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Enfermedades no infecciosas del aparato urinario en los caballos

PorSherry Lynn Sanderson, DVM, PhD, DACVIM-SAIM, DACVIM-Nutrition
Revisado/Modificado ago 2019

No todas las enfermedades están causadas por una infección por bacterias, virus u otros agentes externos. Existe una variedad de trastornos no infecciosos que pueden alterar el aparato urinario. Todas estas enfermedades y afecciones pueden ser graves amenazas para la salud de su caballo.

Disfunción renal en caballos

La función más importante de los riñones es filtrar los desechos de la sangre. Cuando esto no sucede correctamente, los productos de desecho pueden acumularse en niveles peligrosos en la sangre. Esto se llama azoemia. La azoemia también puede producirse como resultado de que la orina no pueda fluir correctamente a través del tracto urinario. Este proceso daña los riñones y, con el tiempo, da lugar a insuficiencia renal.

Enfermedad renal crónica e insuficiencia renal

La enfermedad a largo plazo (crónica) puede dañar el riñón de forma tan grave que no sea capaz de funcionar correctamente. Esto sucede lentamente. La enfermedad renal crónica a menudo continúa durante muchos meses o años antes de que aparezcan los signos. Rara vez hay algo que un veterinario pueda hacer para tratar el daño existente o prevenir un daño mayor una vez que el proceso ha comenzado. En ocasiones, la enfermedad renal crónica es el resultado de un problema hereditario o de una anomalía presente al nacimiento; sin embargo, la mayoría de las veces es un problema relacionado con la vejez.

Riñones

La determinación de la causa de la enfermedad renal crónica, especialmente en las primeras fases, ayudará a determinar el tratamiento apropiado y permitirá a su veterinario determinar el pronóstico de su caballo. Algunas de las causas comunes incluyen enfermedades del sistema circulatorio (como presión arterial alta, problemas con la coagulación de la sangre y falta de oxígeno en la sangre) u otras enfermedades de los riñones como la pielonefritis o los tumores. Cualquiera que sea la causa, la enfermedad renal crónica suele producir cicatrices en los riñones, que empeoran con el tiempo.

Los veterinarios pueden detectar un problema en un análisis de sangre o en una exploración física incluso antes de que el caballo desarrolle signos de insuficiencia renal. Por lo general, los primeros signos son pérdida de peso inexplicable, sed excesiva y micción excesiva. Sin embargo, estos signos también pueden indicar otras enfermedades. Para diagnosticar la enfermedad renal crónica, los veterinarios suelen usar una combinación de radiografías, ecografía, análisis de orina y sangre y exploración física. Estas pruebas también se usan para comprobar la respuesta al tratamiento y controlar las complicaciones relacionadas con la enfermedad renal.

El tratamiento implica identificar la causa subyacente de la enfermedad renal y tratarla, si es posible, junto con cualquier complicación. El tratamiento recomendado depende de la fase de la enfermedad. Si se ha producido insuficiencia renal, se puede recomendar un tratamiento de apoyo, como fluidos intravenosos y sondas de alimentación. En la mayoría de los casos, el pronóstico de supervivencia a largo plazo en caballos con insuficiencia renal crónica es malo.

Insuficiencia renal aguda

La insuficiencia renal aguda es el resultado de un daño importante y repentino en los riñones. Este daño suele estar causado por sustancias químicas tóxicas ingeridas por el caballo o acumuladas por una afección anormal en su organismo. La función renal también puede verse afectada cuando los riñones no reciben suficiente oxígeno, como cuando un coágulo de sangre bloquea el flujo de sangre a los riñones. Otras causas de enfermedad renal aguda incluyen deshidratación grave, hemorragia, infecciones que afectan a todo el organismo y anestesia general.

Las enfermedades renales leves suelen pasar desapercibidas. Sin embargo, las ocurrencias repetidas pueden dar lugar a una enfermedad renal crónica (véase anteriormente). Es importante determinar si la enfermedad renal es aguda o crónica, así como la causa de la enfermedad. Esta información ayudará a su veterinario a determinar el tratamiento más apropiado.

Enfermedad glomerular en caballos

Glomérulos

El glomérulo es una de las estructuras esenciales para la función renal (véase la figura). Está formado por vasos sanguíneos especiales que ayudan a filtrar la sangre. Cada riñón contiene cientos de miles de estas estructuras, llamadas glomérulos. La enfermedad glomerular a veces causa enfermedad renal.

La enfermedad glomerular puede producirse debido a los efectos de la presión arterial elevada, el hiperadrenocorticismo (un exceso de cortisol) o la amiloidosis (un trastorno en el que la proteína plegada de forma anormal se deposita en los glomérulos). Algunas enfermedades glomerulares son inmunomediadas, es decir, causadas por el sistema inmunitario del caballo que ataca partes de su propio organismo.

La enfermedad en el glomérulo a menudo da lugar a la presencia de proteínas en la orina, niveles bajos de proteínas en la sangre, una acumulación de líquido en el abdomen (que puede causar hinchazón visible), dificultad para respirar e hinchazón en las patas. La pérdida de proteína a través de la orina puede causar pérdida de tejido muscular. La mayoría de los caballos con enfermedad glomerular acaban desarrollando una enfermedad renal crónica e insuficiencia renal.

A menudo se necesita una biopsia de los riñones para determinar la causa de la enfermedad glomerular. En algunos casos pueden ser necesarias pruebas adicionales, como radiografías, ecografías y análisis de sangre especiales. El tratamiento de la enfermedad glomerular varía según la causa subyacente. Además, la insuficiencia renal debe tratarse con los medicamentos adecuados.

Problemas tubulares renales en caballos

Los túbulos renales son estructuras en los riñones que ayudan a filtrar la sangre. Los riñones sanos ayudan al organismo a eliminar el ácido produciendo una orina ácida. Los riñones enfermos no pueden eliminar el ácido de forma adecuada y, en lugar de ser eliminado en la orina, este ácido se acumula en la sangre, dando lugar a una afección llamada acidosis urémica. Esta afección también puede darse cuando hay defectos en la función de los túbulos renales, en cuyo caso se denomina acidosis tubular renal. Estos defectos son raros en los caballos. El tratamiento puede incluir medicamentos para reequilibrar la cantidad de ácido en la sangre. Algunos caballos pueden recuperarse con varios días de tratamiento, pero otros pueden necesitar una suplementación continua con bicarbonato de sodio para mantener un equilibrio ácido adecuado.

Tumores

Los tumores que se originan en las vías urinarias son raros en los caballos. En el riñón, el carcinoma de células renales se da en caballos viejos. Solo suele estar afectado un riñón. Si el tumor se disemina a los pulmones o a los nódulos linfáticos, el pronóstico es malo. Los tumores que pueden desarrollarse en la vejiga incluyen el carcinoma de células escamosas y el carcinoma de células de transición. Los tumores de vejiga suelen ser malignos y no existe un tratamiento eficaz. Los signos de tumores en el tracto urinario incluyen sangre en la orina, dolor abdominal y, para los tumores del riñón, signos de enfermedad o insuficiencia renal.

Piedras urinarias en caballos

Los urolitos son piedras (también conocidas como cálculos) que se forman cuando los minerales que se encuentran naturalmente en la orina se agrupan para formar cristales diminutos. Estos cálculos pueden desarrollarse en cualquier parte del tracto urinario, incluso en el riñón, el uréter, la vejiga o la uretra. La formación de urolitos no es frecuente en caballos. Puede afectar a los caballos jóvenes, pero se observa con mayor frecuencia en los adultos. No hay una raza que sea más propensa a la urolitiasis que otra; sin embargo, se observa con más frecuencia en los machos que en las hembras.

Los urolitos en los caballos pueden tener un tamaño de 0,5 a 20 cm, pesan hasta 6,5 kg y se encuentran con mayor frecuencia en la vejiga. Hay muchos tipos diferentes de cálculos, cada uno formado por una mezcla compleja de varios minerales. Los veterinarios no están seguros de cómo o por qué se forman los cálculos en los caballos, aunque sospechan que alimentar a su caballo con comida o agua con alto contenido mineral puede desempeñar un papel importante. Los cálculos renales pueden desarrollarse en caballos con necrosis papilar renal, un trastorno del riñón en el que mueren áreas del riñón.

Signos y diagnóstico

Los signos varían en función de la localización del cálculo. La mayoría de los cálculos se localizan en la vejiga y provocan sangre en la orina y un aumento de la sed y la micción. A veces, los cálculos se encuentran en otras partes del aparato urinario, incluidos los riñones.

La sangre en la orina es más evidente después del ejercicio y hacia el final del chorro de orina. Los caballos con esta afección suelen estirarse para orinar y pueden mantener esta postura durante algún tiempo antes y después de orinar. Otros signos son quemaduras de la zona que rodea la uretra (la zona entre la vulva y el ano en las hembras, y el interior de las patas traseras en los machos). La quemadura se produce porque la orina es ácida y el contacto constante con la orina puede quemar la piel con el tiempo. Los machos castrados y los sementales pueden sacar el pene durante periodos prolongados de tiempo mientras gotean orina de forma intermitente. Los caballos que padecen esta enfermedad pueden tener ocasionalmente ataques recurrentes de cólico o una alteración de la marcha. La uretra se puede obstruir como consecuencia de un cálculo atrapado; esto suele provocar inquietud, sudoración, cólico e intentos frecuentes de orinar. Al realizar un examen rectal, su veterinario podrá notar que la vejiga está demasiado llena.

Los cálculos renales en ambos riñones aparecen ocasionalmente en caballos adultos que se han utilizado para competición. Con el tiempo, estos cálculos pueden bloquear repetidamente el uréter y causar insuficiencia renal.

Su veterinario por lo general puede detectar los cálculos por los signos enumerados anteriormente, además de realizar una exploración física completa. A veces se utilizan radiografías o ecografías para confirmar el diagnóstico. Su veterinario puede querer insertar un catéter (un tubo estrecho y flexible) a través de la uretra y dentro de la vejiga para vaciar la vejiga y asegurarse de que no haya cálculos u otro crecimiento que bloquee la uretra. También se puede realizar un análisis de la orina para proporcionar más información.

Tratamiento

Los cálculos urinarios en los caballos se eliminan mejor mediante cirugía. Hay varios tipos diferentes de cirugía; el tipo más apropiado para su caballo depende del tamaño, localización y número de cálculos y del sexo y salud del caballo.

Uroperitoneo en los potros

El uroperitoneo es la filtración de orina a la cavidad peritoneal. En los potros, lo más habitual es que se produzca un desgarro de la vejiga durante el nacimiento o la rotura del uraco tras una infección. La rotura de la vejiga puede ser más frecuente en los potros machos.

Los potros con esta afección suelen parecer normales al nacer, pero gradualmente enferman en 1-2 días. Están débiles, carecen de energía e interés en su entorno y tienen una frecuencia cardiaca elevada. El abdomen se dilata gradualmente. La mayoría de estos potros intentan orinar a menudo, pero solo producen una pequeña cantidad de orina.

Las pruebas de sangre y líquido del abdomen pueden ayudar a su veterinario a hacer el diagnóstico. Otras enfermedades con signos que pueden confundirse con el uroperitoneo son la infección sanguínea (septicemia), los trastornos del sistema nervioso y el cólico.

Se suele necesitar una cirugía para corregir el defecto, que tiene éxito en la mayoría de los casos no complicados. Se debe estabilizar al potro antes de la cirugía para evitar complicaciones debidas a una mala función pulmonar (consecuencia de la distensión del abdomen) o desequilibrios electrolíticos (especialmente niveles elevados de potasio, que pueden afectar al corazón). Si el problema se reconoce pronto, el pronóstico de corrección es excelente. Si el potro se infecta o nace prematuramente, otras complicaciones pueden disminuir las posibilidades de recuperación.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre enfermedades no infecciosas del aparato urinario en grandes animales.