Su veterinario desempeña un papel importante en la salud de su ave porque las aves tienden a enmascarar la enfermedad hasta que está muy avanzada. Los propietarios que reconocen una ligera diferencia en el comportamiento, actitud o estado físico de su ave de compañía deben buscar la atención inmediata de un veterinario. Otros servicios importantes que proporciona su veterinario incluyen el aseo y la identificación.
Los nuevos propietarios de aves deben tratar de localizar un diplomado certificado por la ABVP (American Board of Veterinary Practitioners) en su zona. Estos veterinarios han recibido formación adicional en relación con las aves y se dedican y conocen a las aves de compañía. Los propietarios de mascotas pueden querer comenzar con una recomendación de un amigo, vecino, tienda de mascotas o refugio de animales. El refugio de animales local puede aconsejar a menudo sobre la localización de una clínica para aves. También puede consultar las páginas amarillas de la guía telefónica bajo "veterinarios" y "hospitales de animales", buscando específicamente una clínica con veterinarios que tengan esta certificación. Otras fuentes de información incluyen Internet; una revisión de la página web de la Veterinary Medical Association de su estado puede ayudarlo a localizar una clínica veterinaria con conocimientos especiales sobre aves.
Un ave recién comprada debe ser examinada por un veterinario, preferiblemente antes de llevarla a su nuevo hogar. Las aves recientemente adquiridas, o aquellas expuestas a otras aves fuera de la casa en exposiciones de aves o durante la visita a lugares de venta de mascotas, son más propensas a verse afectadas por enfermedades contagiosas. También es importante que las aves de compañía se sometan a un examen físico anual regular. Se debe transportar al ave al veterinario en su propia jaula si es práctico. Algunos trastornos (p. ej., la intoxicación por zinc por el alambre galvanizado o los platos, las perchas sueltas, el comportamiento territorial o sexual y los trastornos nutricionales) pueden diagnosticarse en parte mediante un examen de la jaula. El veterinario probablemente le hará una serie de preguntas sobre la historia clínica de su ave, en particular sobre su salud general, dieta y entorno, incluyendo la exposición a otras aves o animales.
El análisis de sangre tomado durante una revisión de salud puede detectar la enfermedad antes de que haya progresado lo suficiente como para que el ave ya no pueda "enmascarar" su enfermedad. El tratamiento de la enfermedad casi siempre tiene más éxito cuando se diagnostica precozmente.