Los alimentos para el ganado vacuno de carne varían mucho en calidad, palatabilidad y contenido de nutrientes esenciales ( ver la Tabla: Contenido medio de nutrientes en los alimentos empleados comúnmente en raciones para ganado vacuno de carnea). Para ser más eficaz, cualquier suplemento debe diseñarse parar adaptarse al tipo y calidad del forraje disponible. El análisis químico de los forrajes es muy útil para determinar sus déficits y virtudes nutricionales. En ciertos sistemas de manejo, el ganado vacuno de carne pasa el invierno alimentado con forrajes de baja calidad y, por lo tanto, puede no consumir los nutrientes recomendados para un rendimiento óptimo. Si las novillas se alimentan con forrajes de baja calidad durante el invierno, producirán calostro insuficiente y de baja calidad, tardarán más en parir a sus terneros y tendrán peores tasas de concepción en la siguiente cubrición. Esto puede evitarse procurando alimentar a las novillas con una ración equilibrada que les permita parir con una condición corporal de 6,5-7 (escala 0-9). El ganado vacuno debería alimentarse siempre con una ración adecuada que le permita optimizar su rendimiento en su entorno específico. ( See table Necesidades nutricionales de las novillas de razas de aptitud cárnica gestantes a a Necesidades nutricionales de las vacas de razas de aptitud cárnica a.)
La alimentación y el manejo nutricional de tres sistemas de producción de vacuno de carne se exponen a continuación por separado. ( See chapter Rebaños de ganado vacuno de carne.)
Rebaño reproductor
En muchas zonas, los ganaderos siguen un programa de partos tardíos de invierno y tempranos de primavera (febrero a mayo en EE. UU.), según la disponibilidad de alimentos, el crecimiento de los primeros pastos y el clima predominante. Los partos de otoño se han hecho más comunes, especialmente en el sur. El mantenimiento de la vaca lactante durante el invierno plantea un problema nutricional mucho mayor que el mantenimiento invernal de la vaca gestante y no lactante. Los terneros nacidos en primavera suelen destetarse a los 6-7 meses y sus madres vuelven a cubrirse de nuevo mientras se encuentran pastando. Las novillas pueden cubrirse para parir por primera vez a los 2 años (22-25 meses) si se practica una buena alimentación invernal que asegure un desarrollo adecuado. Las novillas deben pesar por lo menos el 55-60 % del peso corporal adulto en el momento de la cubrición y deben alimentarse bien posteriormente para permitir que continúen creciendo, tengan buena producción lechera y la siguiente concepción se produzca lo antes posible.
Las vacas adultas tienen mayores reservas corporales y menores exigencias nutricionales que las novillas; por lo tanto, pueden mantenerse en invierno con raciones de peor calidad. Su ración debe incluir un mínimo de 8 % de proteína bruta sobre materia seca; si no es así, debe suministrarse diariamente 0,5-1 kg de un suplemento proteico del 20-30 % de proteína o su equivalente. También debe proporcionarse una mezcla de minerales y sal. Las vacas deben parir con una condición corporal de 5,5-6 (escala de 0-9).
En los sistemas de manejo más rentables, una vaca de carne adulta debe mantener su peso de un otoño al siguiente. La lactación necesita más nutrientes que la gestación. Sin embargo, alimentar a las vacas de carne por encima de lo necesario para lograr una producción satisfactoria, como se hace a menudo en los rebaños de pura raza o de exhibición, también es indeseable. La acumulación de grasa corporal puede dar lugar a reducción de la tasa de fertilidad, dificultad para parir, menor número de terneros producidos y una vida más corta de la vaca.
Puede practicarse un sistema de alimentación selectiva ("de iniciación") en el que los terneros lactantes tienen acceso a un concentrado dispensado en un comedero automático, colocado en un recinto separado, o a un forraje de alta calidad en un pastizal adyacente, donde únicamente los terneros tienen acceso. Un pienso de iniciación para alimentación selectiva puede incluir subproductos ricos en fibra, como gluten de maíz, granos de destilería desecados y cáscaras de soja, combinados con una mezcla de sal, vitaminas y minerales para proporcionar una ración apetecible para los terneros. Este pienso debe tener partículas bastante gruesas para evitar el polvo. Como alternativa puede utilizarse un pienso de iniciación comercial con 14-16 % de proteína.
Los terneros en crecimiento también deben recibir una ración equilibrada. Los toros jóvenes no deben alimentarse con cantidades elevadas de almidón, siendo adecuado un crecimiento de 1,1-1,6 kg/día. Los toros de un año criados con raciones muy ricas en energía son más propensos a sufrir enfermedades y tener menor longevidad en el rebaño reproductor. Los toros adultos suelen pasar el invierno de la misma manera que el rebaño de vacas, incrementándose su nivel de alimentación a finales del invierno. En el caso de toros de exhibición bien mantenidos, se necesita una reducción gradual de la ración y mucho ejercicio antes de que estén en forma y condición apropiadas para la reproducción en libertad. Los animales reproductores deben recibir suficientes nutrientes en la ración para estar aumentando de peso antes y durante la época de cubriciones. Las carencias de varios nutrientes, especialmente caroteno, fósforo, energía y proteína, reducen la fertilidad. Estos nutrientes deben estar presentes en cantidades adecuadas en la ración por lo menos 6-8 semanas antes de las cubriciones.
Ganado para cebo
Es una práctica común alimentar a los terneros y añojos durante el invierno para que tengan una ganancia de peso moderada, lográndose ganancias más rápidas y menos costosas durante el pastoreo de verano. Este ganado puede venderse para engorde en la primavera o continuar su engorde en corrales hasta el otoño siguiente. El coste de la ganancia invernal de peso con alimentos cosechados es invariablemente mayor que el de la ganancia en los pastos de verano; por lo tanto, es aconsejable lograr que el ganado pase el invierno de modo que logre la mayor ganancia de peso posible con los pastos. Para mantener una buena salud, los terneros destetados deben crecer por lo menos >0,5 kg/día. Se recomienda suministrar 1 kg de cereales y 0,5-1 kg de suplementos proteicos junto con forraje de especies no leguminosas. Si se suministra forraje de leguminosas, los suplementos proteicos no son necesarios. El ganado más viejo, especialmente si llega al invierno con un buen peso, solo necesita mantener su peso. Debe proporcionarse una mezcla mineral a libre disposición con sal y oligoelementos. Alimentar a los añojos en pastoreo con cantidades limitadas de cereales a finales del verano puede aumentar su valor de venta.
Engorde
Esta fase de la producción de carne bovina consiste en la alimentación ad libitum con cereales y cantidades limitadas de forraje hasta que los animales alcanzan el peso de venta para sacrificio. El ganado más viejo puede lograr el peso de finalización solamente con pastos (o con solo unos pocos kilos de cereales al día) o después de 60-90 días en corrales de engorde, consumiendo raciones ricas en cereales para mejorar su categoría comercial y eliminar cualquier matiz amarillento en su grasa corporal (debido al caroteno almacenado durante la alimentación sobre pastos). Los terneros destetados pueden enviarse directamente a las explotaciones de engorde y alimentarse con raciones de engorde durante 120-250 días, mientras que los añojos necesitan ~150 días. El consumo de cereales del ganado alimentado ad libitum es de ~1 kg/45 kg de peso corporal. El consumo de forraje suele limitarse a alrededor de un cuarto a un tercio del consumo de concentrado, después de que el ganado ha comenzado a alimentarse ad libitum. El ganado consume ~3 % de su peso corporal/día cuando se le alimenta ad libitum con raciones mixtas. En el caso de los terneros, se necesita algo menos de 1 kg/día de un suplemento con 33 % de proteínas para lograr la mejor ganancia de peso y calificación comercial cuando se alimentan con forrajes no leguminosos.
El suministro de cereales (concentrado) para el ganado de engorde debe aumentarse gradualmente durante 2-3 semanas desde el momento en que empieza el programa de finalización, para conseguir la adaptación a la alimentación ad libitum. Alimentar al ganado de engorde con demasiados cereales para finalizarlo muy pronto puede causar acidosis láctica o laminitis ( ver Acidosis ruminal subaguda en ganado vacuno y ovino).