logoVERSIÓN PARA PROPIETARIOS DE MASCOTAS

Trastornos asociados con el calcio, el fósforo y la vitamina D en los caballos

PorStephen B. Adams, DVM, DACVS
Última revisión/modificación abr 2019

La formación de hueso defectuoso se llama osteodistrofia. En la mayoría de los casos está causada por deficiencias o desequilibrios de calcio, fósforo y vitamina D, todos los cuales son importantes para crear y mantener huesos fuertes y sanos.

La fuente principal de calcio y fósforo es la dieta, pero hay una serie de factores que afectan a la forma en que el organismo absorbe el calcio y el fósforo. Estos incluyen la fuente de los minerales, así como los niveles de vitamina D en el organismo. La vitamina D se obtiene a través de la dieta o de la exposición a la luz solar. La vitamina D también debe activarse en el hígado y el riñón. Debido al papel que desempeña en el organismo, si la vitamina o su actividad disminuyen, se reduce la absorción de calcio y fósforo. Pueden producirse deformidades óseas, así como otras complicaciones nutricionales y metabólicas.

Osteomalacia (raquitismo adulto, enfermedad del salvado)

La osteomalacia causa huesos blandos y deformados, comúnmente debido a la insuficiencia de fósforo o vitamina D en la dieta. Se desarrolla de forma similar al raquitismo (que afecta a la placa de crecimiento en los animales en crecimiento), pero en los huesos maduros.

En los caballos, la osteomalacia se conoce a veces como enfermedad del salvado, enfermedad del molinero y "cabeza hinchada". La dieta de los caballos mimados a menudo contiene demasiado grano y muy poco forraje, por lo que es rica en fósforo y baja en calcio. En los casos en que un caballo se queda cojo sin motivo aparente, la causa se atribuye con frecuencia a la osteomalacia. En casos graves la enfermedad puede provocar cambios estructurales e inflamación de los huesos de la cabeza. Los signos pueden incluir roturas microscópicas y obvias en el hueso debajo del cartílago (seguidas de degeneración del cartílago articular y desgarro de los ligamentos).

Para establecer un diagnóstico definitivo, su veterinario evaluará la dieta de su caballo para asegurarse de que le proporciona suficiente calcio, fósforo y vitamina D para unos huesos sanos. Las radiografías revelarán los efectos de la osteomalacia en el esqueleto. También pueden ser necesarias pruebas de sangre o heces.

Los caballos afectados deben confinarse durante las primeras semanas tras la corrección de la dieta. La respuesta a una alimentación adecuada es rápida. En 1 semana, los caballos se vuelven más activos y muestran una actitud mejorada. Las restricciones a la actividad por lo general pueden relajarse después de varias semanas, pero se recomienda el confinamiento con movimiento limitado hasta que el esqueleto vuelva a la normalidad. La respuesta al tratamiento se puede monitorizar usando radiografías. La recuperación completa puede lograrse en meses en caballos sin deformidades de las extremidades y las articulaciones o con deformidades menores.

Calcinosis enzoótica

En la calcinosis enzoótica, los grandes depósitos de calcio en el organismo contribuyen al endurecimiento de los tejidos corporales blandos (como el corazón, los pulmones, los riñones y los tendones). La afección puede estar causada por envenenamiento por plantas o, menos frecuentemente, por desequilibrios minerales en el suelo.

El jazmín silvestre, el galán de día (Cestrum diurnum), la avena dorada o hierba de avena amarilla (Trisetum flavescens), así como algunas otras plantas (Nierembergia veitchii, especies de Solanum) contienen una sustancia en sus hojas que evita el mecanismo de retroalimentación del organismo para regular los niveles de la forma activa de la vitamina D (calcitriol). Un exceso de vitamina D, en cambio, puede desencadenar el depósito excesivo de calcio en los tejidos blandos llamado calcinosis. Los desequilibrios minerales en la dieta, como el fosfato o el calcio excesivos, así como las deficiencias de magnesio, potasio y nitrógeno, pueden empeorar el endurecimiento de los tejidos causado por el envenenamiento por plantas. La calcinosis causada por la ingestión de Cestrum diurnum también puede alterar la formación de hueso (osteodistrofia). La calcinosis enzoótica es más común en ciertas áreas de Hawái, India, Brasil, Argentina, Papúa-Nueva Guinea y Jamaica, especialmente a altitudes mayores (hasta 1500 metros sobre el nivel del mar).

La calcinosis empeora progresivamente durante semanas o meses. Los primeros signos son una marcha rígida y dolorosa, que es más evidente cuando el caballo se levanta tras un descanso prolongado. Los caballos gravemente afectados se levantan con las extremidades anteriores rotadas hacia fuera y desplazadas en las articulaciones de los hombros. Los tendones flexores, especialmente los ligamentos suspensores, están dolorosamente sensibles. Los menudillos presentan sobreextensión de grado variable. Cuando se obliga a caminar a los caballos afectados, dan pasos cortos y su marcha es torpe, rígida y lenta. Después de caminar distancias cortas, el caballo puede mostrar dificultad para respirar. El examen por parte de un veterinario a menudo revela un soplo cardiaco y también una frecuencia cardiaca rápida.

A medida que la enfermedad progresa, el caballo pierde peso, se debilita y se vuelve apático. La capa puede volverse desgreñada, mate y descolorida. A medida que el animal pierde masa muscular, el esqueleto puede volverse pronunciado y el abdomen recogido. La columna vertebral puede curvarse hacia arriba (haciendo que el animal parezca encorvado) y la base de la cola puede elevarse. El apetito no se suele ver afectado, aunque puede disminuir.

El diagnóstico puede ser difícil en las primeras etapas, pero se suele basar en la anamnesis y el examen de los cambios físicos del caballo. Los niveles anómalos de minerales en la sangre y la presencia de plantas venenosas en los alimentos o en los pastos son pistas adicionales. Las radiografías y la electrocardiografía ayudan a confirmar el diagnóstico mediante la identificación de depósitos de calcio en los tejidos blandos.

Si las plantas venenosas son las culpables, se deben retirar de los pastos o del alimento. Sin embargo, cuando la enfermedad está asociada al contenido mineral del suelo, el control puede ser más difícil. Un cambio de pastos, forrajes y ambiente puede reducir los signos. Actualmente no hay tratamientos disponibles para revertir los depósitos minerales de los tejidos blandos.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos asociados con el calcio, el fósforo y la vitamina D.