El meconio son las primeras heces de los potros recién nacidos. Está compuesto por secreciones intestinales, líquido amniótico ingerido y restos celulares; tiene un aspecto pegajoso y caramelizado. La mayoría de los potros eliminan el meconio en las primeras 9-12 h de vida. Si no se evacuan cantidades suficientes de meconio, la impactación de meconio puede dar lugar a signos clínicos de obstrucción colónica, que suelen manifestarse en las primeras 12-96 h. Estos signos pueden incluir dolor abdominal (cólico), taquipnea y taquicardia, agitación de la cola, inquietud, esfuerzo para defecar y distensión abdominal (gases). Los estudios publicados sugieren que la impactación por meconio puede ser más probable en potros nacidos después de >340 días de gestación y en machos. El meconio por lo general se puede identificar mediante radiografía abdominal simple o de contraste o ecografía, o mediante un examen rectal cuidadoso con sujeción o sedación adecuadas. En las radiografías, el meconio a menudo aparece como contenido granular en el colon ascendente o descendente, con el intestino distendido por líquido o gas proximal a la obstrucción.
Tratamiento de la impactación de meconio en potros
Muchos casos de impactación de meconio responden al tratamiento médico, incluyendo el uso juicioso de analgésicos, fluidoterapia IV, laxantes orales (120-240 mL de aceite mineral administrado por sonda nasogástrica; 30-60 mL de leche de magnesia) y enemas como el pilar del tratamiento. Se prefieren los enemas con detergente líquido y agua tibia (½ cucharadita de detergente líquido añadido a 500 mL de agua), aunque los enemas de fosfato comercial también se pueden utilizar (la administración repetida puede aumentar el riesgo de intoxicación por fosfato). Los enemas con acetilcisteína también pueden ser muy eficaces, porque se ha propuesto la hipótesis de que la acetilcisteína escinde los enlaces disulfuro en las moléculas de mucoproteína del meconio, lo que disminuye su firmeza global. Se prepara una solución de acetilcisteína al 4 % añadiendo 20 g de bicarbonato de sodio y 8 g de acetilcisteína a 200 mL de agua.
Se inserta un catéter de Foley de 30 French con un balón de 30 mL ~2,5-5 cm en el recto, y el balón se infla lentamente para ocluir el recto. Posteriormente, se administran 100-200 mL de la solución de acetilcisteína al 4 % por gravedad y se retienen durante 30-45 min. Si es necesario, el tratamiento puede repetirse 12 horas más tarde. En ocasiones, los enemas repetidos pueden dar lugar a una irritación notable de la mucosa y a un esfuerzo persistente más allá de la resolución de la impactación de meconio, confundiendo así la evaluación del éxito del tratamiento.
Se debe considerar la intervención quirúrgica si el tratamiento médico no tiene éxito, especialmente en presencia de dolor persistente que no responde a los analgésicos, taquicardia persistente, distensión abdominal progresiva o aumento de proteínas en el líquido peritoneal y/o recuento de células nucleadas.
El pronóstico de la impactación de meconio no complicada se suele considerar de bueno a excelente.