La parálisis faríngea se refiere a la parálisis de la parte superior de la garganta (faringe). La parálisis dificulta o imposibilita la deglución. Puede estar causada por un trastorno del sistema nervioso (p. ej., rabia, mieloencefalitis protozoaria equina o botulismo) u otra enfermedad que cause colapso, obstrucción o disfunción de la faringe. Los trastornos como el envenenamiento, el traumatismo craneal y la formación de tumores pueden afectar drásticamente a la función de la faringe en muchas especies. Los trastornos de la bolsa gutural también pueden causar parálisis faríngea. En algunos casos, la afección puede ser parcial o unilateral (p. ej., enfermedad de la bolsa gutural) y el caballo puede ser capaz de tragar, aunque pueden producirse complicaciones.
En general, la parálisis faríngea provoca graves problemas para tragar; la comida, el agua y la saliva vuelven a salir por la boca y la nariz. Otros signos incluyen tos, dificultad para respirar, babeo excesivo y rechinar de dientes. El colapso de los tejidos de la garganta puede causar dificultades respiratorias. Los animales afectados corren el riesgo de sufrir neumonía por inhalación de alimentos y líquidos (neumonía por aspiración), deshidratación e insuficiencia circulatoria y respiratoria. Los signos de esto incluyen fiebre, tos y asfixia. Esta afección puede ser mortal. En muchos casos, debe aplicarse el tratamiento de urgencia para proporcionar una vía de aire (traqueotomía) antes de poder realizar un análisis más detallado de la afección.
Los veterinarios suelen diagnosticar la parálisis faríngea basándose en la historia clínica del caballo y en una exploración física. Pueden ser necesarias pruebas adicionales, como análisis de sangre, radiografías del cráneo y del tórax, endoscopia (un tubo flexible con una pequeña cámara en el extremo), ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética para determinar la causa subyacente. En general, el tratamiento de la parálisis faríngea se dirige a aliviar los signos. Si la parálisis está causada por otro trastorno, su tratamiento puede ayudar a corregir el problema. El tratamiento puede incluir fármacos para controlar la inflamación, antibióticos para controlar las complicaciones de la neumonía por aspiración, el drenaje de los abscesos faríngeos (si están presentes) y vías alternativas de nutrición, como una sonda de alimentación. A menudo es necesario administrar fluidos y medicamentos intravenosos porque el caballo puede ser incapaz de tragar. El pronóstico depende de la causa subyacente. El pronóstico para un absceso faríngeo es bueno, mientras que es incierto para la enfermedad de la bolsa gutural. Si el caballo no mejora después de 4 a 6 semanas de tratamiento, el pronóstico es malo y se debe considerar la eutanasia. Su veterinario considerará el bienestar del animal cuando recomiende un curso de tratamiento.
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