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Trastornos de la úvea anterior en los caballos

PorKirk N. Gelatt, VMD, DACVO
Revisado/Modificado abr 2019

La úvea (o el tracto uveal) es el revestimiento interior coloreado del ojo que consiste en el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. El iris es el anillo de color alrededor de la pupila negra. El cuerpo ciliar consta de músculos que se contraen y relajan para permitir que el cristalino se enfoque en los objetos; también es la fuente del humor acuoso, el líquido claro dentro del ojo. La coroides es el revestimiento interno del globo ocular. Se extiende desde los músculos ciliares hasta el nervio óptico en la parte posterior del ojo. La coroides también contiene capas de vasos sanguíneos que nutren las partes internas del ojo, especialmente la retina. La úvea anterior se refiere a la porción en la parte frontal del ojo: el iris y el cuerpo ciliar. Las enfermedades que afectan a la úvea anterior a menudo también afectan a la coroides.

Membranas persistentes a través de la pupila

Las membranas persistentes a través de la pupila son los restos de los vasos sanguíneos prenatales normales que llenan la región de la pupila. En los caballos se produce ocasionalmente la persistencia de filamentos coloreados a través de la pupila desde una zona del iris a otra, o al cristalino o la córnea.

Quistes del iris

En los caballos, los quistes del iris pueden estar presentes en el tejido conectivo. Muchos de estos quistes implican iris azules. Dado que la visión no se suele ver afectada, el tratamiento por lo general no es necesario. Sin embargo, los quistes en los cuerpos negros (tejido que se extiende desde el iris hasta la pupila) pueden alterar la visión y confundirse con tumores. En estos casos, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica o el vaciado.

Uveítis anterior (iridociclitis)

La inflamación del iris y del cuerpo ciliar (denominada uveítis anterior o iridociclitis) puede producirse debido a una enfermedad dentro del ojo o en otras partes del organismo. La inflamación de la coroides en la parte posterior del ojo se produce con frecuencia al mismo tiempo. Los traumatismos y, rara vez, los tumores o los gusanos dentro del ojo son causas de inflamación de la úvea en un solo ojo. Entre las causas comunes de inflamación de la úvea en ambos ojos de los caballos se encuentran las enfermedades inmunomediadas y las infecciosas, como la leptospirosis (una enfermedad bacteriana), la arteritis vírica equina (una enfermedad vírica) y las infecciones bacterianas de las articulaciones, el ombligo y el intestino de los potros recién nacidos.

Cuando la uveítis anterior es grave, produce:

  • Una contracción de la pupila del ojo.

  • Aumento de proteínas y células en la cámara anterior.

  • Baja presión dentro del ojo.

  • Enrojecimiento de la conjuntiva.

  • Hinchazón del iris.

  • Baja tolerancia a la luz.

  • Parpadeo repetido.

Pueden producirse complicaciones, como glaucoma (aumento de la presión en el ojo), cataratas, opacidad de la córnea y ceguera, sobre todo cuando la inflamación es de larga duración o se repite (uveítis recurrente equina, véase más adelante).

Su veterinario utilizará un historial médico completo, un examen completo de los ojos y del resto del organismo y análisis de sangre para diagnosticar la uveítis anterior y determinar su causa. El tratamiento consiste en medicamentos tópicos, orales o inyectables para controlar el movimiento del iris, cualquier infección e inflamación. Su veterinario seleccionará el programa de tratamiento más apropiado según la causa de la inflamación.

Hemorragia dentro del globo ocular (hipema)

El sangrado dentro del globo ocular se llama hipema. Puede aparecer como sangre líquida o coagulada.

Las causas del hipema incluyen:

La hemorragia súbita y grave suele tener un buen pronóstico si la causa se identifica y se trata rápidamente. El hipema recurrente o de larga duración tiene un pronóstico desconocido o malo porque es probable que se produzca glaucoma o ceguera. Aunque no hay fármacos disponibles para tratar el hipema directamente, ciertos fármacos pueden ayudar a aliviar los signos.

Uveítis recurrente equina (oftalmía periódica, ceguera lunar)

La uveítis recurrente equina es una de las enfermedades oculares más comunes en caballos adultos. Por lo general hay periodos de inflamación activa de la úvea, seguidos de periodos variables sin ningún signo. Durante los llamados periodos inactivos, la inflamación leve continúa en algunos caballos. Si no se trata, la inflamación acaba provocando complicaciones perjudiciales que hacen de este síndrome la causa más frecuente de ceguera en los caballos de todo el mundo.

Uveítis recurrente equina

La uveítis recurrente equina es una afección autoinmunitaria, lo que significa que el sistema inmunitario del caballo está causando daño a sus propios tejidos. El síndrome se produce después de un episodio inicial de uveítis (véase Uveítis anterior, anteriormente), pero no todos los caballos con uveítis desarrollan la forma recurrente. Tiene muchas causas potenciales, pero el resultado final es la lesión del tracto uveal. Entre las afecciones o agentes específicos que pueden causar este trastorno se encuentran ciertas bacterias (incluida la leptospirosis), gusanos parásitos, virus (incluida la influenza equina), abscesos de las raíces de los dientes, abscesos de los cascos y lesiones oculares. La inflamación puede ser estimulada por larvas muertas o moribundas de parásitos que han migrado inesperadamente al ojo. Por tanto, a veces se observan episodios activos de uveítis después de los tratamientos normales de desparasitación. El síndrome se produce con mayor frecuencia en los caballos de raza Appaloosa y las razas de sangre caliente y de tiro, lo que sugiere que la afección también puede ser hereditaria.

Los signos de la uveítis activa incluyen entrecerrar los ojos con frecuencia, ojos llorosos, opacidad de la córnea y contracción de la pupila. Un episodio activo puede incluir células inflamadas que infiltran la retina o la coroides, separación parcial de la retina, hemorragia retiniana y un aspecto nebuloso del vítreo (la "gelatina" transparente que llena el ojo). Pueden estar afectados uno o ambos ojos. Cuando ambos ojos están afectados, es común que uno de ellos esté más gravemente inflamado.

La uveítis recurrente equina a largo plazo produce cicatrices en la córnea, formación de tejido fibroso en el iris, glaucoma, cataratas y degeneración de la retina. No se debe subestimar la importancia de las revisiones oculares cuidadosas. Los caballos con uveítis de larga duración pueden tener pocos o ningún signo obvio de enfermedad ocular, pero pueden desarrollar degeneración de la retina. Para proteger la visión de su caballo, los exámenes oculares deben incluirse en su cuidado rutinario.

Su veterinario querrá identificar la causa subyacente de la uveítis. Dado que un episodio de uveítis (inflamación de la úvea) puede ser el primer signo de una enfermedad generalizada, se suele realizar un examen físico completo además del examen ocular. A menudo se incluyen análisis de sangre como parte del examen. También pueden ser necesarias otras pruebas para identificar la causa.

El tratamiento debe comenzar lo antes posible. Los objetivos del tratamiento son reducir la inflamación, aliviar el malestar y evitar la pérdida de visión. Si se puede identificar una causa específica, su veterinario la abordará como parte del plan de tratamiento. Además, o en los casos en los que no se identifica ninguna causa, se suele iniciar un tratamiento rápido con antiinflamatorios tanto tópicos como para todo el organismo, con el fin de minimizar los daños en el ojo. También puede ser necesaria la cirugía para reducir la inflamación a largo plazo u otros medicamentos. Su veterinario le recetará el tratamiento más adecuado para su caballo. Asegúrese de seguir exactamente las instrucciones de la prescripción para ayudar a su caballo a recuperarse.

Las buenas prácticas ganaderas, como el control eficaz de las moscas, el cambio frecuente de las camas, la desparasitación y la vacunación rutinarias, el cuidado dental adecuado, la minimización del contacto con el ganado o la fauna silvestres, el drenaje de los estanques estancados o la restricción del acceso a los pastos pantanosos, y la optimización de la nutrición, se han defendido como medios para reducir los efectos de la uveítis recurrente equina, evitar los traumatismos oculares y reducir los desencadenantes ambientales. Estos pasos se deben tomar además de proporcionar los medicamentos recetados.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos de la úvea anterior y uveítis recurrente equina en animales.