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Pubertad y estro en cabras

PorJamie Lynn Stewart, DVM, MS, PhD, DACT
Última revisión/modificación ago 2021

    Las cabras son animales poliéstricos estacionales de ovulación espontánea y presentan un pico de actividad reproductora en el otoño, cuando se acortan las horas de luz. A medida que disminuyen las horas de luz, la secreción de melatonina de la glándula pineal aumenta, lo que activa la liberación pulsátil de GnRH desde el hipotálamo. La secreción hipotalámica de GnRH estimula la liberación de hormona luteinizante (LH) y hormona foliculoestimulante (FSH) desde la hipófisis anterior y favorece el crecimiento de los folículos, estimulando el inicio del eje hipotalámico-hipofisario-gonadal en los reproductores de días cortos.

    Los factores que afectan al inicio y a la duración de la época reproductiva incluyen la ubicación geográfica (es decir, latitud y clima), la raza, la estructura social del rebaño y el fotoperiodo. En las regiones templadas, la época de reproducción natural se limita principalmente al otoño y al invierno para permitir que las crías nazcan en primavera y verano, cuando los recursos nutricionales son adecuados. En condiciones tropicales y subtropicales, donde la temperatura y el fotoperiodo son menos variables, se puede observar un periodo de reproducción prolongado en ciertas razas si se dispone de los recursos apropiados para permitir la cría durante todo el año.

    El inicio de la pubertad en las cabras se suele producir a los 6-8 meses de edad en las hembras y a los 4-6 meses en los machos. La edad de aparición puede variar entre razas y está condicionada por factores ambientales, como la época de nacimiento, la raza y el estado nutricional. En las regiones templadas, los animales nacidos en primavera llegarán a la pubertad a una edad más precoz simplemente porque la madurez fisiológica coincide con periodos de disminución de las horas de luz. Aunque algunas razas, como las cabras Pigmeas, pueden alcanzar la pubertad a los 3 meses de edad, la reproducción debe retrasarse hasta que el animal haya alcanzado al menos el 60 % de su peso corporal maduro para lograr tasas de concepción más altas y un parto más seguro. Las razas de cabras más grandes (p. ej., Nubia, LaMancha, Boer y Saanen) se pueden reproducir de forma segura con ~32 kg. Las cabras jóvenes de Angora deben pesar un mínimo de 27 kg y con frecuencia no se cruzan con el macho hasta que tienen 1½-2½ años de edad. Los veterinarios deben informar a los propietarios sobre la posibilidad de una pubertad más precoz para evitar cruces no intencionados dentro del rebaño.

    El ciclo estral en las cabras es de 21 días, de promedio, pero puede variar con las diferentes razas o condiciones ambientales. Una frecuencia relativamente alta de ciclos cortos es característica de las cabras, y suele darse en las hembras jóvenes y al principio de la época de cría. Pueden observarse ciclos más largos al final de la estación, cuando las hembras están pasando al anestro.

    Se ha descrito que la duración media del celo es de 36 horas, aunque puede variar de 24 a 48 horas, según la edad, la raza, la estación y la presencia de un macho. Se ha registrado una duración media del celo específica de la raza para las cabras Mossi (20 horas), Angora (22 horas), Criolla (27 horas), Alpina Francesa (31 horas), Boer (37 horas), Nubia (42 horas) y Matou (58 horas). La detección del celo se basa en alteraciones del comportamiento, el balido, el movimiento de la cola, enrojecimiento de la vulva, descarga vaginal (que hace que se peguen los pelos de la cola) y "montado" ocasional por otras hembras. Estos comportamientos son más pronunciados en presencia de un macho entero.

    La ovulación puede producirse en cualquier momento a las 9-72 horas después del inicio del estro, por lo general hacia el final del estro. La tasa de ovulación varía según la raza, la estación y el estado nutricional. Las cabras de Angora suelen experimentar un único periodo de ovulación; sin embargo, pueden tener dos si se dispone de suficiente nutrición. Se ha descrito que la tasa media de ovulación es de 1,7 óvulos por hembra en las cabras Boer y de 1,5 en las cabras Maure.

    El "flushing" o "acondicionamiento" es una estrategia en la que se proporciona un estímulo nutricional en un corto periodo de tiempo para mejorar la eficiencia reproductiva en los rumiantes sin afectar a la condición corporal. Esta práctica conduce a un balance energético positivo, que aumenta las concentraciones de leptina e insulina, aumenta la captación de glucosa y se asocia con un aumento de la foliculogénesis y una mayor tasa de ovulación. La suplementación dietética con betacaroteno, una vitamina A y un precursor retinoide, a 50 mg/cabra/día, ha producido este efecto en las hembras. Otra estrategia consiste en suplementar la dieta de las hembras con hasta 0,45 kg/cabeza/día de un grano con un 10-12 % de proteína bruta durante ~2 semanas antes y después de la cría.