La diabetes mellitus es poco frecuente y puede ser difícil de diagnosticar. Se da en las aves de compañía y causa signos similares a los observados en las personas con diabetes, incluyendo la expulsión de un gran volumen de orina, sed excesiva y niveles altos de azúcar (glucosa) en la sangre y la orina. La diabetes se observa a menudo en aves con sobrepeso o que tienen problemas pancreáticos o reproductivos. Un veterinario puede diagnosticar la diabetes mediante análisis de sangre de laboratorio. Según la especie de ave, puede observarse una deficiencia de insulina o un aumento relativo del glucagón (otra hormona secretada por el páncreas).
El tratamiento incluye adaptar al ave a una dieta más saludable (en gránulos) y limitar las golosinas. El tratamiento con insulina de mamíferos es menos eficaz en aves que en mamíferos. El veterinario puede prescribir fármacos para reducir los niveles de azúcar; algunos de estos se pueden poner en el agua del ave para permitir que el ave autorregule sus niveles de azúcar (en otras palabras, a medida que los niveles de azúcar en sangre caen hacia la normalidad, el ave no querrá beber tanta agua, y la cantidad del agua medicada consumida disminuye). También pueden usarse otros medicamentos administrados por la boca.
La diabetes en algunas aves puede ser temporal, causada por otra enfermedad o afección. En otras aves, como en la mayoría de las personas, es una enfermedad de por vida que requiere medicación constante para su control.