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Sarna (acariasis, ácaros de la sarna) en los caballos

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD
Revisado/Modificado oct 2019

La sarna está causada por ácaros microscópicos que invaden la piel de animales por lo demás sanos. Los ácaros causan irritación de la piel y una reacción de hipersensibilidad, dando lugar a picor, pérdida de pelo e inflamación. La sarna es poco frecuente en los caballos. Hay varios tipos de sarna que afectan a los caballos, incluida la sarna sarcóptica (sarna equina), la sarna psoróptica, la sarna corióptica (sarna de las patas), la sarna demodécica, los ácaros aradores (niguas, trombicúlidos) y el ácaro picador de la paja (ácaros del forraje).

Sarna sarcóptica (sarna corporal)

Aunque es poco frecuente, la sarna sarcóptica es el tipo de sarna más grave en los caballos. El primer signo de la sarna es un intenso picor, causado por la hipersensibilidad a la saliva y las heces de los ácaros. Los medicamentos contra el picor no ayudan. El animal se frota y muerde la piel, causando la aparición de heridas y zonas de alopecia en la cabeza, el cuello, los flancos y el abdomen. Las úlceras comienzan como pequeños bultos y ampollas que luego se convierten en costras. La pérdida de cabello y las costras se extienden, y la piel se engrosa. Si se dejan sin tratar, las úlceras pueden extenderse a todo el cuerpo y dan lugar a emaciación, debilidad y pérdida de apetito.

A veces es difícil diagnosticar la sarna. Si se sospecha sarna, su veterinario hará una exploración física, incluyendo raspados de piel. Sin embargo, los ácaros que causan la sarna no siempre se encuentran en los raspados cutáneos. Si no se encuentran ácaros pero los signos son altamente sugestivos de sarna, puede realizarse una biopsia de piel.

La sarna sarcóptica es altamente contagiosa. El tratamiento debe ser minucioso e incluir a todos los caballos y otros animales que han estado en contacto entre sí. Su veterinario por lo general le recetará una solución de sulfuro de cal, que se aplicará por inmersión, rociado o esponja. A menudo se recomiendan varios tratamientos, aplicados con un intervalo de 12-14 días. Un grupo de fármacos llamados lactonas macrocíclicas son eficaces frente a la sarna sarcóptica. Estos fármacos se suelen administrar por la boca en los caballos. También puede ser necesario el tratamiento de las infecciones secundarias.

Sarna psoróptica

La sarna psoróptica es poco frecuente en los caballos y, de hecho, se ha erradicado de los caballos en los EE. UU. Produce lesiones en las regiones del cuerpo con pelo grueso, como bajo el copete y la crin, en la base de la cola, bajo el mentón, entre las patas traseras y en las axilas. En ocasiones, los ácaros pueden infestar las orejas y pueden provocar sacudidas de cabeza. Las lesiones comienzan como pequeñas zonas elevadas que pronto pierden el pelo y se convierten en gruesas costras que sangran con facilidad. El tratamiento es el mismo que para la sarna sarcóptica (véase anteriormente).

Sarna corióptica (sarna de las patas)

La sarna de las patas es la forma más común de sarna en los caballos y tiende a producirse en razas pesadas (de tiro). Los signos comienzan como picor que afecta a las patas (con mayor frecuencia a las patas traseras) alrededor del casco y el menudillo. Primero se observan bultos elevados, seguidos de pérdida de pelo, formación de costras y engrosamiento de la piel. Los signos se reducen en verano, pero recidivan cuando vuelve el tiempo frío. La enfermedad persiste sin tratamiento, pero suele desaparecer cuando se trata. Los tratamientos tópicos recomendados para otros tipos de sarna suelen ser eficaces.

Sarna demodécica

La sarna demodécica es poco frecuente en los caballos. Los ácaros viven en los folículos pilosos y en glándulas sebáceas o en los párpados y el hocico. Los signos de la sarna demodéctica en caballos pueden incluir pérdida de pelo en parches y descamación o bultos en la piel. Los signos aparecen en la cara, el cuello, los hombros y las extremidades anteriores. No hay picor, por lo que no se producen infecciones secundarias. El tratamiento no se suele realizar y las lesiones pueden resolverse sin tratamiento. Esta afección puede desarrollarse en caballos con sistemas inmunitarios comprometidos debido a una enfermedad subyacente o al tratamiento a largo plazo con corticoesteroides.

Ácaros aradores (niguas, trombicúlidos)

Los ácaros aradores suelen vivir en otros animales, pero pueden infestar la piel de los caballos, especialmente durante el final del verano y el otoño. Los signos consisten en bultos y ronchas con picor intenso. No se necesita un tratamiento específico. El picor se puede controlar con medicación. Los repelentes pueden ayudar a prevenir la infestación.

Ácaro picador de la paja (ácaro del forraje)

Los ácaros picadores de la paja suelen alimentarse de la materia orgánica de la paja y el grano, pero pueden infestar la piel de los caballos. Aparecen bultos y ronchas en la cara y el cuello si los caballos se alimentan de un soporte para heno, y en el hocico y las patas si se alimentan del suelo. El picor es variable y se puede controlar con medicación.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre la sarna en los caballos.