La rabia es una infección vírica aguda del sistema nervioso que afecta principalmente a carnívoros y murciélagos, aunque puede afectar a cualquier mamífero. Está causada por el virus de la rabia. Una vez que aparecen los signos, es mortal. La rabia se encuentra por todo el mundo, aunque algunos países han sido declarados libres de rabia debido a la eliminación exitosa o a los estándares de prevención. Las islas que tienen un estricto programa de cuarentena también suelen estar libres de rabia. En América del Norte y Europa, la rabia se ha eliminado en su mayor parte en los animales domésticos, aunque todavía afecta a la fauna silvestre.
La transmisión casi siempre se produce por la mordedura de un animal infectado, cuando la saliva que contiene el virus de la rabia se introduce en el organismo. En los caballos, el virus puede permanecer en el organismo durante días o meses antes de que se desarrollen los signos.
Los signos de la rabia pueden variar y no son exclusivos de esta enfermedad. En los primeros días, los signos son vagos e inespecíficos, pero luego suelen progresar rápidamente, conduciendo a la parálisis y la muerte.
Hay dos formas principales de la enfermedad. La forma furiosa de la rabia es el clásico síndrome del "perro loco", pero puede observarse en todas las especies. Los caballos y las mulas suelen dar muestras de sufrimiento y agitación extrema. Cuando estos signos se combinan con rodar, pueden confundirse con un episodio de cólico. Los caballos pueden morder o golpear y volverse ingobernables en unas pocas horas. También pueden tener heridas autoinfligidas.
La forma paralítica de la rabia suele implicar la parálisis de los músculos de la garganta y la mandíbula, a menudo con exceso de salivación e incapacidad para tragar. Es frecuente la caída de la mandíbula inferior. Las personas pueden infectarse con esta forma al examinar la boca del caballo o al administrarle medicamentos con las manos desnudas. La parálisis progresa a todas las partes del cuerpo y la muerte se produce al cabo de pocas horas.
El diagnóstico es difícil, especialmente en aquellas zonas donde la rabia no es frecuente. Las primeras fases de la rabia pueden confundirse fácilmente con otras enfermedades (como los cólicos) o con tendencias agresivas normales. El diagnóstico de rabia debe verificarse con pruebas de laboratorio. El animal se debe eutanasiar y hay que enviar sus restos para su análisis en el laboratorio. No hay un tratamiento eficaz.
Las pautas para el control de la rabia se actualizan rutinariamente. En general, cualquier animal que haya mordido a una persona y presente signos de rabia debe eutanasiarse. Un caballo no vacunado que ha sido mordido o expuesto a un animal con rabia debe eutanasiarse o ponerse en cuarentena durante 6 meses y vacunarse contra la rabia 1 mes antes de la liberación. Un caballo vacunado que es mordido o expuesto a un animal rabioso debe recibir un refuerzo antirrábico inmediatamente y observarse durante 45 días para detectar cualquier signo de rabia.
Hay varias vacunas antirrábicas para los caballos, que parecen ser seguras y eficaces para prevenir la rabia. Se suele recomendar la revacunación anual de los caballos adultos. Su veterinario puede recomendar una vacuna específica y un programa de refuerzo basado en las pautas actuales y el estado de los caballos que se van a vacunar. Existen varios enfoques para la vacunación de yeguas reproductoras y sus potros.
Riesgo de transmitir la rabia a las personas
Cuando una persona está expuesta a un animal sospechoso de tener rabia, debe evaluarse cuidadosamente el riesgo de transmisión de la rabia. Los carnívoros silvestres y los murciélagos presentan un riesgo considerable allí donde se dé la enfermedad, prescindiendo del hecho de que se haya visto un comportamiento anómalo.
Cualquier animal doméstico sano, vacunado o no, que muerda a una persona o de otro modo deposite saliva en una herida fresca, se debe confinar durante 10 días para su observación. Si el animal desarrolla signos dentro de esos 10 días, debe eutanasiarse inmediatamente y someterse a pruebas.
Se recomienda firmemente la vacunación previa a la exposición a todas las personas pertenecientes a grupos de alto riesgo, como el personal veterinario, los funcionarios encargados del control de los animales, los trabajadores de laboratorios de diagnóstico y de lucha contra la rabia, y los viajeros que trabajan en países donde la rabia es prevalente.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la rabia.