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Trastornos congénitos y hereditarios del sistema nervioso en los caballos

PorThomas Schubert, DVM, DACVIM, DABVP
Última revisión/modificación may 2019

Algunos defectos congénitos (defectos presentes al nacimiento) se heredan de los padres, mientras que otros están causados por factores ambientales (como la ingestión de plantas tóxicas, deficiencias nutricionales e infecciones víricas). Para muchos se desconoce la causa. Los potros nacen con un sistema nervioso bien desarrollado y los trastornos pueden ser reconocibles poco después del nacimiento.

Los defectos congénitos del sistema nervioso se clasifican según la región primaria del sistema nervioso afectada: prosencéfalo, cerebelo, médula espinal, nervios periféricos y trastornos musculares, o trastornos multifocales que incluyen signos de más de un área. Muchos de estos trastornos hereditarios son raros o específicos de una raza, o ambos. A continuación se describen algunos de los trastornos más comunes de cada área.

Trastornos del prosencéfalo (cerebrales)

La epilepsia juvenil (también llamada epilepsia idiopática o familiar) se produce en potros jóvenes, especialmente Árabes, hasta los 12 meses de edad. El potro puede sufrir convulsiones que provoquen lesiones en la cabeza o ceguera. Los potros pueden recuperarse sin tratamiento, pero la medicación anticonvulsiva se suele recomendar durante los primeros 1 a 3 meses.

La narcolepsia se da en varias razas equinas, especialmente los ponis Shetland. Los signos incluyen somnolencia excesiva o ataques repentinos de parálisis durante los cuales el animal está flácido y paralizado, pero consciente. El animal está, por lo demás, sano. Durante los episodios narcolépticos se producen movimientos oculares rápidos y, al mismo tiempo, el animal puede presentar también debilidad muscular o colapso.

Trastornos cerebelosos

Los trastornos cerebelosos (defectos del cerebelo) suelen provocar un temblor y una falta de coordinación tanto en la cabeza como en las patas.

La hipoplasia cerebelosa es una afección en la que el cerebelo no se desarrolla completamente. El caballo suele tener un temblor que no empeora a medida que el animal madura. La hidrocefalia también se puede encontrar en animales con trastorno cerebeloso. Originalmente se pensó que la abiotrofia cerebelosa era la hipoplasia cerebelosa en caballos (véase más adelante).

Las abiotrofias cerebelosas se desarrollan cuando las células del cerebelo comienzan a morir después del nacimiento del potro. Esta es una afección hereditaria que se observa casi exclusivamente en los potros Árabes, y los signos aparecen desde el nacimiento hasta los 9 meses de edad. El modo de herencia es recesivo, por lo que un "portador" de la enfermedad no se ve afectado, pero la reproducción de dos portadores tiene un 25 % de posibilidades de producir un potro afectado. Los signos son similares a los observados en una lesión cerebelosa grave, incluyendo temblores y mal control motor. Los caballos jóvenes pueden mostrar una acción exagerada de las patas delanteras y una postura amplia. Los signos empeoran progresivamente con el tiempo.

Trastornos de la médula espinal

La distrofia neuroaxonal es hereditaria en los caballos Morgan, y los signos se suelen desarrollar alrededor de los 6-12 meses de edad. Se produce ocasionalmente en la raza equina alemana Hafflinger. Las patas se debilitan y el movimiento puede parecer rígido, torpe o descoordinado. Ahora se piensa que la distrofia neuroaxonal en caballos es lo mismo que la mieloencefalopatía degenerativa equina (véase más adelante).

La mieloencefalopatía degenerativa equina se ha asociado principalmente con la deficiencia de vitamina E, pero puede ser hereditaria en los Appaloosa y otras razas. Las conexiones entre la columna vertebral y el cerebelo se degeneran y dan lugar a una pérdida de coordinación lentamente progresiva o a una parálisis de las cuatro patas que comienza a partir de los 7 meses de edad.

La mielopatía estenótica vertebral cervical (también conocida como espondilomielopatía cervical o síndrome de Wobbler) puede tener alguna base genética en caballos jóvenes de crecimiento rápido, especialmente en los Pura Sangre Ingleses. Los caballos de Paso de Tennessee y las razas de sangre caliente también parecen estar predispuestos. Los machos se ven afectados con mayor frecuencia que las hembras. La alimentación con cantidades excesivas de una dieta rica es un factor contribuyente importante, y los signos pueden revertirse en animales menores de 9 meses de edad si el diagnóstico se establece pronto. Los signos están causados por malformaciones que se producen durante el crecimiento rápido o lesiones en las vértebras del cuello, y suelen aparecer entre los 6 meses y los 3 años de edad. El diagnóstico implica la toma de radiografías o la realización de otras exploraciones de la columna vertebral para buscar deformidades en las vértebras del cuello. El tratamiento suele consistir en cirugía para descomprimir estas áreas y, a veces, la estabilización vertebral con un implante colocado en las vértebras. El pronóstico de recuperación es variable.

La malformación occipitoatlantoaxial es hereditaria en los potros Árabes y también puede verse en potros de caballos miniatura. Los signos incluyen una pérdida progresiva de coordinación, parálisis parcial de las cuatro patas y bipedestación con el cuello extendido. Los potros afectados suelen estar parcialmente paralizados al nacimiento, aunque otros signos neurológicos pueden no desarrollarse hasta pasados varios años. El diagnóstico requiere radiografías.

La espina bífida se observa en la mayoría de las especies y suele provocar una disfunción de la cola y el ano, incontinencia y, a veces, debilidad de las patas traseras.

Trastornos de los nervios periféricos y de los músculos

La parálisis periódica hiperpotasémica es un trastorno hereditario de los Cuarto de Milla o de las razas derivadas de los Cuarto de Milla. Los signos suelen aparecer entre los 2 y los 3 años de edad e incluyen episodios de temblores musculares y, a veces, de postración, ambos provocados por el ejercicio. Los niveles de potasio en sangre aumentan durante estos episodios. El diagnóstico implica la prueba del gen causante y se apoya en los resultados de la electromiografía con aguja. El ejercicio, el tratamiento nutricional y el tratamiento farmacológico pueden disminuir la gravedad y la frecuencia de los episodios, pero no curan la enfermedad.

La miotonía congénita es un trastorno hereditario que provoca rigidez muscular, marcados hoyuelos al golpear el vientre del músculo y una marcha rígida y forzada. El diagnóstico se realiza mediante un electromiograma.

Para más información

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