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Nutrición de subungulados y ungulados

Revisado/Modificado ago 2020

    El heno compone la parte principal de la ración de la mayoría de los ungulados en cautividad, por lo que debe estar disponible la mayor parte del día en vez de ofrecerlo a intervalos en forma de comidas separadas. En general, un heno de leguminosas con muchas hojas, como la alfalfa, debe usarse para las especies que en la naturaleza son principalmente ramoneadoras (p. ej., jiráfidos, cérvidos, sitatungas, bongos, cefalofos, tapires), aunque también deben alimentarse con ramoneo. Un heno de hierba de buena calidad es satisfactorio para la mayoría de los animales que pastan o se alimentan a granel (p. ej., cebra, elefante, bisonte, búfalo, ñu, camello). Los henos de leguminosas tienen un contenido más elevado de nitrógeno y calcio y, si son de buena calidad, son más digestibles que los henos de gramíneas. El heno debe tener muchas hojas verdes, estar libre de moho, tierra, exceso de malas hierbas y otros materiales extraños, y no debe estar demasiado maduro. Varios zoológicos están realizando ensayos de alimentación con heno y ensilado de alfalfa. En general, la palatabilidad es buena. Los alimentadores intermedios suelen obtener una combinación de heno de hierba y heno de alfalfa.

    El análisis del heno puede ser muy útil para evaluar la calidad y diseñar programas apropiados de alimentación. El heno de mala calidad tendrá un buen porcentaje de fibra, pero la calidad de la proteína puede ser baja y mala, y el nivel mineral, especialmente de calcio, puede ser demasiado bajo. Bajos niveles de calcio pueden causar una mala calcificación ósea y también afectar al nivel de calcio en la sangre, lo que puede causar problemas al nacimiento. El heno de primer corte por lo general contiene una cantidad relativamente alta de azúcares y proteínas y menores cantidades de fibra, según la longitud de la hierba cuando se corta y la cantidad de fertilizante utilizada en la hierba. El tercer corte de heno contiene cantidades relativamente bajas de azúcar y proteínas y una mayor cantidad de fibra. El segundo corte, en general, tiene una composición entre el primero y el tercero. Sin embargo, la composición puede variar según el tipo especies de hierba y pasto cosechadas, la composición del suelo, la longitud de corte, la época del año y la cantidad de fertilizante proporcionado. La mayoría del heno cosechado es palatable; sin embargo, también es posible que se consuma bien un heno de baja o mala calidad. El heno palatable siempre debe analizarse para determinar la materia seca, la proteína bruta, la grasa bruta, la fibra bruta, la fibra neutro detergente (FND), la fibra ácido detergente (FAD), la lignina, el Ca, el P, el Mg, el Mn y el Se, ya que constituye la mayor parte de la dieta de los (sub)ungulados. Se debe tener cuidado para que el heno no contenga sustancias químicas tóxicas, plantas venenosas o trazas de plagas u hongos, y se ha de conservar alejado del calor excesivo.

    Deben tomarse precauciones si se suministran ensilados. Si el ensilado no fue procesado o almacenado adecuadamente o se contaminó con productos animales o cárnicos, puede contener hongos o bacterias (p. ej., Clostridium botulinum) que pueden producir toxinas letales.

    El ramoneo consiste en hojas, corteza y ramas de árboles y arbustos comestibles. Los animales que se alimentan ramoneando consumen principalmente las hojas. El ramoneo puede cortarse durante la época de crecimiento y luego alimentarse directamente. En áreas templadas, el ramoneo debe almacenarse para la alimentación en invierno y primavera. El hojeado puede almacenarse seco, congelado o ensilado. La conservación para el invierno se puede realizar in situ, aunque se necesita equipo y personal experimentado. El ramoneo almacenado como ensilado puede causar la muerte de un animal si no se conserva adecuadamente. Es preferible obtener el ramoneo de un proveedor comercial. Las especies apropiadas para la alimentación son el aliso (negro y gris), el fresno, el álamo temblón, el bambú, el abedul, la mora, el olmo (común, de montaña), la vid, el avellano, el carpe, el tilo, el arce, el espino, la ortiga, el plátano, el álamo (negro), el rosal (canino) y el sauce, pero no el sicómoro. También pueden alimentarse con otras especies de ramoneo, pero pueden contener una gran cantidad de taninos u otras toxinas no deseadas que pueden dañar a algunas especies de animales. Antes de la alimentación, se debe consultar la literatura más reciente para obtener información actualizada sobre las toxinas. Se debe tener cuidado con los productos químicos que pueden haber sido rociados sobre las hojas o si estas están contaminadas con bacterias no deseadas, hongos, insectos o heces de aves. Las flores y semillas de todas las especies de ramoneo no deben suministrarse en la dieta a menos que se sepa que son seguras.

    Además del heno, se debe ofrecer un pienso granulado que contenga proteína, minerales y vitaminas en concentraciones adecuadas para satisfacer las necesidades de las especies domésticas y las especies silvestres para las que se dispone de datos (p. ej., ciervo de cola blanca). See table Composición de gránulos para pastoreo, ramoneo y elefantes para la composición recomendada de la dieta. En la frecuente situación en que los animales se alimentan en grupo más que individualmente, es preferible usar un pienso granulado, que no contenga demasiada energía digestible (se sugiere ~3 kcal de ED/g de materia seca) y que contenga suficiente fibra para facilitar una función apropiada del rumen o el colon. Esta precaución reduce la posibilidad de efectos adversos (p. ej., acidosis ruminal, cólico, obesidad) causados por el consumo excesivo de concentrados. Según el estado nutricional del animal, deben suministrarse ~0,5-1,5 kg por animal. La sobrealimentación puede causar obesidad. Los animales deben pesarse regularmente o evaluar su condición corporal.

    Se recomienda un pienso granulado especializado con altas cantidades de fibra neutro detergente (FND) y fibra ácido detergente (FAD) para los ramoneadores (p. ej., jirafa, kudú, okapi, reno), y un pienso granulado con cantidades moderadas de FND y FAD para los que pastan (p. ej., elefante, bisonte, banteng, antílope adax). Los animales que se alimentan de forma intermedia deben recibir una mezcla equitativa de pienso para los que ramonean y los que pastan. Preferiblemente, la alimentación de los ramoneadores debe componerse de piensos granulados, buena alfalfa palatable y brotes y hojas a partes iguales. La alimentación de los que pastan y los que ramonean debe suministrar altas cantidades de vitamina E y biotina para prevenir la distrofia muscular y los problemas de pezuñas.

    Un diámetro de gránulo de 4,8 mm es satisfactorio para la mayoría de los artiodáctilos, mientras que un gránulo o cubo de ~13 mm ayuda a reducir el desperdicio cuando se suministra a los perisodáctilos y subungulados más grandes. Los piensos comerciales para ganado vacuno no deben ofrecerse a los herbívoros de zoológico por problemas de palatabilidad y sus bajos niveles de vitamina E, y algunos productos pueden contener fuentes de nitrógeno no proteico, como la urea, que no toleran las especies que fermentan el alimento en el intestino grueso (p. ej., los équidos). Además, la cantidad de energía digestible puede ser elevada, lo que conduce a obesidad. Los tapires deben consumir una mezcla de piensos granulados para los que pastan y los que ramonean combinada con algunas verduras, alfalfa y brotes y hojas.

    Por regla general, la mayoría de los ungulados grandes (>250 kg) consume diariamente el 1,5-2 % de su peso en materia seca. Las especies más pequeñas (<250 kg) suelen consumir el 2-4 %. Ofrecer pienso granulado al 10-15 % de la ingesta de materia seca es adecuado para la mayoría de los que pastan, siempre que se administre heno de buena calidad. La cantidad de minerales y vitaminas debe estar equilibrada en el pienso granulado de tal manera que la ración (incluyendo verduras, brotes y hojas, y heno) sea adecuada. Cuando la calidad del heno es menor, o en el caso de las especies más delicadas, debe aumentarse el porcentaje de pienso granulado rico en fibra. Los ungulados y subungulados siempre deben tener disponibles bloques de sal, preferiblemente con un suplemento equilibrado de vitaminas y minerales. Sin embargo, el lamido excesivo puede convertirse en un comportamiento neurótico y debe evitarse.

    Tabla
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    Los elefantes deben recibir calcio adicional porque se alimentan principalmente con heno de mala calidad con un bajo nivel de calcio. Debido a la sensibilidad a la hemosiderosis, los rinocerontes negros deben consumir una ración con bajo nivel de hierro (<100 mg/kg de materia seca). Las hojas pueden contener cantidades significativas de hierro; sin embargo, las hojas del rosal contienen cantidades bajas. Se especula que otras especies de ungulados también pueden desarrollar hemosiderosis. Se aconseja que todos los ungulados estén expuestos a los rayos UVB de la luz solar porque se ha sugerido que la suplementación oral de vitamina D no es suficiente en algunos casos (elefante, kudú).

    Para la mayoría de las especies, el heno debe colocarse en forrajeras y no en el suelo (los elefantes son una excepción). Las forrajeras para el heno deben situarse a la altura de los ojos para los ramoneadores altos, como las jirafas y los gerenucs. El pienso granulado puede ofrecerse en pesebres cubiertos o bandejas de goma para alimentación. El suministro regular del pienso granulado en el área de retención del animal puede facilitar una estrecha observación y una fácil captura. Si es posible, los animales deben alimentarse por separado para asegurar que cada individuo consuma una cantidad similar de alimento. Si la alimentación por separado no es posible, pueden ser necesarias por lo menos dos áreas de alimentación muy separadas, para reducir los conflictos y asegurar que los animales subordinados consiguen su ración. La mayoría de los ungulados deben tener una piedra para lamer que contenga sal, vitaminas y minerales en sus instalaciones.

    Además del heno y el pienso granulado, a menudo se ofrece un surtido de frutas y verduras a los ungulados exóticos. Estos alimentos por lo general no son necesarios para la mayoría de las especies, excepto como una golosina ocasional; la cantidad ofrecida debe limitarse a <5 % de la ración. La excepción podrían ser las especies que se alimentan regularmente de frutas y plantas suculentas en la naturaleza. Puede ser aconsejable incluir algunas hortalizas y verduras (~0,5 kg/100 kg de peso corporal) en la alimentación de especies como el okapi, cefalofo, dik-dik, bongo y tapir. La mayoría de los ungulados y subungulados en cautividad consume ávidamente brotes y hojas frescas, congeladas o desecadas y deben ofrecerse a los ramoneadores, si es posible para consumo a voluntad, porque mejoran la función ruminal.