Los tumores son crecimientos anormales de células, también llamados neoplasias. Las neoplasias que afectan a la piel o al tejido justo debajo de la piel son los tumores más frecuentes en los caballos. Los tumores de la piel se diagnostican con mayor frecuencia, en parte porque son los que se ven con mayor facilidad y en parte porque la piel está constantemente expuesta al ambiente externo y a los numerosos factores causantes de tumores en el entorno. Las sustancias químicas, la radiación solar y los virus son solo algunas de las causas que pueden causar tumores cutáneos. Las anomalías hormonales y los factores genéticos también pueden desempeñar un papel en el desarrollo de tumores dentro y cerca de la piel.
Todas las capas y componentes de la piel tienen el potencial de desarrollar tumores distintivos. Los tumores cutáneos pueden aparecer de muchas formas. A veces puede ser difícil distinguir un tumor de una enfermedad inflamatoria. Los tumores suelen ser pequeños bultos o protuberancias, pero también pueden aparecer como placas sin pelo o decoloradas, ronchas o úlceras que no cicatrizan. Dado que los tumores cutáneos son tan diversos, su identificación debe dejarse en manos de un veterinario.
Los tumores pueden ser benignos o malignos (cancerosos). Los tumores benignos son localizados y no se extienden a otras partes del organismo. Los tumores malignos pueden expandirse a los tejidos cercanos y diseminarse a sitios distantes. Distinguir un tumor benigno de un tumor maligno requiere conocimientos especializados y equipo de laboratorio. Un veterinario puede realizar una aspiración de células con aguja fina o una biopsia (un procedimiento que extrae una pequeña cantidad de tejido de un tumor) para un examen más detallado.
El tratamiento depende en gran medida del tipo de tumor, su localización y tamaño, y el estado físico general del caballo. Para los tumores benignos que no están ulcerados y no afectan a la rutina normal del caballo, puede que no sea necesario ningún tratamiento. Esta puede ser la opción más prudente, especialmente en caballos viejos. Para los tumores malignos o benignos que inhiben las actividades normales o son estéticamente desagradables, existen varias opciones de tratamiento. Para la mayoría de los tumores, la extirpación quirúrgica es la más eficaz. También es probablemente la opción menos costosa y la que tiene menos efectos adversos. Si se sospecha malignidad, también se extirpará una porción de tejido que rodea al tumor. En el caso de los tumores que no pueden extirparse por completo, la extirpación parcial puede prolongar la vida del caballo. También se puede utilizar la radioterapia o la quimioterapia para proporcionar a su caballo un mejor pronóstico.
Tumores de células basales y carcinomas
Los tumores de células basales y los carcinomas incluyen tumores de las raíces del pelo, quistes en la base de los pelos, tumores de las glándulas sudoríparas, tumores del tejido conectivo y más. Aunque los tumores suelen aparecer en la piel o cerca de ella, muchos de ellos son benignos (no cancerosos) o se pueden tratar si se detectan pronto. Por lo tanto, al igual que en el caso de los tumores humanos, el tratamiento precoz ofrece la mejor posibilidad de éxito.
Los tumores de células basales son poco frecuentes en caballos. La mayoría de los tumores de células basales en caballos son benignos. Estos tumores suelen aparecer como bultos duros, solitarios, sin pelo o ulcerados y pueden tener una pigmentación oscura. Aunque los tumores de células basales son benignos, su crecimiento puede causar una amplia ulceración e inflamación secundaria. La extirpación quirúrgica es eficaz y el tratamiento más utilizado para estos tumores.
Los carcinomas de células basales son la forma maligna (cancerosa) de estos tumores. No son frecuentes en caballos. Pueden aparecer como úlceras en la cabeza, las extremidades o el cuello. A diferencia de los tumores benignos de células basales, estos carcinomas no se suelen elevar de la piel. También se diseminan, formando nuevas úlceras. Por consiguiente, la extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. Estos tumores se diseminan a la piel vecina, pero rara vez a otros órganos. La extirpación quirúrgica es el mejor tratamiento.
Nevus colágenos
Los nevus colágenos son una acumulación benigna de colágeno. Son poco frecuentes en caballos. Se suelen encontrar en animales de mediana edad o mayores, con mayor frecuencia en las patas, la cabeza, el cuello y las zonas propensas a los traumatismos. Son bultos de planos a elevados que se desarrollan en la capa cutánea de la dermis o en la grasa que hay debajo de la piel. La extirpación quirúrgica suele ser eficaz. Con poca frecuencia, algunos pueden crecer demasiado para poder ser extirpados quirúrgicamente. La extirpación quirúrgica es opcional, pero se recomienda una biopsia para confirmar el diagnóstico.
Sarcoides equinos
Los sarcoides equinos son los tumores observados con mayor frecuencia en los caballos. El virus del papiloma bovino, que ahora se conoce como la causa de los sarcoides, se transmite a los caballos por dípteros picadores. Los sarcoides suelen darse en el tronco, la región interna del muslo y la cara, particularmente alrededor de los ojos y las orejas. Con frecuencia se observan en sitios de lesiones previas y cicatrices. Los sarcoides se deben considerar tumores de malignidad parcial; pueden no extenderse a lugares distantes pero son localmente invasivos.
Los sarcoides pueden presentarse como lesiones únicas o múltiples de diferentes formas, que van desde lesiones pequeñas y verrugosas hasta grandes crecimientos fibrosos y ulcerados.
Existe una amplia gama de opciones de tratamiento para los sarcoides. La extirpación quirúrgica, la quimioterapia local, la crioterapia y la escisión con láser son los métodos más utilizados para tratar los sarcoides. La radioterapia local con iones radiactivos implantados es muy eficaz para los tumores para los que la cirugía no es la mejor opción, como los que se encuentran alrededor de los ojos o en las extremidades. También se puede utilizar una terapia combinada. Las tumores no tratados pueden sufrir una regresión espontánea, aunque más del 50 % de los sarcoides equinos recidivan después de la cirugía. Se están desarrollando nuevos métodos de tratamiento.
Quistes cutáneos queratinizados
La queratina es la proteína que forma las uñas, los cascos, el pelo y los cuernos. En los caballos pueden aparecer dos tipos de masas relacionadas con la queratina. Los queratomas se producen dentro del casco y son relativamente frecuentes; los quistes dermoides son infrecuentes. Ambos se tratan con cirugía.
Los quistes dermoides son malformaciones congénitas que se encuentran en la parte posterior de la cabeza o a lo largo de la columna vertebral. Los caballos Pura Sangre Ingleses son la raza más propensa a desarrollar quistes dermoides. Estos quistes se diferencian de otros en que contienen tallos pilosos completamente formados.
Los queratomas son lesiones quísticas de la pared del casco o, con menor frecuencia, de la cuartilla o talón en caballos. Con frecuencia se producen tras una lesión traumática. Aunque el caballo con un queratoma en sus primeras etapas puede no mostrar signos del quiste, los queratomas a menudo causan cojera y deformidad de la pared del casco o de la suela y pueden estar asociados con la degradación de los huesos asociados con el casco.
Tumores cutáneos linfoides
El linfosarcoma cutáneo no epiteliotrópico es la forma de linfosarcoma cutáneo más frecuentemente reconocida en los caballos. La enfermedad se puede reconocer a cualquier edad, pero es más frecuente en animales jóvenes y de mediana edad. Se observan bultos duros en la grasa bajo la superficie de la piel de la parte inferior del cuerpo. Existen dos tipos de linfosarcoma cutáneo nodular no epiteliotrópico en los caballos, y es importante diferenciarlos. La forma más común es la linfohistiocítica, que por lo general solo afecta a la piel. Los caballos afectados pueden vivir durante años, aunque es probable que se desarrollen nódulos adicionales que pueden interferir en la respiración en una fase avanzada. Por el contrario, la forma monomórfica suele afectar también a los órganos internos y progresa rápidamente.
Debido al coste de los fármacos antitumorales, el tratamiento suele limitarse a los corticoesteroides administrados por la boca o por inyección. La remisión, si se produce, suele ser de corta duración.
Mastocitomas
Los mastocitomas cutáneos son una forma de tumor única que recibe el nombre del tipo de célula de la piel a partir de la cual crecen. Otro nombre para este tumor es sarcoma de mastocitos. En los caballos, los mastocitomas son benignos y poco frecuentes. La mayoría de los caballos afectados son machos y jóvenes de mediana edad.
Estos tumores pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en la cabeza y las patas. Por lo general, se trata de una masa única y solitaria en la capa cutánea de la dermis o en la grasa bajo la piel que puede expandirse hasta afectar a los músculos subyacentes. El tumor comienza como un bulto. A medida que el tumor evoluciona, el bulto central se rodea de tejido muerto y pus. En las fases avanzadas, el tejido muerto se endurece y los mastocitos pueden ser muy difíciles de identificar. Puede producirse pérdida de pelo y ulceración de la piel. Una variante del mastocitoma cutáneo se observa en los potros recién nacidos, en los que los tumores pueden generalizarse pero desaparecen con el tiempo. La extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. Estos tumores no se diseminan a otros órganos y la extirpación quirúrgica suele curar la enfermedad.
Melanomas
Un melanoma es un tumor cutáneo de pigmentación oscura. En la terminología médica humana, todos los melanomas son malignos. Entre los animales, sin embargo, los melanomas pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). La mayoría de los melanomas encontrados en los caballos se producen en los tordos, en los que el pelo se vuelve gris (o blanco) con la edad. Son especialmente comunes en los Lipizzanos, los Árabes y los Percherones. Se ha descubierto que hasta el 80 % de los caballos tordos de estas razas pueden estar afectados.
Los melanomas suelen presentarse en forma de nódulos justo debajo o incrustados dentro de la piel; a veces, varios nódulos pequeños pueden formar placas coalescentes. Casi siempre son de color negro. Aunque suelen ser solitarios, los tumores pueden ser múltiples, especialmente en las razas de riesgo. Se suelen dar en caballos de edad avanzada, pero por lo general empiezan a desarrollarse cuando los animales tienen entre 3 y 4 años. El perineo y la base de la cola son los lugares más comunes de desarrollo, pero estos tumores pueden desarrollarse en cualquier lugar, incluidas las orejas. Aumentan de tamaño y número con el transcurso del tiempo. Pueden llegar a ser bastante grandes y crear problemas debido a su tamaño, como causar dificultad para defecar. Aunque la mayoría son benignos, existen variantes malignas que se extienden a otros órganos.
Los melanomas de los caballos no tordos son tumores poco frecuentes que suelen aparecer en el tronco y las patas de los caballos jóvenes menores de 2 años. Las masas aparecen como bultos solitarios. La mayoría son benignos. Sin embargo, los melanomas malignos congénitos pueden desarrollarse con poca frecuencia. Este tipo de tumores son invasivos, pero con poco potencial de diseminación a otros órganos.
El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica o la congelación. Sin embargo, los animales afectados tienden a desarrollar tumores adicionales. Se sabe poco sobre el uso de la radiación o la quimioterapia para el tratamiento. Si los tumores son benignos, el pronóstico es excelente. En el caso de los tumores malignos, el pronóstico es reservado.
Carcinomas de células escamosas
Los carcinomas de células escamosas son el tumor cutáneo maligno más frecuente en los caballos. Son más frecuentes en caballos adultos o de edad avanzada con pelo blanco o parcialmente blanco. Las razas de mayor riesgo son el Appaloosa, el Belga, el American Paint y el Pinto.
Aunque los carcinomas de células escamosas pueden surgir en cualquier parte del cuerpo, en los caballos se observan con mayor frecuencia en zonas no pigmentadas y con poco pelo, cerca de las membranas mucosas. Por lo tanto, los tumores se pueden observar con mayor frecuencia alrededor de los ojos, los labios, la nariz, el ano y los genitales externos (especialmente la vaina que rodea al pene). La mayoría de los carcinomas de células escamosas son tumores solitarios. Tienen aspecto de masas elevadas e irregulares con úlceras o granos. Los tumores solitarios crecen lentamente. Por lo tanto, estos tumores a menudo se pasan por alto hasta que aparecen defectos en las puntas de las orejas, las aberturas de la nariz o los párpados.
Las opciones de tratamiento del carcinoma de células escamosas incluyen cirugía, radioterapia y quimioterapia tópica. Estos tumores suelen invadir tejidos profundos y muchos no tienen cura.
Limitar la exposición a la radiación ultravioleta puede ayudar a prevenir los carcinomas de células escamosas, especialmente en los caballos con pelo blanco o parcialmente blanco. Esto puede lograrse proporcionando sombras en la cara, proporcionando sombra en los pastos y otras áreas abiertas donde el caballo pasa el tiempo, o manteniendo al caballo en el establo durante las horas de mayor luz solar.
Tumores vasculares
Los tumores vasculares de la piel y los tejidos blandos son crecimientos benignos que se parecen mucho a los vasos sanguíneos. Estos tumores se suelen encontrar en la cabeza, las patas y el abdomen. En los caballos, son más frecuentes en la parte inferior de las patas de los animales menores de 1 año. Los hemangiomas son de únicos a múltiples, circulares, a menudo comprimibles, de color rojo a negro que pueden parecerse a una "ampolla de sangre". Los hemangiomas son benignos, pero tienden a desarrollar úlceras y a crecer bastante. La extirpación quirúrgica es el tratamiento recomendado. Sin embargo, los tumores pueden ser grandes y afectar a la parte inferior de las patas, lo que dificulta su extirpación. En estos casos puede ser necesario recurrir a la congelación o la radioterapia. Tras la extirpación quirúrgica completa no suelen desarrollarse más tumores en nuevos puntos.
Los angiosarcomas pueden variar mucho en apariencia. Lo más habitual es que aparezcan como uno o varios bultos rojos en la piel o en los tejidos blandos subyacentes. Con menor frecuencia, aparecen como un hematoma mal definido. Los tumores que aparecen en los tejidos blandos subyacentes tienden a ser más agresivos. El tratamiento recomendado es la extirpación quirúrgica tanto del tumor como de un margen de tejido circundante. Los tumores en la piel no parecen extenderse o invadir los tejidos locales, y la recidiva en lugar de extenderse a lugares distantes es más común después de la extirpación quirúrgica. Estos tumores parecen surgir espontáneamente, pero las lesiones crónicas debidas a la exposición al sol pueden desempeñar un papel en su desarrollo, especialmente en los animales de pelo blanco. Los tumores superficiales se controlan fácilmente con congelación (criocirugía) según sea necesario. Evitando la exposición solar se puede reducir el desarrollo de nuevos tumores.
Verrugas (papilomas)
Las verrugas están causadas por papilomavirus. El virus se transmite por contacto directo o por contacto con elementos infectados como camas, mantas, sillas de montar y otros aparejos y superficies duras en el entorno del caballo. También es posible que los insectos propaguen los papilomavirus. Existen distintos papilomavirus. Entre los animales de compañía, los papilomas son más frecuentes en caballos y perros.
Las verrugas múltiples de la piel o de las membranas mucosas se suelen observar en los animales más jóvenes. Las verrugas simples son más frecuentes en los animales de más edad, pero no siempre están causadas por una infección vírica. El periodo entre la infección inicial y el desarrollo de verrugas visibles varía, pero suele durar varios meses.
La mayoría de las verrugas aparecen como protuberancias con una superficie endurecida parecida a una coliflor. Cuando se presentan múltiples verrugas, estas pueden ser lo suficientemente características como para hacer un diagnóstico. Sin embargo, hay muchas cosas que se parecen a las verrugas y un diagnóstico definitivo puede requerir la identificación del virus o sus efectos en las células individuales.
En los caballos se desarrollan pequeños papilomas dispersos en la nariz, los labios, los párpados, la parte inferior de las patas, el pene, la vulva, las glándulas mamarias y la superficie interna de las orejas. Las verrugas se observan a menudo después de abrasiones cutáneas leves. Pueden ser un problema en una manada, especialmente cuando los caballos jóvenes se mantienen juntos. En los potros, las verrugas pueden reducirse o desaparecer en unos meses a medida que el sistema inmunitario del potro madura. Cuando las verrugas se desarrollan en caballos maduros, a menudo persisten durante más de un año. Las verrugas equinas son desfigurantes pero benignas. Sin embargo, deben distinguirse de los sarcoides (véase anteriormente). Las verrugas suelen desaparecer por sí solas, aunque su duración varía considerablemente. Se han defendido diversos tratamientos con resultados inciertos. Se recomienda la extirpación quirúrgica si las verrugas son lo suficientemente desagradables. Sin embargo, dado que la cirugía en la fase inicial de crecimiento de las verrugas puede dar lugar a su reaparición y a la estimulación de su crecimiento, las verrugas se deben extirpar cuando se acerquen a su tamaño máximo o cuando retrocedan. Los animales afectados pueden separarse de los sensibles, pero con el largo periodo de incubación (meses) es probable que muchos hayan estado expuestos antes de que se reconozca el problema.
Los papilomas congénitos de los potros son poco frecuentes y son probablemente un defecto de desarrollo más que un resultado de la infección por el virus del papiloma. Se encuentran en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en la cabeza. Los caballos Pura Sangre Ingleses pueden estar predispuestos. Las lesiones, que están presentes en el momento del nacimiento, tienen a menudo varios centímetros de diámetro, no tienen pelo, están muy elevadas, con una superficie irregular que recuerda a una coliflor. Son benignas, y la extirpación quirúrgica cura la afección.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre tumores de la piel en animales.