También ver Mamíferos marinos.
Los peces son el alimento principal de los mamíferos marinos en cautividad, a excepción de los sirenios herbívoros. La compra y el posterior almacenamiento y manejo apropiado de pescado de alta calidad son los aspectos más importantes de la alimentación de cetáceos y pinnípedos.
Al recibirse, siempre debe examinarse la calidad del pescado. Para la evaluación de la calidad resulta útil:
Revisar las cajas para verificar si se han indicado las fechas de captura.
La apariencia general del pescado debe ser buena.
Las agallas deben ser rojas (las agallas de color rosado claro indican que puede haber transcurrido bastante entre la captura y la congelación).
Los ojos no deben estar hundidos, lo que indicaría deshidratación.
La carne del pescado descongelado debe ser firme, la piel debe estar intacta sin decoloraciones y el olor no debe ser desagradable.
No debe haber un exceso de agua y sangre acumulado en el fondo de las cajas de congelación, lo que indicaría que el pescado se ha descongelado y recongelado.
Lo ideal es que los cristalinos del pescado estén nublados, lo que indica que se ha almacenado correctamente o a una temperatura de –30 °C o inferior antes de la compra (las temperaturas más elevadas a menudo producen cristalinos transparentes).
Para reducir a un mínimo los daños oxidativos y la destrucción de nutrientes, el pescado debe almacenarse a una temperatura de –20, –25 °C o inferior. La mayoría de las especies de pescado no debe almacenarse durante >6 meses si es posible. Se recomienda un máximo de 3-4 meses para los peces grasos como la caballa; los peces no grasos, como el capellán, pueden permanecer en buenas condiciones hasta 9 meses. Lo ideal es que el pescado se descongele bajo refrigeración durante la noche. Si esto no es posible, se prefiere la descongelación a temperatura ambiente sobre la descongelación en agua, que puede causar lixiviación significativa de los nutrientes. La temperatura de descongelación no debe ser >10 °C. Muchos zoológicos prefieren pescados congelados rápida e individualmente, ya que es posible descongelar las cantidades correctas sin generar sobras.
Como regla general, los mamíferos marinos deben alimentarse con pescados marinos. La composición de los pescados marinos puede variar mucho entre las especies e incluso dentro de una misma especie, según la edad, estación y lugar de pesca. Los pescados que se han utilizado con éxito son el arenque del Atlántico y el Pacífico, la caballa del Atlántico, del Pacífico y la española, la cojinúa, el capelán y el capellán. Muchos pinnípedos consumen fácilmente calamares y se pueden incluir almejas en la dieta de las morsas. Hasta el momento, no se ha desarrollado un sucedáneo comercial para el pescado que sea aceptado por los cetáceos, pero estos productos se han usado con cierto éxito en los pinnípedos. La alimentación habitual de cualquier mamífero marino debe incluir dos o más especies de pescado para asegurar una dieta equilibrada. No se recomienda alimentar con peces que están amenazados en la naturaleza. Por ejemplo, se deben usar como alimento las especies de peces recogidas por el Marine Stewardship Council (MSC).
La tiamina debe incluirse (30-35 mg/kg de pescado, diariamente) en cualquier programa de alimentación de mamíferos marinos, debido a la posibilidad de la destrucción de la tiamina por las tiaminasas presentes en algunas especies de peces. Suministrar vitamina E suplementaria ayuda a compensar la destrucción oxidativa de la vitamina E natural en el pescado durante el almacenamiento y ayuda a proteger contra los efectos nocivos de los peróxidos formados en el pescado almacenado. Los pescados grasos como la caballa, que tienen un elevado contenido de ácidos grasos insaturados, tienden particularmente a la destrucción de la vitamina E y el daño oxidativo. Por lo general, siempre que se alimente con pescado es recomendable suplementar con 100 UI de vitamina E por kg de pescado suministrado en un día. Regularmente, también se añaden vitaminas A y D, pero se debate si es necesario.
Aunque sujeto a debate, algunas veces se recomiendan suplementos de sal (NaCl) para los pinnípedos mantenidos en agua dulce, con el fin de prevenir la hiponatremia; 3 g de sal/kg de pescado deberían ser suficientes. Aunque frecuentemente se suministra vitamina C suplementaria a los cetáceos en cautividad, no hay evidencias concluyentes de que sea beneficiosa. Las pruebas indican que las concentraciones hepáticas de vitamina A en los delfines en cautividad son con frecuencia mucho más bajas que en los delfines en libertad. Aunque no se pueden hacer recomendaciones específicas, podría ser deseable suplementar algunas dietas para cetáceos en cautividad con vitamina A.
El consumo de alimentos de los mamíferos marinos varía considerablemente, según el contenido graso del pescado, la temperatura del agua y la actividad. Los delfines de nariz de botella del Atlántico que participan en exhibiciones por lo general consumen 7-10 kg de pescado por día. Las focas y leones de mar adultos consumen ~5-8 % de su peso corporal en pescado diariamente. Los sirénidos en cautividad pueden mantenerse con una dieta de lechuga, col, alfalfa y plantas acuáticas (p. ej., jacinto acuático).