Atresia coanal en los caballos
La atresia coanal está causada por la membrana buconasal, una membrana que separa porciones de la boca y la nariz durante el desarrollo fetal, pero que suele desaparecer al nacer. En la atresia coanal, la membrana todavía está presente al nacimiento y una o ambas fosas nasales están parcial o completamente aisladas del resto del aparato respiratorio. Los signos clínicos son evidentes inmediatamente después del nacimiento en los potros en los que están afectadas ambas fosas nasales, porque la respiración dificultosa es grave y no se puede detectar el paso del aire por las fosas nasales. Esta es una afección potencialmente mortal. Inmediatamente después del nacimiento se debe insertar un tubo a través del cuello hasta la tráquea (traqueotomía) para permitir que el potro respire hasta que se pueda corregir la afección. La situación es menos grave si solo está afectada una fosa nasal.
Trastornos del septo nasal en los caballos
Las enfermedades del septo nasal (la "pared" entre las fosas nasales) son poco frecuentes. Una lesión traumática en el puente de la nariz de un caballo joven puede producir una desviación y un engrosamiento del septo nasal. Otras enfermedades del septo nasal menos comunes incluyen la infección por hongos y el carcinoma de células escamosas (un tipo de cáncer). El engrosamiento o desviación del septo nasal provoca una respiración ruidosa y de tono grave durante el ejercicio. Puede observarse deformación facial. Su veterinario puede detectar anomalías del septo mediante un examen físico o endoscópico. Las radiografías del cráneo pueden aportar pruebas de la deformidad, la desviación y el engrosamiento del septo. El examen microscópico de cualquier nódulo o lesión en el septo identificará tumores, amiloidosis o infecciones fúngicas.
La reparación quirúrgica del septo nasal es la única opción de tratamiento en la mayoría de los casos. Las incisiones se curan en pocas semanas, pero los caballos deben descansar durante unos 2 meses antes de volver a la actividad normal. Después de la cirugía, la mayoría de los caballos hacen ruido respiratorio durante el trabajo, aunque menos que antes de la cirugía, y la tolerancia al ejercicio mejora. Puede desarrollarse acortamiento del maxilar, mala alineación de los incisivos o colapso de las fosas nasales si el procedimiento se realiza en caballos inmaduros, por lo que la cirugía debe retrasarse hasta que el caballo haya alcanzado la madurez, si es posible.
Pólipos nasales en los caballos
Los pólipos nasales son crecimientos no cancerosos que surgen de las membranas mucosas de la cavidad nasal, el septo nasal o la cavidad dental. Los pólipos suelen ser únicos, pero pueden ser múltiples. Se forman en respuesta a una inflamación crónica por un crecimiento excesivo de la mucosa o del tejido conectivo fibroso. Se dan en todas las edades y razas de caballos.
Los signos incluyen un flujo de aire deficiente a través del conducto nasal afectado, una inhalación dificultosa, una secreción nasal maloliente que contiene moco y pus, y una hemorragia nasal de bajo volumen. El pólipo puede extenderse hasta sobresalir de las fosas nasales. Los pólipos se detectan por vía endoscópica y por exploración radiográfica, y por la evaluación microscópica de las muestras de tejido que proporcionan un diagnóstico definitivo. Se pueden extirpar quirúrgicamente.
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