La terapia manual se refiere, en general, a los abordajes de tratamiento que implican las manos, como el masaje y la terapia quiropráctica. Algunos profesionales de terapia manual incorporan una herramienta o instrumento para facilitar su trabajo. Aunque las terapias manuales se usan con mayor frecuencia para el tratamiento del dolor somático u otras enfermedades musculoesqueléticas, otras indicaciones pueden incluir linfedema, inmunodepresión o malestar visceral.
Las técnicas de masaje médico varían ampliamente, desde técnicas de presión ligera a fuerte y desde brazadas lentas y relajantes hasta activación vigorizante antes de los eventos deportivos. El término "masaje médico" se refiere a un abordaje de terapia multimodal de tejidos blandos que incorpora una amplia gama de técnicas y estilos. Estos estilos pueden incluir el masaje sueco, las técnicas de terapia manual osteopática o la desactivación de los puntos gatillo. Un estilo seleccionado puede seguir a la determinación de un diagnóstico y tener como objetivo abordar los problemas relacionados con el diagnóstico del paciente por medio de un tratamiento integrado de los tejidos blandos.
El masaje sueco, también llamado "masaje muscular clásico", incorpora varias maniobras, como el effleurage (acariciar y deslizar), el tapotement (percusión), el petrissage (amasar) y el masaje de fricción.
El effleurage, una técnica superficial de deslizamiento, comprime, estira ligeramente y calienta el tejido. El tamborileo hace vibrar el tejido mediante una percusión vigorosa. El amasamiento libera el tejido fibroso adherido mediante estiramiento pasivo, amasado, empuje y tracción. La fricción moviliza el tejido conectivo para reducir las contracturas.
Las técnicas de tejidos blandos adaptadas de la medicina manual osteopática incluyen la liberación miofascial directa e indirecta, la distensión articular ligamentosa, la bomba linfática y la terapia craneosacra, que se describen a continuación. La diferencia entre los abordajes de la terapia manual osteopática y el masaje sueco se refiere en gran medida a los objetivos fisiológicos finales de la primera, en contraposición a la técnica en sí del segundo.
Existen varias formas de relajar los focos tensos y sensibles de la disfunción miofascial (vagamente llamados puntos gatillo). Estos métodos incluyen la compresión sostenida del tejido para causar una isquemia local temporal, la punción de acupuntura (también llamada "punción seca") y la estimulación fotónica por medio de terapia láser o LED. Por lo general, los profesionales de la medicina integrativa y la rehabilitación incorporan más de una técnica en un esfuerzo por aliviar la restricción de los tejidos blandos y los signos de dolor.
Cuando se utilizan los términos "quiropraxia animal", "terapia manual veterinaria" o "ajuste animal", suele hacerse referencia a una técnica también conocida como "empuje de alta velocidad y baja amplitud". Se afirma que la técnica alivia el dolor y, con frecuencia, la disfunción espinal. Estas intervenciones se basan en técnicas de quiropráctica humana. Por ello, las personas que realizan terapia quiropráctica en animales pueden usar únicamente la fuerza de sus manos o, alternativamente, pueden confiar en dispositivos mecánicos que sirven como "herramientas de ajuste" (p. ej., un "activador"). Este dispositivo de mano, que se asemeja a una jeringa de metal con un botón de goma en el extremo, administra un rápido "golpe" al paciente cuando se presiona el émbolo. De esta manera, el activador imita supuestamente la acción de una persona aplicando presión con el pulgar sobre el cuerpo. Los métodos más violentos y menos sofisticados aplicados a los caballos pueden incorporar mazos y bloques de madera. El proveedor del tratamiento puede afirmar que "alinea las columnas vertebrales que sobresalen"; todos estos métodos tienen, hasta el momento, poca o ninguna evidencia que respalde su eficacia.
Indicaciones de la terapia manual en pacientes veterinarios
Las indicaciones pueden incluir dolor o rigidez de cuello o espalda, incapacidad para sentarse normalmente, reducción de la flexibilidad, espasmos musculares, bajo rendimiento, dificultad para subir o bajar escaleras, incapacidad para caminar o correr en línea recta, y porte anormal de la cola. Sin embargo, los datos procedentes de estudios científicos bien diseñados que avalan la utilidad de estas intervenciones en pacientes concretos, especialmente perros, gatos y caballos, son limitados o nulos. La evidencia del masaje en humanos lactantes y adultos sugiere aplicaciones en animales con estrés, dolor, edema, artritis, digestión lenta, íleo posoperatorio y enfermedad del disco intervertebral.
Aunque algunos quiroprácticos animales han abogado por la terapia quiropráctica para una amplia gama de problemas, como la cojera idiopática, la enfermedad del disco intervertebral, el síndrome de Wobbler/malformación vertebral cervical, la espondilosis, el síndrome de cauda equina, la incontinencia urinaria, las neuropatías, la rehabilitación posquirúrgica, los traumatismos y diversas patologías orgánicas, muchas de ellos pueden constituir realmente contraindicaciones.
Contraindicaciones de la terapia manual en pacientes veterinarios
Los pacientes especialmente frágiles o enfermos suelen necesitar tratamientos más breves y suaves, con menos presión y compresión digital. Las técnicas de tejido blando nunca deben aplicarse directamente sobre áreas de infección, inflamación aguda, tumores, incisiones o localizaciones quirúrgicas recientes o trombosis. De manera similar, el masaje puede no ser ideal en áreas de inflamación aguda, infección cutánea, fractura ósea, quemaduras, trombosis venosa profunda o cáncer.
Entre las contraindicaciones para la terapia quiropráctica, a pesar de la falta de pruebas que respalden esta modalidad, se incluyen las afecciones que debilitan el hueso u otros elementos estructurales, de modo que la aplicación de un empuje a una columna o extremidad vulnerable podría provocar lesiones graves o incluso la muerte, como se ha descrito en la literatura médica humana. Algunos ejemplos de trastornos desosificantes o desestabilizadores incluyen hiperadrenocorticismo, cancer, hiperparatiroidismo renal secundario, enfermedad articular degenerativa y enfermedad discal.
Efectos adversos de la terapia manual en pacientes veterinarios
La presión excesiva del masaje y los empujes enérgicos de la quiropráctica tienen el potencial de lesionar órganos, vasos, tejido neural o huesos. El masaje profundo del abdomen puede dañar órganos (rotura/sangrado) y nervios (por presión directa sobre los nervios); una presión intensa podría desalojar un stent o catéter o embolizar trombos. Con la manipulación quiropráctica, los empujes no son siempre inocuos. Un individuo de mano dura puede dañar gravemente o incluso matar a un animal. Incluso los golpes más leves pueden lesionar a los animales debilitados por la edad, patología articular, osteopenia o neoplasia.
Las lesiones causadas por la terapia quiropráctica suelen ser el resultado de un traumatismo en la médula espinal o el cerebro provocado por vasos sanguíneos, discos o tejido nervioso impactados. Los estudios realizados en pacientes humanos han revelado una asociación preocupante entre el accidente cerebrovascular y la manipulación cervical superior quiropráctica. Además de las técnicas de alta velocidad, el masaje profundo u otras técnicas de presión en la región suboccipital han dañado los vasos y causado un deterioro neurológico y la muerte en personas. Aunque es raro, el accidente cerebrovascular causado por la manipulación quiropráctica cervical de pacientes humanos se conoce bien y puede estar infranotificado. El mecanismo de la lesión suele implicar disección arterial o espasmo.
Un estudio de pacientes humanos con dolor de cuello mostró que el 25 % de los pacientes refirieron un aumento del dolor de cuello o rigidez después del tratamiento quiropráctico, y las reacciones adversas eran más probables tras el uso de técnicas de mayor fuerza. Los autores concluyeron que debido a que las técnicas de mayor fuerza no demostraron una eficacia superior en comparación con las maniobras de menor fuerza, los quiroprácticos deberían considerar procedimientos de manipulación conservadores. Las técnicas de terapia manual de tejidos blandos son probablemente las más seguras, especialmente en animales geriátricos o frágiles.
Controversias de la terapia manual en pacientes veterinarios
Desde un punto de vista mecánico, la extrapolación de las teorías quiroprácticas humanas a los animales plantea interrogantes. Las fuerzas biomecánicas en la columna vertebral de un cuadrúpedo difieren de las de los bípedos. Además, las vértebras de los caballos son al menos del tamaño de un puño humano y están rodeadas por capas de músculos, tendones y ligamentos de varios centímetros de grosor, lo que sugiere que los movimientos de empuje aplicados a las vértebras equinas no pueden reposicionar los huesos en absoluto.
Además, las afirmaciones de que las articulaciones espinales u otros huesos se mueven "fuera de su sitio" siguen sin estar fundamentadas. Incluso si existen tales lesiones, las medidas diagnósticas comúnmente utilizadas para detectarlas no son reproducibles ni fiables. La utilidad general de la terapia de manipulación puede residir en su capacidad para movilizar las articulaciones y los tejidos blandos circundantes, en vez de poner los huesos "en su sitio".
Finalmente, surge una controversia adicional por el hecho de que las terapias manuales las pueden realizar personas no veterinarias. Las terapias manuales presentan graves riesgos potenciales. Cuando estas las practican terapeutas demasiado entusiastas con una formación insuficiente en cuanto a anatomía y fisiopatología, el riesgo de lesiones para el paciente, el clínico y los observadores aumenta considerablemente. Además, la falta de familiaridad con el comportamiento animal, las enfermedades zoonóticas y la sujeción y técnicas adecuadas pueden aumentar aún más los riesgos. Los no profesionales también pueden no disponer de un seguro de responsabilidad civil adecuado para posibles accidentes o incidentes.
Las leyes estatales pueden o no permitir que los no veterinarios traten a los animales. Algunas pueden permitir que un quiropráctico o masajista humano trate a los animales, pero exigen un cierto nivel de supervisión por parte de un veterinario. Debido a que las leyes estatales difieren, los veterinarios han de verificar las leyes y regulaciones estatales con respecto a esto antes de derivar o delegar la atención.
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