La arteritis vírica equina es otra infección vírica que causa una importante enfermedad respiratoria e inflamación de los vasos sanguíneos. Está causada por el virus de la arteritis equina. Las consecuencias más importantes de este virus son el estado de portador en el semental y el aborto en la yegua.
Los caballos infectados muestran fiebre, pérdida de apetito y depresión. Los signos de infección respiratoria por el virus de la arteritis equina son secreción nasal clara, tos, enrojecimiento de los ojos (conjuntivitis), lágrimas e hinchazón de los párpados y del tejido alrededor de los ojos. Los signos de la enfermedad persisten 2-9 días. Al igual que con la influenza equina y la infección por el herpesvirus equino, el diagnóstico se determina identificando el virus en muestras apropiadas.
El tratamiento consiste en cuidados de apoyo y antiinflamatorios no esteroideos para reducir la fiebre y la inflamación. Los antibióticos suelen ser innecesarios. El estado de portador se produce en ciertos sementales tras la infección natural y es inicialmente el responsable de la persistencia del virus en la población de caballos. El semen de los sementales portadores contiene partículas víricas que no se ven afectadas por la congelación o los diluyentes del semen. Los sementales y las yeguas pueden protegerse de la infección por el virus de la arteritis vírica equina mediante la vacunación antes de la época de reproducción. El estado de portador no afecta a la calidad del semen. Los sementales infectados de forma persistente pueden utilizarse para la reproducción empleando estrategias de vacunación específicas para las yeguas.
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