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Gestación en cabras

PorJamie Lynn Stewart, DVM, MS, PhD, DACT
Última revisión/modificación ago 2021

    La duración de la gestación en cabras es de 145-155 días (promedio de 150 días) y puede verse afectada por la raza, el peso de la camada, el entorno y la paridera. Por lo general, la cabra en el primer parto tiene una o dos crías y en los siguientes partos no es raro que tenga cuatrillizos. La producción de progesterona para el mantenimiento de la gestación depende totalmente del cuerpo lúteo, y 12-24 horas antes del parto se produce una disminución drástica de la progesterona.

    La toxemia de la gestación en cabras es similar a la observada en ovejas. Esta afección se produce durante las últimas 6 semanas de gestación, cuando tiene lugar el 80 % del crecimiento fetal y las demandas de energía son más elevadas (150-200 de aumento sobre las de mantenimiento). A pesar de la mayor demanda de energía, el útero en crecimiento comienza a restringir la capacidad del rumen, reduciendo la ingesta de alimento y predisponiendo a las hembras a desarrollar cetosis. Las razas con mayor riesgo de toxemia de la gestación son las que tienen exceso o defecto de condición corporal y aquellas con fetos múltiples. Estas hembras deben manejarse estrechamente aumentando la alimentación concentrada y controlando los cuerpos cetónicos en la orina durante las últimas 6 semanas de gestación. El propilenglicol oral puede administrarse diariamente a las hembras que desarrollan cetosis subclínica para prevenir la progresión de la enfermedad.

    Las hembras que desarrollan una cetosis grave se volverán anoréxicas y postradas y desarrollarán signos neurológicos debidos a encefalopatía hipoglucémica y polioencefalomalacia secundaria. Si no se trata, las hembras pueden morir rápidamente. Los protocolos de tratamiento dependen del valor de la madre frente a los cabritos; sin embargo, se recomienda la inducción del parto porque la viabilidad de los fetos ya está comprometida. El cuidado intensivo de apoyo de la madre debe incluir la administración de fluidos intravenosos con dextrosa, insulina para inhibir la movilización de ácidos grasos y antiinflamatorios. La vitamina B12 también se puede emplear como estimulante del apetito. El parto puede inducirse usando PGF2alfa sola; sin embargo, la adición de dexametasona estimulará la maduración pulmonar fetal y maximizará las posibilidades de supervivencia del cabrito.

    La cetosis de la lactación es similar a la toxemia de la gestación, pero se produce durante las primeras 3 semanas de lactación en las razas de cabras lecheras de alta producción. Los síntomas clínicos incluyen irritabilidad, anorexia, reducción de la producción de leche y pérdida de peso. Las opciones de tratamiento son las mismas que para las hembras con toxemia de la gestación, según la gravedad.

    La hipocalcemia o fiebre de la leche se presenta en cabras adultas (> 3 años) de alta producción, pero no es tan frecuente ni tan grave como en las vacas. Los primeros signos incluyen marcha rígida, temblores y ataxia que pueden progresar hasta el decúbito completo, un estado comatoso y la muerte si no se tratan. El tratamiento inmediato requiere la administración intravenosa de solución de gluconato de calcio o borogluconato de calcio, seguida de calcio oral o subcutáneo para una absorción prolongada. El tratamiento puede repetirse a las 24 horas para las hembras de alta producción si está indicado.

    El prolapso vaginal es bastante común en las hembras y se cree que tiene un componente hereditario. Puede aparecer intermitentemente durante el final de la gestación debido al aumento de la presión intraabdominal y puede tratarse disminuyendo el llenado del rumen (aumentando la calidad del heno y suplementando con grano hacia el final de la gestación). Si se produce un prolapso vaginal completo, se requiere una intervención para prevenir lesiones, infecciones o distocias. Se recomienda la administración epidural caudal y la colocación de una paleta de prolapso, un arnés de retención o suturas de retención; los propietarios deben observar de cerca a los animales durante el parto. Se debe de advertir a los propietarios de que los prolapsos vaginales serán recidivantes en cada gestación, para que puedan decidir si sacrificar al animal.