en los principios fundamentales de cría y producción animal. El manejo de cualquier sistema de producción debe basarse en el conocimiento de la raza/tipo de animales criados, de cómo se alojan y alimentan los animales y de los criterios de selección de la cría y el cuidado sanitario.
Las demandas de producción (medio ambiente, número de animales, productos producidos) determinan finalmente el manejo específico de cualquier rebaño de cabras. En general, sin embargo, los principios básicos de la cría de animales se pueden aplicar en la mayoría de los entornos de manejo para mejorar el estado de salud de cualquier explotación.