La mieloencefalitis protozoaria equina (MPE) es una enfermedad neurológica de los caballos que se presenta en forma endémica en América y esporádicamente en otros países. La forma endémica está causada por la ingestión de esporoquistes del protozoo Sarcocystis neurona en alimentos o agua contaminados. La enfermedad esporádica se produce en todo el mundo y está causada por Neospora hughesi.
El protozoo puede infectar cualquier parte del sistema nervioso central, por lo que puede desarrollarse casi cualquier signo neurológico. Los signos de afectación de la médula espinal son más frecuentes que los de la infección cerebral. La enfermedad suele comenzar de forma sutil, pero puede ser repentina y grave en su inicio. La infección de la médula espinal causa debilidad, pérdida de coordinación y atrofia muscular en las patas y el torso. Se puede observar síndrome de cauda equina si se ve afectada la médula espinal sacrocaudal. Otras lesiones de la médula espinal pueden dar lugar a zonas de sudoración espontánea o a la pérdida de reflejos y sensibilidad cutánea. Cuando la enfermedad infecta el cerebro, los signos pueden ser depresión, inclinación anormal de la cabeza, parálisis facial, problemas de visión, anomalías del comportamiento y convulsiones.
La enfermedad es difícil de diagnosticar, porque los signos son similares a los de otras enfermedades. La MPE puede tratarse eficazmente con fármacos antiprotozoarios. Estos se aplican en forma de pasta, y el tratamiento dura de uno a varios meses, según el tratamiento particular utilizado. Sin tratamiento, la mieloencefalitis protozoaria equina es a menudo mortal, pero los signos graves, en especial la postración, pueden no aparecer durante años después de la infección. La enfermedad puede progresar de forma constante o de forma intermitente.
Los fármacos antiprotozoarios también pueden ser útiles para la prevención, aunque no existe un consenso científico.
La fuente más probable de los protozoos que causan la MPE endémica son las heces de las zarigüeyas, por lo que los propietarios de caballos deben intentar mantener a las zarigüeyas alejadas de las áreas de alimentación de los caballos. Los alimentos para caballos o animales de compañía no deben dejarse fuera, y las bolsas de alimento abiertas deben guardarse en recipientes cerrados. Los comederos para pájaros, la basura y la fruta caída deben retirarse del área.
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