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Atención médica rutinaria de los caballos

PorJohn A. Bukowski, DVM, MPH, PhD;Susan Aiello, DVM, ELS
Revisado/Modificado jul 2011

Además de alimentar y ejercitar adecuadamente a su caballo, se necesitan otros aspectos del cuidado general para mantenerlo sano durante toda su vida. Estos incluyen el cuidado veterinario rutinario para las vacunas, el control de parásitos y el cuidado dental, cepillado y cuidado de los cascos y protección contra los elementos.

Importancia de la atención veterinaria

Los caballos adultos deben someterse a un examen veterinario completo al menos una vez al año. Los caballos geriátricos (mayores de 20 años) deben ver a su veterinario dos veces al año o con mayor frecuencia porque las enfermedades son más frecuentes en los animales más viejos y se pueden identificar antes. Su veterinario puede recomendar un programa de bienestar para su caballo, incluyendo análisis de sangre de rutina.

Signos de enfermedad

Usted debe controlar a su caballo regularmente para detectar signos de enfermedad, como durante los momentos diarios de alimentación y cepillado. Los signos generales de enfermedad incluyen falta de apetito, diarrea, tos y estornudos o secreción de los ojos o la nariz. La enfermedad también puede manifestarse como pérdida de pelo o en áreas con picor en la piel. Los problemas con el sistema musculoesquelético a menudo se observan como cojera (como no apoyar el peso en una pata en particular), reticencia a moverse o cabeceo. Si su caballo muestra alguno de estos signos durante más de uno o dos días, una visita con su veterinario es una buena idea.

Administrar medicación

Por lo general, administrar medicación a un caballo no es difícil si usa el sentido común y sigue los principios de un buen manejo para que tanto usted como su caballo estén seguros. Mantenga contacto físico con el caballo manteniendo su hombro presionado contra el hombro o flanco del caballo (según dónde y qué esté tratando) y asegúrese de usar una cabezada resistente y un ramal (enganchado a la anilla izquierda de la cabezada). Nunca deje que un bucle de cualquier cuerda que esté atada a su caballo se enrolle alrededor de cualquier parte de su cuerpo.

Si es necesario aplicar medicación en las patas del caballo o en la parte inferior de las patas delanteras, levante el casco que se va a tratar y acúnelo entre sus rodillas. Si necesita tratar las patas traseras, levante el casco, colóquelo sobre los muslos y luego retrase el casco ligeramente detrás del caballo, como lo hace su herrador cuando recorta el casco. Esto extiende el corvejón y coloca la pata en una posición estable y más segura. Debe permitirle tener ambas manos libres para realizar el tratamiento necesario.

La medicación oral para caballos puede presentarse en forma de polvo, comprimidos o pasta. Los polvos se aplican directamente sobre la ración. Los comprimidos se suelen remojar en agua o se trituran y combinan con agua y puré de manzana o melaza; pueden añadirse a una pequeña cantidad de alimento si el caballo se lo quiere comer voluntariamente, o pueden administrarse directamente en la boca usando una jeringa dosificadora proporcionada por su veterinario. Para darle a su caballo un medicamento en pasta u otros medicamentos usando una jeringa dosificadora, permanezca en pie junto al caballo en el lado izquierdo de la cabeza. Use su antebrazo derecho para apoyarse suavemente contra la cabeza, coloque los dedos sobre la nariz del caballo y deslice el pulgar entre los labios y dentro del espacio entre los dientes, como lo haría para sujetar al caballo. Use su otra mano para colocar la jeringa en esta área y rociar el contenido de la jeringa en la boca.

Algunos medicamentos pueden administrarse solo mediante inyección, que se suele poner en la zona del cuello o en el muslo. Pídale a su veterinario una demostración y orientación para asegurarse de que sabe cómo administrar la inyección correctamente.

Independientemente del tipo de medicamento o de cómo se administre, es importante leer y seguir todas las instrucciones de la etiqueta con respecto al uso y almacenamiento.

Vacunaciones

La vacunación es un componente clave de la medicina preventiva en caballos. Las vacunas se administran para estimular el sistema inmunitario frente a las infecciones antes de la exposición a la enfermedad. Varias vacunas se administran rutinariamente a los caballos como defensa central contra enfermedades infecciosas graves. Otras son importantes en ciertas regiones y situaciones. Su veterinario puede aconsejarle qué vacunas son necesarias en su área local y circunstancias ( ver la Tabla: Vacunas necesarias o recomendadas para caballos).

Los potros nacidos de una yegua vacunada suelen estar protegidos frente a la mayoría de las enfermedades infecciosas durante un máximo de 6 meses, siempre que el potro consuma la leche materna rica en anticuerpos conocida como calostro en las 6 horas posteriores al nacimiento. En este caso, las vacunaciones deben retrasarse hasta que la inmunidad materna haya disminuido. De lo contrario, la vacunación será ineficaz.

Las vacunas deben ser administradas por su veterinario u otra persona debidamente capacitada. Si administra las vacunas usted mismo, aprenda a hacerlo correctamente. Utilice solamente vacunas de una fuente confiable que pueda verificar que se han mantenido limpias y refrigeradas. Las vacunas de mala calidad aumentan el riesgo de reacciones adversas, que pueden variar desde inflamación en el punto de la inyección, fiebre y malestar, hasta reacciones alérgicas graves que afectan a todo el organismo (p. ej., anafilaxia).

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Control de parásitos

Los animales que pastan en hierba, incluidos los caballos, ingieren huevos de parásitos que se encuentran en todo el ambiente. La carga parasitaria real para cualquier caballo individual depende de su edad, del número de caballos en el mismo pasto y del tamaño y calidad del pasto. Los parásitos internos de los caballos pueden causar muchos problemas intestinales, como molestias gastrointestinales, diarrea y potencialmente cólicos.

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Los parásitos intestinales primarios de los caballos incluyen lombrices intestinales (grandes y pequeños estróngilos), cestodos, oxiuros y gastrófilos ( ver la Tabla: Signos causados por parásitos comunes de los caballos*). Estos gusanos pueden causar daño al tracto digestivo y pérdida de sangre, e interferir en la absorción de nutrientes esenciales. Los caballos jóvenes suelen estar infestados con más parásitos y tienen más signos que los caballos más viejos.

La mayoría de los parásitos intestinales se ingieren mientras los caballos están pastando, a partir de huevos y larvas depositados en la hierba y las capas superiores del suelo. El ciclo biológico del cestodo implica pequeños ácaros que se alimentan de los huevos de cestodo y, por lo tanto, contienen larvas de cestodo. Estos ácaros viven en los pastos y los ingieren mientras pastan. Los gastrófilos son larvas de moscas. La mosca adulta deposita los huevos en el hocico, las patas y el pecho de los caballos durante la primavera. Cuando el caballo se acicala a sí mismo o a otros caballos, los huevos son ingeridos y eclosionan. Las larvas se adhieren a la pared del estómago y permanecen durante un periodo de tiempo (por lo general hasta la primavera siguiente). Los reznos se eliminan después con las heces, donde se convierten en moscas adultas.

Las prácticas actuales de desparasitación han cambiado a un abordage general de "menos es más", en lugar de la práctica histórica de desparasitación a intervalos regulares. Dado que los antiparasitarios se aplicaron ampliamente en el pasado, la resistencia a estos fármacos es cada vez más común. Como resultado, nuestras prácticas de manejo deben cambiar. Los caballos se deben desparasitar selectivamente basándose en los resultados de un recuento de huevos fecales y siguiendo el consejo de su veterinario. Su veterinario considerará el clima y las condiciones climáticas actuales donde vive, así como el entorno de alojamiento de su caballo (establo frente a pastos) y el tamaño de la manada cuando haga recomendaciones para la desparasitación. Si un caballo adulto goza de buena salud general y tiene un recuento de huevos nulo o bajo en el examen fecal, probablemente no sea necesario desparasitarlo más de una o dos veces al año. Las larvas de vermes tienen más probabilidades de sobrevivir en los pastos durante la primavera y el otoño, por lo que la desparasitación suele ser más apropiada durante estas estaciones. Sin embargo, se debe desparasitar a los caballos jóvenes a intervalos regulares de acuerdo con las recomendaciones de su veterinario, ya que son más vulnerables a los parásitos intestinales.

El manejo del entorno es una estrategia clave para reducir la exposición a los parásitos internos: eliminar el estiércol de los establos y pastos con regularidad, y nunca esparcir el estiércol por los pastos. Dado que las diferentes especies animales tienen diferentes parásitos intestinales (es decir, las vacas no se ven afectadas por los parásitos equinos y viceversa), la rotación de otros animales (vacas, ovejas) por sus pastos para el pastoreo también puede ayudar a reducir los huevos de parásitos que afectan a los caballos.

Prácticas sugeridas para controlar los parásitos intestinales en los caballos

  • Cortar y rastrillar los pastos con frecuencia. Esto rompe las pilas de estiércol y expone los huevos de parásitos a los efectos dañinos del aire y del sol.

  • Si es posible, intercambie periódicamente los pastos con otros animales (como ganado vacuno u ovino).

  • En entornos con múltiples caballos, agrupe los caballos por edad para maximizar la eficacia de su programa de desparasitación y reducir la exposición a ciertos parásitos.

  • Mantenga el número de caballos por hectárea al mínimo.

  • Separe el heno y el grano del suelo usando un comedero.

  • Elimine rápidamente los huevos amarillentos de gastrófilos del pelo de los caballos. Una limpieza diaria con una toalla húmeda y tibia estimulará la eclosión de los huevos, y las larvas emergentes se secarán y morirán. Son necesarias buenas prácticas de aseo para eliminar los huevos de gastrófilos, porque están firmemente pegados al pelo.

  • La desparasitación regular y frecuente ya no se recomienda para caballos adultos. Consulte a su veterinario acerca de un programa de desparasitación eficaz.

Parásitos externos

Como animales al aire libre, los caballos también son molestados por dípteros y garrapatas. Estos pueden causar úlceras y la posterior infección en la cabeza, cuello, orejas, cara, abdomen y patas. La irritación de los parásitos externos también puede causar malestar general, retraso del crecimiento y disminución del apetito (p. ej., "inquietud" por las moscas). Los caballos deben revisarse regularmente para detectar garrapatas o signos de daño por dípteros. El control de dípteros incluye el manejo adecuado del estiércol y la limpieza del establo. Existen muchas pomadas, lociones, aerosoles y productos insecticidas disponibles que pueden usarse para eliminar las garrapatas y disminuir la irritación y molestias de los insectos. Consulte a su veterinario o al servicio de extensión sobre un programa de control apropiado para su área y circunstancias.

Cuidados dentales

Los dientes equinos crecen y se desgastan continuamente durante toda la vida. Desafortunadamente, a menudo se desgastan de manera desigual, lo que produce puntas, bordes e incluso ganchos que deben recortarse o "rebajarse".

Signos de enfermedad dental en los caballos

  • Renuencia a comer o masticar.

  • Dejar caer el alimento durante la comida (también llamado "quidding").

  • Dudar para tomar un bocado u otros signos de dolor en la boca.

  • Mal aliento por caries o enfermedad de las encías.

Los caballos necesitan una revisión dental con su veterinario al menos una vez al año (los caballos más viejos necesitan revisiones más frecuentes). Su veterinario revisará la boca en busca de dientes sueltos o que faltan, "dientes de leche" retenidos, dientes con puntas o bordes afilados y cualquier espacio donde el alimento quede atrapado entre los dientes. Los dientes se limarán para restablecer el equilibrio sobre las superficies de masticación de los dientes, y también se puede tratar cualquier otro problema identificado.

Cepillado

El cepillado es una parte importante del mantenimiento diario de los caballos. El cepillado y almohazado diarios ayudan a eliminar la suciedad y los desechos que pueden permitir que las bacterias se multipliquen. Durante el cepillado también puede comprobar el estado general de la piel de su caballo y encontrar úlceras, infecciones, bultos o verdugones cuando aparecen por primera vez. Se requiere un almohazado vigoroso para eliminar la suciedad, y los caballos lo suelen disfrutar. El pelo que se ata (bolsas de cola y trenzas de crin) debe retirarse cada 10 o 14 días para cepillarlo y limpiarlo. Los caballos pueden bañarse con champú equino, pero los baños deben mantenerse al mínimo para evitar resecar la piel y el pelo. Los caballos no deben bañarse cuando las temperaturas invernales están bajo cero, porque los caballos necesitan estar secos para resistir el frío.

Cuidado de los cascos

El cuidado de los cascos es una parte importante de la rutina diaria de aseo. Los cascos deben ser "cogidos" diariamente para eliminar el estiércol, la suciedad y las piedras, y deben examinarse en busca de hematomas, olor, decoloración o secreción. También hay que comprobar el desgaste de las herraduras y la fijeza de los clavos ( ver Herraduras). Pueden ser necesarios vendajes para los cascos, pero se debe tener cuidado para aplicarlos adecuadamente. Por ejemplo, los vendajes repelentes al agua pueden ser importantes para mantener los cascos secos y sanos durante el tiempo húmedo. Sin embargo, el uso excesivo de apósitos emolientes puede ablandar los cascos y causar problemas. Las soluciones antimicóticas deben aplicarse cada 1-2 semanas durante el invierno y el tiempo húmedo para evitar las candidiasis. Su veterinario y herrador pueden proporcionar información sobre cuándo y con qué frecuencia tratar los cascos de su caballo.

Los cascos de los caballos crecen constantemente y necesitan un recorte cada 6 semanas. Los caballos deben entrenarse para mantenerse de pie correctamente, de modo que sus cascos se puedan recortar correctamente y se pueda evitar el daño en el pie. Es mejor dejar el recorte del casco a su herrador o veterinario si no tiene experiencia con este procedimiento.

Herraduras

Las herraduras proporcionan tracción en algunas superficies y ayudan a evitar el desgaste de los cascos. La necesidad de herraduras depende de varios factores, incluyendo la conformación del pie y la salud, así como los tipos de superficies sobre las que transitará el caballo. Los caballos con pies blandos o magullados necesitan herraduras para protegerse, al igual que los caballos que trabajan en superficies duras o rugosas. Hay varios tipos de herrajes correctivos disponibles para problemas particulares de pezuña o cojera. Por ejemplo, los caballos con los cascos agrietados o las patas abiertas pueden necesitar una herradura con barras de apoyo, mientras que los caballos con otros problemas específicos de cojera pueden necesitar una herradura que ralentice o estabilice la marcha. Los veterinarios, herradores y entrenadores pueden proporcionar más información sobre las herraduras necesarias para cualquier problema en particular.